Bolivia ha dado un paso importante en la industria energética de Sudamérica al introducir cinco tipos de gasolina en el mercado, una estrategia sin precedentes que busca atender la demanda de combustibles más especializados y de mejor calidad. Esta política responde a las necesidades de un parque automotor en constante evolución, colocándose como una oferta única en la región.
Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) ha lanzado una oferta de cinco tipos de gasolina en el mercado interno, cada uno adaptado a diferentes exigencias automotrices:
1. Gasolina Especial (RON 85): combustible fósil tradicional para vehículos convencionales.
2. Gasolina Especial + (RON 85): mezcla con aditivos vegetales que mejora su eficiencia.
3. Gasolina Súper Etanol 92 (RON 92): incluye etanol para optimizar el rendimiento.
4. Gasolina Premium Plus (RON 95): de alto octanaje, diseñada para vehículos más modernos.
5. Gasolina Ultra Premium 100 (RON 100): la más reciente incorporación, destinada a autos de alta gama.
La introducción de la Gasolina Ultra Premium 100 marca un avance notable en la calidad de los combustibles disponibles en Bolivia, superando las ofertas de otros países latinoamericanos como Venezuela (91 y 95 octanos), Ecuador (85, 87 y 95 octanos), e incluso Brasil, que llega hasta los 98 octanos. Este combustible está pensado para satisfacer las demandas de vehículos de alta gama, cuyo número ha ido en aumento en el país.
Comparativa regional
Con la gasolina Ultra Premium de 100 octanos, Bolivia se posiciona como uno de los pocos países en la región que ofrece una opción de este nivel, generalmente reservada para mercados más avanzados, como los europeos. Por ejemplo, en Argentina, la gasolina Premium alcanza 98 octanos; en Chile, 97 octanos, y en Colombia, 98 octanos. En Bolivia, la apuesta por los 100 octanos coloca al país a la altura de mercados fuera de la región, como Italia, Alemania o Suecia, destaca la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH).
Este avance refleja un esfuerzo del Gobierno boliviano y de YPFB por liderar la innovación en la industria energética sudamericana, no sólo en términos de calidad, sino también de oferta.
Impacto en consumidores
La diversificación de la oferta responde al perfil cambiante del parque automotor en Bolivia. Según datos del INE, en los últimos años, se ha registrado un aumento significativo en la cantidad de vehículos nuevos, que requieren combustibles de mayor octanaje para optimizar su rendimiento y prolongar la vida útil de sus motores. Modelos como el Toyota Corolla (2013 y 2018), el Mazda CX-5 o el Suzuki Celerio (a partir de 2020) exigen gasolinas con más de 91 octanos. Ahora, con la disponibilidad de combustibles como la Gasolina Premium Plus (95 octanos) y la Ultra Premium (100 octanos), los conductores de estos vehículos pueden acceder a productos que garantizan un desempeño óptimo.
Precios competitivos
Uno de los aspectos más destacados de esta nueva oferta es la competitividad en los precios. La Gasolina Ultra Premium de 100 octanos, que recientemente salió al mercado, se comercializa en Bolivia a 6,82 Bs/litro, un costo notablemente más bajo que el de combustibles similares en otros países de la región. En Argentina, la gasolina Premium de 98 octanos cuesta 7,92 Bs/litro, mientras que en Chile, el precio de la gasolina Premium (97 octanos) asciende a 9,74 Bs/litro. En Perú, la gasolina de 97 octanos cuesta 8,96 Bs/litro. Esta comparativa coloca a Bolivia en una posición ventajosa, al ofrecer combustibles de alta calidad a precios competitivos en el mercado regional.
Estrategia energética
Esta diversificación no sólo responde a las demandas del mercado, sino que forma parte de una estrategia más amplia del Gobierno boliviano para reducir la dependencia de los combustibles fósiles y las importaciones. Actualmente, Bolivia importa el 84 por ciento del diésel y el 58 por ciento de la gasolina que consume. Con la introducción de productos como la Gasolina Ultra Premium, se busca ofrecer a los consumidores opciones de alta calidad sin incrementar desproporcionadamente los costos.
La inclusión de combustibles con aditivos vegetales, como el Súper Etanol 92 y la Premium Plus, sigue las tendencias globales hacia energías más limpias, reduciendo la dependencia de derivados fósiles.