La Asociación de Distribuidores de Energía Eléctrica de la República Argentina (ADEERA) y la Asociación de Distribuidoras de Energía Eléctrica Latinoamericanas (ADELAT) presentaron un estudio sobre las inversiones necesarias en infraestructura de distribución para el cumplimiento de las metas ambientales de Argentina.
El reporte sigue la misma premisa que aquel presentado días atrás para toda la región (ver nota), por lo que también plantea un escenario optimista (efectivo) y otro conservador (parcial) de transición energética al 2040, relacionados con los vectores de electrificación de nuevos usos, electromovilidad, conexión de generación distribuida renovable, digitalización y automatización, infraestructura AMI, calidad de servicio, actualización de la red, almacenamiento de baterías, normalización/pérdidas y universalización de la energía.
Puntualmente, el escenario de transición energética efectiva al 2040 arroja que Argentina requerirá alrededor de USD 40.000 millones en inversiones para llegar a cumplir todas las metas planteadas (promedio de USD 2400 millones por año); de los cuales USD 13.000 millones se encuentran relacionadas con el propio crecimiento tendencial de la demanda y los restantes restante USD 27.000 millones con los 11 vectores mencionados.
“La actualización y modernización de la red es el vector que mayor peso tiene, y cuando se menciona la conexión a recursos de generación distribuida es la adecuación del sistema para que haya una penetración elevada al 20%”, aclararon desde la consultora Grupo Mercados Energéticos.
“El componente que más demanda inversión es aquel de actualización de la red, lo que también habla que Argentina tiene un buen nivel de acceso y cobertura eléctrica, pero también un problema de redes que llevan años sin actualizaciones ni modernizaciones, lo que sería un reto para el país”, agregó Roberto Cajamarca, director de Gestión del Conocimiento de ADELAT, durante una charla a la que asistió Energía Estratégica.
Mientras que en el escenario de transición energética parcial y más conservador, en línea con el estado actual, las inversiones necesarias serán de USD 25.000 millones, repartidos en USD 11.000 para el crecimiento tendencial base y USD 14.000 millones para la transición de caso parcial. Hecho que representaría cerca de USD 1400 millones por año.
“Una de las conclusiones del paper de regulación es que debemos remunerar los costos reales. Por ejemplo, algunos países utilizan costos reales basados en modelos de benchmark y son buenas prácticas trasladables para Argentina, en un momento importante para la regulación y la amplia discusión sobre el modelo normativo”, aseguró Alessandra Amaral, directora ejecutiva de ADELAT.
Bajo esa misma premisa, desde la Asociación de Distribuidoras de Energía Eléctrica Latinoamericanas (ADELAT) manifestaron que su agenda coincide con la del Poder Ejecutivo de Argentina, considerando que desde la campaña electoral augura sincerar las tarifas energéticas, a fin de que éstas poco a poco reflejen el costo real del suministro.
Entre esas medidas del gobierno argentino, se destacan el enfoque en la eficiencia energética y en planes destinados al sector comercial del país, como por ejemplo el lanzamiento Programa de Reconversión y Eficiencia Energética que promoverá la adquisición de tecnologías eficientes en hogares y empresas mediante créditos a tasas preferenciales y competitivas.
O mismo a través del aumento del límite de potencia de la generación distribuida de 2 MW a 12 MW para los Usuarios – generadores mayores (UGma – potencia contratada de más de 300 kW), sean individuales, comunitarios o comunitarios virtuales.
“Incluso, el Subsecretario de Energía Eléctrica de la Nación, Damián Sanfilippo, reconoció la importancia de las inversiones en distribución explicadas en el informe, de atender la coyuntura y cuestiones urgentes, pero sin perder de vista la necesidad de avanzar en la cuestión regulatoria y habilitación de las tendencias de la transición energética”, complementó el director de Gestión del Conocimiento de ADELAT.