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El dilema energético de los centros de datos frente al desafío de la sostenibilidad

La demanda de centros de datos está aumentando rápidamente, impulsada por el auge de la inteligencia artificial y otras tecnologías basadas en datos. Estas infraestructuras desempeñan un papel fundamental en la economía digital, pero a su vez destacan por su alto consumo de energía, lo que plantea un gran reto para las empresas que quieren aprovechar todo su potencial, pero seguir manteniéndose sostenibles.

Esto nos sugiere un interrogante para los responsables de los centros de datos: ¿cómo puede este ecosistema aprovechar el potencial de la inteligencia artificial y cumplir con la demanda de crecimiento digital sin comprometer los objetivos de sostenibilidad marcados por las autoridades?

La Agencia Internacional de Energía advierte que la demanda global de electricidad de los centros de datos se multiplicará para 2026, alcanzando los 1.000 TWh. Esto se debe principalmente a la integración de los sistemas avanzados de IA, que requieren significativamente de más energía que las aplicaciones tradicionales de procesamiento de datos. Por su parte, DNV afirma que los centros de datos españoles consumirán 26 TW por hora en 2050, lo que elevará del 13% al 40% la electricidad utilizada por los equipos.

Este crecimiento exponencial sumado al incremento de la demanda eléctrica causado por la electrificación del transporte y los edificios plantea un obstáculo para alcanzar los objetivos globales de reducción de gases de efecto invernadero. Entonces ¿cómo podemos solventar este problema?

Para ello es primordial que gran parte de esta demanda eléctrica sea mediante generación renovable, además de garantizar que este aumento de la demanda no cree una presión en la red y haya suficiente energía renovable disponible a un coste asequible.

A medida que los centros de datos se vuelven esenciales para la economía, su consumo energético amenaza con superar la capacidad de la red para suministrar o gestionar suficiente energía sostenible. La estabilización de la red se convierte en una preocupación crítica, especialmente en regiones donde las fuentes de energía renovable están ganando protagonismo o donde la infraestructura de la red necesita modernizarse.

A pesar de ser grandes consumidores de energía, los centros de datos ciertamente tienen el potencial de apoyar la transición energética y se han marcado como objetivo ser más sostenibles y usar más energías renovables, convirtiéndolos en un activo clave hacia una transición más amplia hacia la energía limpia. Sin embargo, a pesar del enfoque continuo de la industria en mejorar la eficiencia y la inversión en acuerdos de compraventa de energía (PPA) renovable, están surgiendo problemas debido a la gran diferencia entre la alta demanda de energía limpia y la generación de esta.

Es por ello por lo que ha emergido el concepto “prosumidor”, una combinación de las palabras “productor” y “consumidor”. Es decir, no solo consume productos o servicios, sino que también participa activamente en su creación, promoción y mejora. De este modo, los centros de datos pueden apoyar a las empresas de servicios públicos y de generación de energía como participantes activos en la infraestructura energética, facilitando la disponibilidad de energía sostenible suficiente para todos.

A modo de conclusión, superar estos desafíos requerirá una mayor colaboración entre los gobiernos, la industria y los proveedores de energía, que deberán ser capaces de acortar el tiempo de desarrollo de energía sostenible y aprovechar las capacidades técnicas y de inversión de los grandes operadores de centros de datos. El futuro de la economía digital depende de encontrar soluciones sostenibles para los desafíos energéticos de los centros de datos.

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