La zafra 2024-2025 de castaña en Bolivia se encuentra en una encrucijada crítica, marcada por desafíos ambientales, económicos y sociales, ante lo que el senador beniano por Comunidad Ciudadana (CC), Fernando Vaca, señaló que el inicio del ciclo está afectado por incendios forestales, sequías y una creciente inseguridad jurídica en áreas de aprovechamiento forestal.
Estos problemas no solo han mermado la producción, sino que también han llevado a una preocupante descapitalización e iliquidez económica entre los productores.
La situación se complica aún más con la presencia de contrabando de materia prima y mercados internacionales limitados, que generan incertidumbre en los ingresos de los zafreros y exportadores.
“El precio de la caja de almendra”, un tema recurrente en las negociaciones, ha desatado tensiones entre todos los actores involucrados en la cadena productiva, desde los zafreros hasta los transportistas y barraqueros.
Vaca hizo un llamado al Gobierno para que tome un papel activo en estas negociaciones, argumentando que es esencial contar con una mediación técnica y con información oportuna para evitar conflictos.
Asimismo, solicitó la presencia de varios ministerios: Desarrollo Productivo, Desarrollo Rural, Medio Ambiente, Trabajo, Comercio Exterior y la Empresa Boliviana de Alimentos (EBA), para abordar la problemática del precio y discutir las potencialidades del bosque y sus alternativas económicas.
Los productores locales están exigiendo acciones concretas del Gobierno, ya que sienten que han sido dejados de lado ante la falta de políticas efectivas que garanticen el desarrollo sostenible del sector. Además, la presión por la deforestación, impulsada por actividades económicas extractivas, como la minería y la agricultura extensiva, ha llevado a un deterioro ambiental que afecta a la producción de castaña, vital para la economía de la región.
Indicó que todo el proceso de preparación de sendas, caminos, puentes, limpieza, payoles (lugar de acopio en el monte) ha comenzado; pero, la zafra intensiva se inicia en diciembre.
“Tiene que llover más para que los árboles carguen y puedan caer los cocos. Los meses previos son de peleas entre los sectores sobre el precio de la caja de almendra que es la unidad de medida (22 kilos)”, reiteró.
A medida que el inicio de la zafra se acerca, dijo el senador, la pregunta persiste: “¿responderá el Gobierno a las demandas de los productores o permanecerá observando desde La Paz, mientras la crisis se profundiza en la Amazonia boliviana?”. (Riberalta, EL DIARIO)