La sequía y las lluvias caídas fuera de temporada son factores que han provocado un aumento en el precio de la carne que llega a las mesas de la población en todo el país. Este fenómeno climático ha causado escasez de pastura y forraje, alimentos esenciales para el ganado que pastea en el oriente boliviano.
«Este año, la lluvia fue escasa y llegó fuera de temporada, afectando la capacidad de recuperación de los pastos. Sin alimento suficiente, el ganado no engorda y eso encarece todo el proceso», comentó un especialista consultado por EL DEBER.
Todos los años, el ciclo climático comienza con lluvias entre enero y abril, y después llega la sequía, empezando en mayo. Esta fase se extiende hasta julio, momento en el que muchos ganaderos comienzan a vender sus reses ante la falta de alimento, lo que inunda el mercado de ganado flaco y deprime los precios temporalmente.
Sin embargo, entre enero y abril de este año las lluvias no llegaron; esto se tradujo en menos disponibilidad de pasto, lo que afectó la oferta de ganado apto para el consumo y la engorda.
Luego, entre mayo y julio, hubo lluvias extemporáneas que no llegaron a penetrar la tierra, y por ende no se produjo pastura ni granos, lo que afectó todo el proceso de la producción ganadera.
A medida que se acerca la temporada navideña, la demanda de carne aumenta, empujando los precios aún más. El precio de ganado flaco está por subir debido a las pocas lluvias recientes, que, si bien ayudan al pasto, no tendrán un efecto inmediato en la producción.
Impacto en los precios
Este fenómeno afecta a los consumidores finales. Actualmente, el precio del kilo gancho —que es el precio del animal ya faenado— ha alcanzado niveles que oscilan entre 27 y 28 bolivianos, y se espera que siga subiendo. Otro especialista consultado explicó que los intermediarios, juegan un papel crucial en el proceso de comercialización, porque influyen en el encarecimiento del producto.
«Los intermediarios compran ganado vivo, lo llevan al matadero y, al controlar la oferta, aumentan los precios», agregó.
A pesar de esto, el problema de fondo no son los intermediarios, sino la falta de alimento y la sequía prolongada.
«No es un tema de mal manejo, sino de condiciones climáticas adversas que no permiten una producción estable. La sequía afecta todo el ciclo productivo», subrayó.
Carniceros apuntan a ganaderos por el alza
Ante el alza de la carne, los comercializadores de este producto acusaron a los ganaderos de subir el precio de este alimento. No obstante, en días atrás la Confederación de Ganaderos de Bolivia (Congabol) rechazó esta postura.
Mediante un comunicado esta organización aseguró que, desde siempre, han sido «tomadores de precios» y que no tienen control sobre los costos finales del producto que llega a los consumidores.
El manifiesto explica que el precio de la carne lo define el mercado y que los responsables directos del incremento son los comercializadores, centros de remate y mataderos, a quienes acusan de aumentar sus márgenes de ganancia a costa de los consumidores y los productores.
Asimismo, los ganaderos señalaron que la oferta de ganado está condicionada por factores climáticos, como la sequía y las lluvias irregulares, además de los elevados costos de producción, que han afectado seriamente al sector.
Los ganaderos sostienen que mientras enfrentan múltiples dificultades, como el encarecimiento de insumos, la falta de combustible y las inclemencias climáticas, los intermediarios mantienen altas ganancias en un periodo muy corto de tiempo.
Según el manifiesto, «los ganaderos necesitan entre dos y tres años para criar un animal para consumo, mientras que los comercializadores obtienen beneficios similares en pocos días».