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Minerales críticos: entre volatilidad y riesgos

Los precios de minerales clave utilizados en tecnologías de energía limpia cayeron en 2023, pero un nuevo análisis de la Agencia Internacional de Energía (AIE) muestra la necesidad de una inversión mayor y más diversificada para apoyar los esfuerzos por reducir las emisiones de carbono.

La presión disminuyó en 2023 sobre el mercado de minerales utilizados en vehículos eléctricos, turbinas eólicas, paneles solares y otras tecnologías de energía limpia, a medida que la oferta superó la creciente demanda. Pero la AIE advierte que aún se necesitan importantes inversiones adicionales para cumplir los objetivos mundiales en materia de energía y clima.

El informe “Panorama global de los minerales críticos 2024”, publicado el viernes de la semana pasada, actualiza la revisión inaugural del mercado realizada por la AIE el año pasado. Al mismo tiempo, ofrece nuevas perspectivas a mediano y largo plazo para la oferta y la demanda de importantes minerales de transición energética, como el litio, el cobre, el níquel, cobalto, grafito y elementos de tierras raras.

Tras dos años de aumentos espectaculares, los precios de los minerales críticos cayeron drásticamente en 2023, volviendo a niveles vistos por última vez antes de la pandemia. Los materiales utilizados para fabricar baterías experimentaron descensos particularmente significativos: el precio del litio cayó más de un 80%. La tonelada de carbonato de litio grado baterías superó momentáneamente los $us 81.000 en 2022, para luego caer hasta bordear los $us 12.000 la tonelada a principios de 2024.

Minerales

Los precios del cobalto, el níquel y el grafito cayeron entre un 30% y un 45%, lo que contribuyó a que los precios de las baterías bajaran un 14%. Dado que el crecimiento de la demanda se mantuvo sólido, estas caídas se debieron principalmente a un gran incremento de la oferta mundial, lo que ayudó a compensar los fuertes aumentos de precios en 2021 y 2022. En contraste, el cobre es el metal que goza actualmente de una buena racha, habiendo pasado la barrera de los $us 5 la libra en días pasados, marcando un nuevo máximo histórico.

El informe concluye que, si bien los precios más bajos de minerales críticos en el último año han sido buenas noticias para los consumidores, la situación también ha supuesto un obstáculo sensible para nuevas inversiones. En 2023, la colocación de recursos en minería de minerales críticos creció un 10% y el gasto en exploración aumentó un 15%, todavía saludable, pero a un ritmo más lento que en 2022.

El mercado bien abastecido de hoy puede no ser una buena guía para el futuro, y las perspectivas señalan que la demanda de minerales críticos continúa creciendo, impulsada por el despliegue de tecnologías de energía limpia. Se prevé que el tamaño combinado del mercado actual de minerales clave para la transición energética se duplique con creces hasta alcanzar los $us 770.000 millones para 2040, en un camino hacia cero emisiones netas para mediados de siglo.

Análisis

Un análisis detallado caso por caso sugiere que los proyectos anunciados son suficientes para satisfacer solo el 70% de las necesidades de cobre y el 50% de las necesidades de litio en 2035, en un escenario en el que los países de todo el mundo cumplan sus objetivos climáticos nacionales. Los mercados de otros minerales parecen más equilibrados, si los proyectos se concretan según lo previsto.

Con todo, los proyectos anunciados no cambian la alta concentración geográfica de la oferta, y se prevé que China mantenga una posición muy fuerte en el sector de refinación y procesamiento.

“El acceso seguro y sostenible a minerales críticos es esencial para una transición hacia una energía limpia, fluida y asequible. El apetito mundial por tecnologías como paneles solares, automóviles eléctricos y baterías está creciendo rápidamente, pero no podemos satisfacerlo sin suministros confiables y en expansión de minerales críticos”, dijo el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol. “El reciente auge crítico de la inversión en minerales ha sido alentador, y el mundo está ahora en una mejor posición que hace unos años, cuando señalamos esta cuestión por primera vez en nuestro histórico informe de 2021 sobre el tema. Pero este nuevo análisis de la AIE destaca que todavía queda mucho por hacer para garantizar un suministro resiliente y diversificado”, agregó.

