Tan solo escuchar la palabra cáncer genera pánico en cualquier persona. Y aunque muchos también ven lejana la posibilidad de ser diagnosticados con esta enfermedad, la alerta debe activarse porque expertos en química y medicina confirman la presencia de metales pesados altamente tóxicos y cancerígenos en fuentes de agua de La Paz, El Alto y Viacha.
La extracción minera, la industria, las empresas clandestinas y los desechos de humanos y animales en cercanías de las tres urbes y ríos que las atraviesan han generado una crítica situación para la salud pública. Con estudios y casos, se detectó que fuentes de agua para el consumo de las personas y para el riego de productos agrícolas tienen presencia de mercurio, arsénico, cobalto, níquel y plomo, todos altamente tóxicos y cancerígenos.
La Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) y otras instituciones independientes realizan permanentes estudios científicos sobre la calidad de agua en las urbes mencionadas y sus cercanías, estos confirmaron la presencia de metales y sustancias toxicas para el ser humano que llegan incluso a los cultivos agrícolas, como es el caso de Río Abajo.
Estudios confirman metales tóxicos en fuentes de agua que abastecen a La Paz y El Alto
“En El Alto se bota mucha cantidad de metales y no metales. Hay cargas elevadas de cadmio, plomo, cobalto. Y hay curtiembres que hacen el tratamiento de curtido de la piel con una sustancia química que se llama dicromato de potasio, ahí se genera un ion metálico que es el cromo+6 (Cr6+) que es extremadamente cancerígeno. A ese cromo hay que hacerle un tratamiento químico para reducirlo, pero no se lo hace y se lo bota tal como está al agua, a los ríos cercanos y se va a ir dispersando y en algún lugar alguien lo va a consumir. Y esto pasa todos los días. Por eso el riesgo”, detalla el experto y director de la carrera de Ingeniería Química de la UMSA, Jorge Vásquez.
La International Agency for Research on Cancer (IARC) incluyó en el Grupo I (Agentes carcinógenos en humanos) al arsénico, berilio, cadmio, cromo y níquel. Circunstancias de exposición clasificadas en el mismo grupo son la producción de aluminio y la fundición de hierro y acero.
En el caso del mercurio, no hay pruebas científicas en Bolivia que determinen casos específicos de haber producido cáncer, sin embargo, en países como España pruebas epidemiológicos analizaron la mortalidad o la incidencia del cáncer y su relación con la exposición laboral de mineros con el mercurio.
Levantamientos y resultados científicos
En mayo de 2023, la investigación “Conflictos ambientales en la microcuenca Hampaturi” en La Paz, realizada por especialistas en hidroquímica del instituto de Investigaciones Químicas de la UMSA estableció que en los cuerpos de agua del sector había presencia de metales pesados como zinc, arsénico, hierro, manganeso y cobre además de sulfatos, bicarbonatos y cloruros.
“Lo que hemos hecho es evaluar cationes y aniones mayoritarios que son para evaluar modelos hidroquímicos que serían sodio, potasio, calcio, magnesio, además de aniones serían como que sulfato, bicarbonato, cloruro y además de como oligoelementos que básicamente son o metales pesados: hierro, manganeso, cobre, zinc y arsénico”, señaló a los medios Rommel Aruquipa, químico de la UMSA.
El sector donde se identificaron estos elementos y metales pesados está ubicado a la salida de la ciudad de La Paz, en la carretera que conecta a los Yungas y a pocos kilómetros de la represa de Incachaca, que abastece de agua potable a la Zona Este y a la Zona Sur de la urbe paceña. En cercanías de esta microcuenca también se registra una importante cantidad de actividad minera.
Waldo Vargas, ingeniero civil y docente de la UMSA, dio a conocer que, en octubre de 2023, justamente profesores y estudiantes de la carrera de Ingeniería Civil encaminaron un estudio en el sector de Hampaturi y corroboraron esta presencia de metales pesados.
“Hay incumplimiento de calidad de normas. Y nos es posible que en una fuente de agua tengamos actividades extractivas como la minería que desecha este tipo de metales pesados y la planta de tratamiento cercana a la zona no está diseñada para separar esos metales pesados, así que el riesgo para nosotros es latente”, dijo.
