La agencia Standard & Poor’s (S&P) Global Ratings confirmó una calificación crediticia para Bolivia de “CCC+/C”, lo que refleja que el país tiene una “débil capacidad” para cumplir con sus compromisos y el pago de la deuda externa, señala un comunicado de prensa de la entidad.
Según S&P, Bolivia tiene un “un perfil externo frágil”, lo que muestra una perspectiva negativa que podría empeorar.
“La perspectiva negativa refleja el riesgo de que el perfil externo de Bolivia empeore aún más, lo que generaría un deterioro de la capacidad del Gobierno para pagar su servicio de deuda completamente durante los próximos 18 meses”, se lee en el comunicado.
S&P advierte que la “liquidez externa” (dinero proveniente del exterior) se deteriora de manera constante, lo que podría afectar la capacidad para pagar la deuda una vez que comiencen las amortizaciones de los bonos globales en 2026.
“El servicio de la deuda comercial externa ascenderá a US$435 millones en 2026 y US$420 millones en 2027. La cuenta corriente de la balanza de pagos sigue siendo negativa, lo que presiona las reservas internacionales dadas las restricciones para acceder a financiamiento externo”, advierte Standard&Poor’s.
Problemas políticos y su impacto en la economía
La calificadora agrega que las divisiones políticas, que se han intensificado con miras a las elecciones generales de 2025, retrasan la aprobación de créditos externos en la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) y el tratamiento de normas para mejorar las inversiones en recursos naturales.
“El desarrollo de aquellos sectores podría generar crecimiento económico e ingresos públicos, además de apoyar la reversión de los desequilibrios externos y las presiones cambiarias que podrían permitir contar con dinero”.
Además, añade, que la calificación se ve influida también por “el débil perfil fiscal de Bolivia”. “Esperamos continuidad en los elevados déficits del gobierno general (por encima de 6% del PIB) y en la deuda neta del gobierno general (por encima del 60% del PIB). Además, Bolivia tiene rigideces cambiarias que limitan la flexibilidad de la política monetaria, y su crecimiento económico es más lento que el de países pares con un PIB per cápita igualmente bajo
Empeorar o mejorar
La agencia advierte que “podríamos bajar las calificaciones en los próximos 12 meses si vemos un mayor riesgo en el pago del servicio de la deuda. Además, podríamos considerar un canje o reestructuración de deuda en condiciones desventajosas (distressed) y equivalente a un incumplimiento en un nivel de calificación bajo”.
La calificación podría mejorar, señala S&P si en los siguientes 12 meses se generan políticas “decisivas” que mejoren la liquidez externa del país y apunten hacia un “perfil fiscal más sostenible”.
“Abordar el deterioro de los desequilibrios macroeconómicos sería un primer paso para mejorar la confianza de los inversionistas y obtener un mejor acceso a los mercados de deuda externa”.
Economista explica situación
El presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Luis Fernando Romero, explica que la calificación ubica al país en un nivel de riesgo eminente y vulnerabilidad económica.
“Habla evidentemente de perspectivas negativas en un escenario muy complicado debido a una crisis estructural de tipo fiscal que ha incidido tanto en ámbitos comerciales y cambiarios”, indica Romero.
Añade que los problemas más evidentes son la escasez de dólares, un tipo de cambio paralelo muy elevado, el desabastecimiento de carburantes y un nivel inflacionario que a septiembre ha estado cercano al 6% de inflación acumulada.
Otros datos
Entre otros datos que figura en el comunicado de Standard & Poor’s (S&P) Global Ratings figuran:
-La cuenta corriente de Bolivia ha vuelto a presentar déficits, y se proyecta que será de 2,2% del PIB en promedio en 2024-2027, debido principalmente a una reducción en los ingresos por exportaciones.
− Se identifica que el Banco Central de Bolivia tiene una limitada capacidad para defender el tipo de cambio oficial, lo que ha generado una brecha creciente con los tipos de cambio paralelos, lo que conduce a una mayor inflación.
− Se espera que la deuda siga aumentando y que los déficits fiscales superen el 6% del PIB debido a la disminución de los ingresos provenientes de los hidrocarburos, a pesar de los esfuerzos de consolidación.
– La liquidez externa se ha erosionado como resultado de una reducción en las exportaciones de hidrocarburos y de demoras en las aprobaciones de préstamos externos. Esperamos un déficit en la cuenta corriente del 3% del PIB en 2024, en comparación con un superávit de la cuenta corriente de 2,1% en 2022
-El acceso limitado al financiamiento externo y las limitaciones que afronta el sector privado para acceder a moneda extranjera al tipo de cambio oficial han llevado a una depreciación de facto en los mercados cambiarios (en agosto de 2024, la brecha entre el tipo de cambio oficial y el paralelo aumentó al 70%).
– Las importaciones hasta julio de 2024 disminuyeron un 14% en comparación con el mismo período de 2023.