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Un informe de OLADE destaca un incremento del 28% en los intercambios de electricidad en la región

Este documento forma parte de una serie de publicaciones mensuales de OLADE, con el objetivo de abordar temas actuales y contribuir con datos e información para el análisis crítico y la búsqueda de soluciones a los problemas y retos que enfrenta la región.

La publicación incluye información relevante sobre la infraestructura de interconexión y los intercambios de electricidad que se han producido entre los países de América del Sur los últimos años, así como un análisis sobre el impacto de estos intercambios en el abastecimiento de la demanda interna.

Entre los principales hallazgos de esta investigación se destaca que a nivel infraestructura, existen 1.679 kilómetros de líneas de interconexión internacional, y se han identificado 4.775 kilómetros adicionales en inventarios, estudios y proyectos pendientes de ejecución.

En 2023, los intercambios de electricidad entre los países de América del Sur aumentaron un 28% en comparación con 2022. El 95% de estos intercambios ocurrieron entre los países del Cono Sur.

En América del Sur, los intercambios de electricidad permitieron cubrir el 3,7% de la demanda.

El estudio señala que Uruguay abasteció el 11,1% de su demanda con importaciones principalmente desde Brasil y en menor medida desde Argentina. En tanto, Argentina abasteció el 10% de su demanda con importaciones desde Brasil, Uruguay y Paraguay, y en menor medida desde Bolivia y Chile, y Ecuador pudo cubrir el 4,4% de su demanda con importaciones desde Colombia y, en menor medida, de Perú.

También se incrementó el factor de utilización de las interconexiones internacionales. En el Cono Sur, el promedio de utilización alcanzó el 35,5%, frente al 28,4% registrado en 2022.

Asimismo, se conoció que la estación conversora Garabí de la interconexión entre Argentina y Brasil alcanzó un factor de uso del 45%, y en general, las importaciones argentinas alcanzaron un uso del 60% de la infraestructura de interconexión directa con Brasil.

En tanto en la Región Andina, este promedio llegó al 39,4%, un incremento respecto al 13,9% en 2022. El enlace con mayor utilización fue el de Colombia-Ecuador, con un 46,3%.

Según el texto de OLADE, la ocurrencia de períodos de escasez hidrológica conjunta, como los registrados recientemente en Colombia y Ecuador, o los observados en 2020/21 en la cuenca del Paraná, o en gran parte del período 2020/23 en la cuenca del Río Uruguay, pone de manifiesto los problemas asociados a los fenómenos climáticos extremos a los que están expuestos los países de la región.

Esto trae como consecuencia efectos como el incremento de los costos de generación, mayores emisiones e incluso racionamiento y, por ende, la importancia de las interconexiones internacionales como una de las soluciones para responde a la escasez de suministro.

Por ello, el estudio concluye que los países con mayores niveles de integración física, aun cuando su utilización en períodos normales haya sido baja, han logrado amortiguar mejor o evitar los efectos más críticos.

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