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Almacenamiento de electricidad, clave para la transición energética

El almacenamiento de electricidad es una solución esencial para la flexibilidad del sistema eléctrico, dadas las características particulares de aleatoriedad de la fuente primaria de la generación renovable no convencional (solar y eólica), las ventajas del almacenamiento en la integración de la generación distribuida y la descongestión en redes de transmisión y distribución, permitiendo una activación rápida ante variaciones en la generación, proporcionando estabilidad y confiabilidad al sistema eléctrico. Entre las diversas tecnologías disponibles, las centrales hidráulicas reversibles y las baterías electroquímicas como medio de almacenamiento se destacan por su flexibilidad, seguridad, sostenibilidad y eficiencia.

Aunque el abanico de tecnologías de almacenamiento es amplio tanto en características físicas como en aplicación cabe destacar las siguientes como tecnologías comercialmente maduras y de uso más extendido:

Centrales Reversibles: son actualmente la tecnología más implementada a escala de red. Esta técnica utiliza excedentes de energía para bombear agua a una altura elevada durante períodos de baja demanda. Posteriormente, cuando la demanda energética aumenta, el agua almacenada se libera y la diferencia de altura permite generar electricidad a través de turbinas.

Almacenamiento Electroquímico (Baterías): Las baterías electroquímicas de gran escala están ganando terreno rápidamente y se espera que sean la tecnología de almacenamiento dominante en el futuro cercano. Estas baterías permiten almacenar grandes cantidades de energía que pueden ser liberadas de manera controlada y eficiente, lo que las convierte en una opción ideal para complementar fuentes de energía renovable no convencional como la solar y la eólica, así como disminuir los llamados vertimientos (energía no utilizable en el sistema por restricciones operativas).

Ventajas y limitaciones de tecnologías de almacenamiento comercialmente maduras

El marco actual del mercado eléctrico y su regulación, presentan ciertos desafíos para la integración del almacenamiento dentro de los sistemas eléctricos de la región (ALyC). Originalmente diseñados para operar con generación como la hidroeléctrica y la térmica convencional, gestionables y centralizadas, estos mercados tienen dificultades inherentes para incluir instalaciones de almacenamiento de manera rentable. Para superar estos obstáculos, es fundamental establecer un marco normativo moderno, estable y no discriminatorio, el cual facilite las inversiones y promueva un sistema energético competitivo, que sea estructurado en base a lo siguiente:

Definición, Titularidad y Operación. Es esencial definir claramente qué constituye una instalación de almacenamiento, quién puede ser su titular y cómo deben operar estos sistemas.

Configuraciones de Almacenamiento. El marco regulatorio debe tener en cuenta las diversas configuraciones posibles para el almacenamiento de energía, desde instalaciones individuales hasta sistemas híbridos que combinen almacenamiento y generación.
Seguridad Jurídica. Las instalaciones de almacenamiento deben tener derechos y obligaciones claramente definidos dentro del sector eléctrico, asegurando un tratamiento equitativo.

Apertura de Mercados y No Discriminación. Es crucial garantizar que las tecnologías de almacenamiento puedan participar en los mercados eléctricos en igualdad de condiciones con otros agentes, ya sean generadores o consumidores.

A corto y medio plazo, las centrales térmicas e hidroeléctricas podrán ofrecer la flexibilidad necesaria para adaptarse a las variaciones en los perfiles de consumo. Sin embargo, a largo plazo, será fundamental realizar inversiones adicionales en otras tecnologías. Además de termoeléctricas e hidroeléctricas, con la reducción de costes y posibles incentivos regulatorios, los sistemas de almacenamiento, como baterías e hidroeléctricas reversibles, se convertirán en candidatos interesantes para proporcionar este tipo de servicio al sistema.

En América Latina y el Caribe, uno de los principales retos para la implementación de esta tecnología es la adaptación de los marcos regulatorios para garantizar oportunidades de negocio atractivas para los desarrolladores de almacenamiento a gran escala. La regulación debe ser lo suficientemente flexible y abierta para permitir un desarrollo sostenible de estas tecnologías, integrándolas como agentes clave en la transición energética.

El desarrollo y la regulación del almacenamiento de electricidad son factores cruciales para la estabilidad y sostenibilidad del sistema eléctrico en un mundo cada vez más dependiente de las energías renovables. Un marco normativo adecuado y no discriminatorio, junto con incentivos económicos y la apertura de mercados, permitirá que las tecnologías de almacenamiento se desarrollen plenamente, contribuyendo así a una transición energética eficiente y resiliente.

El apoyo y participación de CAF puede desempeñar un papel crucial en este proceso, eliminando barreras y facilitando el camino hacia un futuro energético más sostenible.

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