La infraestructura en energía que respalda el procesamiento de los datos provenientes de tecnologías en crecimiento, como la IA generativa y la realidad virtual, impulsaría grandes inversiones a nivel global.
No solemos pensar en la cantidad de energía necesaria para procesar, gestionar y almacenar, los datos generados por tecnologías ahora cotidianas como la Inteligencia Artificial generativa, el internet de las cosas y los edificios inteligentes. Sin embargo, la realidad es que esta demanda energética está creciendo a un ritmo sin precedentes.
Algunas de estas tecnologías han experimentado un desarrollo destacado en los últimos años. Por ejemplo, se estima que hay 18,000 millones de dispositivos conectados a internet a nivel global, y la IA generativa ha visto un aumento del 900% en su número de usuarios entre 2022 y 2023.
El respaldo de estas tecnologías, principalmente a través de servicios en la nube, traerá consigo grandes inversiones, las cuales se ven frenadas por la falta de disponibilidad de energía limpia. Aquí es donde Latinoamérica tiene una oportunidad significativa para aprovechar su dotación natural de energías renovables y atraer este capital.
La red
Para entender la infraestructura necesaria para los servicios en la nube, debemos considerar tres componentes principales: redes de distribución, centros de datos y energía. Los centros de datos están compuestos por servidores para el cómputo y procesamiento de datos, equipos de red para gestionar el flujo de datos e instalaciones de almacenamiento de datos.
La demanda energética está directamente asociada a los componentes de los centros de datos. Por ejemplo, un servidor DGX H100 de Nvidia, utilizado para aplicaciones de IA, consume alrededor de 20 veces más energía que un servidor promedio. Según proyecciones, se necesitará una inversión acumulada de aproximadamente 40,000 millones de dólares solo para la construcción de centros de datos hasta 2030. Además, la demanda energética de estos centros podría aumentar un 250% para ese año, con un crecimiento especialmente acelerado en la demanda energética asociada a la IA.
Uno de los principales obstáculos para atraer inversiones en infraestructura digital es la disponibilidad de energía limpia. Las metas de descarbonización establecidas por los principales actores del mercado (los hyperscalers, tales como AWS y Google), que representan aproximadamente el 70% del mismo, exigen que la energía adicional provenga mayormente de fuentes limpias.
Ventajas de la región en energía
Latinoamérica cuenta con ventajas estructurales significativas en energías renovables. La radiación solar promedio en la región es entre un 18% y un 40% superior a la de América del Norte, Asia y Europa. El potencial hidroeléctrico es 133% mayor que el de Europa y 65% mayor que el de América del Norte. Además, la velocidad media del viento en la región es superior a la del resto del mundo. El costo nivelado de energía de estas fuentes es hoy en día competitivo con las fuentes de energía fósil.
El desarrollo en energía renovable en la región ha tenido avances importantes, especialmente en energía solar. Entre 2018 y 2022, la capacidad instalada de esta fuente creció a una tasa anual del 35%, más del doble de la tasa de crecimiento promedio global y la más rápida de cualquier región del mundo.
La dotación natural de energías renovables y los avances logrados hasta ahora son una base sólida para atraer inversiones significativas. En el corto plazo, existen oportunidades interesantes en la cadena de valor de equipos críticos para los centros de datos. Por ejemplo, los plazos de entrega para transformadores e interruptores de medio voltaje se han multiplicado entre 2 y 4 veces desde 2019. Proveedores especializados en estos equipos requieren inversión para ganar escala.
Inversiones en energía
También hay oportunidades en los servicios de construcción necesarios tanto para centros de datos como para proyectos de energía. En la región del Bajío en México, hay múltiples proyectos con una inversión total superior a los 500 millones de dólares en etapas de diseño o inicio de construcción. La consolidación de contratistas menores especializados en la construcción de centros de datos puede ser una oportunidad de inversión atractiva.
Ahora bien, en materia de energía, están las oportunidades asociadas a la generación, transmisión y distribución. La demanda acumulada de alrededor de 3.5 gigavatios para alimentar los centros de datos requerirá entre 6,000 y 10,000 millones de dólares. Estas oportunidades enfrentan barreras regulatorias y altos costos de capital. Esto requerirá de esquemas innovadores de inversión. La colaboración con organizaciones multilaterales que trabajan con esquemas de préstamo concesional y ofrecen mecanismos de reducción de riesgo podrían ser la clave.
En conclusión, la demanda de servicios en la nube es una realidad y las oportunidades de creación de valor para México y Latinoamérica son relevantes. La región tiene alto potencial de atraer inversiones significativas en energías renovables, posicionándose en el liderazgo del futuro digital. Aprovechar esta oportunidad no solo es posible, sino también imperativo para un desarrollo económico sostenible.