El contrabando inverso, especialmente de alimentos, ha alcanzado niveles alarmantes en Bolivia. De acuerdo con el Viceministerio de Lucha Contra el Contrabando, se han identificado 155 pasos clandestinos en las fronteras, utilizados por redes delictivas para extraer productos esenciales hacia países vecinos. Muchos de estos alimentos, subvencionados por el Estado, terminan beneficiando a otras economías, afectando la estabilidad interna. Ante esta situación, el Gobierno ha intensificado los controles y adoptado diversas medidas para proteger tanto la producción nacional como el poder adquisitivo de los consumidores.
Luis Amílcar Velásquez, titular del Viceministerio de Lucha Contra el Contrabando, reportó a Red Uno que los 155 pasos clandestinos se encuentran en las fronteras con Perú, Chile, Argentina y Paraguay. Estos puntos se utilizan principalmente para sacar maíz, arroz, azúcar y otros productos de primera necesidad. Velásquez destacó que Bolivia posee una extensión fronteriza de 2.151 kilómetros, lo que representa un reto logístico significativo para las autoridades.
Para enfrentar este desafío, el Gobierno ha implementado una estrategia de interdicción en tres niveles. La primera línea de acción se concentra en las zonas fronterizas, donde el Comando Estratégico Operacional de Lucha Contra el Contrabando (CEO-LCC) ha desplegado mil efectivos militares. Este contingente tiene como objetivo bloquear los principales puntos de salida de productos de consumo interno, cuya exportación ilegal genera presión inflacionaria en el mercado local.
El Viceministro informó que, en la ruta hacia Desaguadero, frontera con Perú, en el altiplano paceño, se han excavado, desde el pasado martes, zanjas para obligar a los vehículos que transitan por vías alternas a pasar por los puntos de control.
Rutas internas
La segunda línea de interdicción se ubica en las carreteras principales que conectan Bolivia con los países vecinos. En estos puntos, las fuerzas del CEO-LCC, junto con personal aduanero, realizan inspecciones exhaustivas. Durante operativos recientes, se incautaron 2 mil quintales de maíz, 580 quintales de azúcar y 1.400 quintales de arroz, productos que pretendían ser enviados ilegalmente al extranjero.
La tercera línea de control se ha establecido en los centros de abasto y mercados locales. El Comité de Seguridad Alimentaria supervisa la disponibilidad y los precios de los alimentos para evitar que los efectos del contrabando, como la escasez o el incremento de precios, afecten a la población.
Medidas económicas
Para mitigar los efectos del contrabando y la inflación importada, el Gobierno boliviano ha implementado varias medidas económicas. Entre las más destacadas se encuentra la reducción temporal del arancel a 0 por ciento para la importación de productos clave como trigo, harina de trigo, maíz y agroquímicos, vigente hasta el 31 de diciembre. Esta medida busca garantizar el abastecimiento de insumos y evitar la escalada de precios en alimentos básicos.
Además, el Viceministerio de Defensa de los Derechos del Usuario y Consumidor, en coordinación con las alcaldías, ha intensificado los controles en mercados para prevenir la especulación. Asimismo, se ha creado el Centro de Monitoreo del Comité de Seguridad Alimentaria, con sede en La Paz, para vigilar el suministro constante de alimentos en todo el país.
En paralelo, las ferias “Del campo a la olla”, organizadas por el Ministerio de Desarrollo Rural, han acercado a productores y consumidores, eliminando intermediarios y ofreciendo precios justos. Esta iniciativa no sólo beneficia a los compradores, sino también a los agricultores, que logran vender directamente sin reducir su rentabilidad.
Militarización
Una de las medidas más drásticas implementadas por el Gobierno ha sido la militarización de las fronteras, ordenada por el presidente Luis Arce. Esta acción busca reforzar la lucha contra el contrabando de alimentos, cuya salida masiva afecta directamente la oferta interna. Las Fuerzas Armadas, en coordinación con el CEO-LCC y personal de la Aduana Nacional, desempeñan un rol clave en este operativo.
Impacto en la economía
El contrabando de alimentos tiene un impacto directo en la economía boliviana. La salida ilegal de productos subsidiados, como el maíz y el arroz, no sólo afecta el abastecimiento interno, sino que también distorsiona los precios locales. Aunque Bolivia mantiene, por ahora, precios más bajos que los países vecinos —por ejemplo, el tomate cuesta 8 bolivianos en Bolivia frente a 20 bolivianos en Argentina—, la continuidad del contrabando a gran escala podría incrementar la presión inflacionaria.