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El ‘error’ de la Ley de Incentivos convirtió a Bolivia en ‘país importador’ de diésel

El presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Armin Dorgathen, señaló este domingo a la Ley de Incentivos (Ley 767, del 11 de diciembre de 2015) como la razón principal para el incremento de la importación de hidrocarburos, que en el caso de diésel llegó al 80% del consumo nacional.

Según su explicación, hasta antes de la promulgación de esa norma, que incentiva y promueve las inversiones en las actividades de exploración y explotación de hidrocarburos, las empresas recibían un pago en Nocres (notas de crédito) que les eximía de la cancelación de algunos impuestos. Sin embargo, con esa ley, promulgada en el gobierno del expresidente Evo Morales, se determinó incentivos en efectivo, “pero, en realidad, se dejó de pagar”.

“Hacia 2012-2014 teníamos una producción más estable y ahí hay un error fundamental que ocurrió cuando se crea la Ley de Incentivos. Antes de esta ley, las empresas recibían un incentivo con un pago de Nocres que servía para no pagar cierto grado de impuestos con lo cual se producía tranquilamente el petróleo”, informó.

A partir de 2017 hubo una “caída abrupta” en la producción de petróleo y, según Dorgathen, no se tomaron cartas en el asunto, lo que de a poco provocó la subida de las importaciones. “Como YPFB, tenemos que importar mucho más combustible del que deberíamos importar”.

El ejecutivo de la estatal aseguró que con la llegada al gobierno de Luis Arce y la política de industrialización con sustitución de importaciones, el panorama está cambiando.

Diésel

Desde 2021, la estatal retomó el proyecto de Boquerón Norte, ubicado en la provincia Ichilo del departamento de Santa Cruz, paralizado desde 2017. Además, subió la producción en Yarará y Yope, también en Santa Cruz.

“Logramos revertir la curva de producción de petróleo y estamos trabajando, y esto va a seguir subiendo, explorando nuevos campos y desarrollándolos de manera eficiente”, garantizó.

Según las gráficas presentadas este domingo por Dorgathen, entre 2011 y 2012, Bolivia importaba en promedio 800 barriles de diésel por día; esa cifra fue subiendo paulatinamente y en 2017 llegó a 1.072 barriles. El año pasado llegó a 2.088 barriles diarios y para este 2024 se proyecta la importación de 2.178 barriles por día.

“Si comparamos los volúmenes de importación de combustibles, antes solo importábamos el 20% y hacia el 2014 y 2015 llegamos a importar el 50%; ya sabíamos que íbamos a ser un importador de diésel porque las cuencas que conocemos, el Andino Sur, no son petroleras, son gasíferas y de petróleo condensado”.

Producción nacional

La tendencia es subir, aseguró Dorgathen, pues la demanda también crece día tras día y Bolivia es actualmente un país importador de diésel.

Remarcó que el Gobierno está trabajando en exploración y producción nacional para revertir esas cifras. Destacó las plantas de biodiésel, una ya inaugurada en Santa Cruz, y otras casi lista en El Alto; además de la planta de Aceite Vegetal Hidrotratado (BVO) en la provincia Germán Busch del departamento de Santa Cruz.

Garantizó que ese es el único camino para “voltear” esos números y que no haya necesidad de levantar la subvención a los hidrocarburos.

Bolivia cuenta con una planta de importación en Arica que opera YPFB, el resto son alquilada.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en enero de este año, el valor de las importaciones de diésel oíl se redujo en un 44,5% respecto a igual periodo de 2023.

SourceLa Razón

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