Ya desde el 2017, el Centro de Documentación e Información Bolivia (CEDIB) advierte de este riesgo potencial en el agua y por tanto en la salud pública. En el caso de El Alto, por ejemplo, el investigador Óscar Campanini confirmó la presencia de contaminación por la minería y otras actividades en las aguas abastecidas de la represa Milluni y su embalse que abastece a la urbe alteña y parte de La Paz.
“El drenaje ácido que expulsa Milluni contiene sedimentos de casiterita, siderita, pirita, blenda, cuarzo, arsenopirita, marcasita, pyrrotita, galena, wolframita, etanita, hermatina, apatita, calcopirita, esfalerita; presencia de cadmio, zinc, arsénico, cobre, niquel, plomo y estaño; además de ph (acides y alcalinidad) de 2,8 a 2,4 en Milluni Chico y de 3 a 2,7 en Milluni Grande, que está por encima de los niveles permitidos”, sostuvo. Señaló que estos elementos contaminantes también son producto de los resabios que dejó la mina Milluni, que detuvo sus operaciones hace más de 35 años, pero sigue generando impactos ambientales como efecto de los residuos pasivos.
En el caso de Viacha, el director de la carrera de Química de la UMSA, detalló la presencia alarmante de cianuro, altamente tóxico y usado cada vez más para las operaciones mineras. “Hacen acomplejamiento con cianuro, pero luego no se hace una recuperación adecuada y se infiltra en la tierra y luego va al agua. Esto lo hemos visto y evaluado en Viacha con el río Pallina, donde hay empresas de personas peruanas realizando ese procedimiento. El cianuro al tener contacto con el agua forma un ácido, el cianhídrico, que es extremadamente tóxico y venenoso, es el ácido con que se mataba presos en la cámara de gas. Este queda en los cuerpos de agua y se está arrastrando junto con los ríos, incluso hasta la bahía de Kohana”, afirma.
En 2023, el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (CEDLA) publicó un informe detallado sobre la contaminación del río Pallina en Viacha y también se corroboró las altas concentraciones de metales pesados.
El proyecto de grado de la UMSA “Estudio a escala laboratorio de una columna de lecho fijo para la remoción de metales del río Pallina” de 2022, establece que entre los contaminantes metálicos presentes en las aguas del río Pallina se encuentran Fe+2 , Cd+2, Pb+2, As+3, etc (Hierro II o ferroso, cadmio, plomo II o plumboso y arsénico III o arsenioso). “Los metales pesados contribuyen seriamente a la contaminación del agua, debido a que son tóxicos, no degradables y afectan a la cadena alimentaria por su tendencia a la bioacumulación”, detalla el documento.
Epsas asegura que la calidad es buena
Frente a los estudios de presencia de metales pesados en fuentes de agua cercanas a represas para las áreas urbanas de La Paz y El Alto, el interventor de la Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (Epsas S. A), Jaime Gutiérrez, aseguró que está garantizada la calidad del agua que llega hasta los grifos de las viviendas.
“Como Epsas siempre hacemos el monitoreo, cada tres horas, para ver la alcalinidad dentro de nuestras plantas de tratamiento. Epsas tiene una planta, un laboratorio que está certificado de forma internacional”, dijo el funcionario. Esto en relación al sistema de agua potable para las urbes.
Soluciones inmediatas
Para todos los expertos entrevistados, frente a este panorama de una presencia alarmante de metales pesados en fuentes de agua, es preciso encaminar mejores y eficientes planes de monitoreo y tratamiento.
“Se tiene que hacer un control de vigilancia del agua para el consumo humano, con el fin de garantizar que los valores de metales pesados se mantengan en los límites legales y permitidos para que no causen daños. Es muy importante controlar a la industria y sobre todo a la minería, particularmente la de cielo abierto y establecer en las ciudades laboratorios que tengan la capacidad para detectar estos metales pesados en el agua”, recomienda el especialista Rodrigo Castedo.
Por su parte, Muñoz también sugiere que, aunque es difícil prevenir la contaminación a gran escala, existen medidas que pueden ayudar a mitigar los efectos. Una de las recomendaciones es el uso de filtros de agua en los hogares para reducir la exposición a metales pesados. Además, es crucial promover políticas de protección ambiental y regulación estricta en la minería para minimizar la liberación de contaminantes.