Informe

El último reporte de la AIE presenta una evaluación de riesgos, primera en su tipo, para minerales seleccionados de transición energética, examinando cuatro dimensiones clave: riesgos de suministro, riesgos geopolíticos, barreras para responder a las interrupciones del suministro y exposición a factores ambientales, sociales y de gobernanza (ESG) y riesgos climáticos. El litio y el cobre son los más vulnerables a los riesgos de suministro y volumen, mientras que el grafito, el cobalto, las tierras raras y el níquel enfrentan riesgos geopolíticos más sustanciales. Para el grafito en particular, la cartera de proyectos actual indica que el suministro disponible fuera del actor dominante cumplirá solo el 10% de los requisitos en 2030, lo que hace que los objetivos de diversificación anunciados sean muy difíciles de alcanzar. La mayoría de los minerales están expuestos a altos riesgos ambientales.

Intensificar los esfuerzos para reciclar, innovar y fomentar cambios de comportamiento es vital para aliviar posibles tensiones en el suministro. Se necesitan unos $us 800.000 millones de inversión en minería de aquí a 2040 para encaminarse hacia un escenario de 1,5 °C. Sin una fuerte adopción del reciclaje y la reutilización, los requisitos de capital minero tendrían que ser un tercio más altos.

El informe concluye que la industria está avanzando en materia de seguridad de los trabajadores, equilibrio de género, inversión comunitaria y uso de energía renovable para la producción de minerales. Sin embargo, no se puede decir lo mismo de la reducción de la generación de residuos, las emisiones de gases de efecto invernadero y el consumo de agua, lo que sugiere un amplio margen de mejora.

Litio. Según los datos de la AIE, consignados en su más reciente reporte, la demanda de litio para tecnologías limpias aumentará drásticamente de 38.000 toneladas en 2021 a 1.203 millones de toneladas para el año 2040. Este crecimiento vertiginoso es un reflejo de la acelerada transición hacia fuentes de energía más sostenibles y la electrificación del transporte.

Datos

Además de las aplicaciones en tecnologías limpias, se espera que el uso de litio en otros sectores también crezca, aunque a un ritmo más moderado. En esta área, la demanda del metal blanco se prevé que pase de 63.000 toneladas en 2021, hasta alcanzar las 123.000 tonedas en 2040. En total, la demanda global de litio podría llegar a 1.326 millones de tonedas en 2040, una cifra impresionante en comparación con las 101.000 toneladas registradas en 2021.

Frente a este aumento de la demanda, el informe subraya la necesidad urgente de fortalecer las cadenas de suministro. La AIE estima que, aunque el suministro secundario y la reutilización del litio crecerán de manera significativa, de 2.000 toneladas en 2021 a 154.000 toneladas en 2040, la mayor parte de la demanda deberá ser satisfecha mediante la producción primaria. Esto implica que las necesidades de suministro primario aumentarán de 100.000 toneladas en 2021 a 1.172 millones de toneladas en 2040.

Uno de los aspectos más resaltados por la AIE es la alta concentración de la producción de litio en un reducido número de países. En 2021, los tres principales países con mayor producción (Australia, Chile y China) representaban el 89% del total que produjo el mundial. Aunque se espera una ligera diversificación para 2040, estos países seguirán dominando el mercado con una participación del 70%.

La situación es aún más acentuada en el refinamiento de litio, donde en 2021, el 100% del procesamiento se concentraba en los mismos tres países (China, Chile y Argentina). Aunque esta concentración disminuirá, para 2040 se proyecta que estos países seguirán controlando el 84% del mercado del refinado.

Compra

Frente a esto, las compañías de litio del mundo, que enfrentan un aumento sin precedentes de la demanda y cambios bruscos de precios, están cambiando la forma en que se compra y vende el producto básico.

Albemarle, el proveedor número uno de litio, ha celebrado una serie de subastas desde marzo en las que los compradores potenciales compiten por los cargamentos mediante ofertas. Estas ventas son un paso importante para el litio, que hasta hace relativamente poco se vendía en gran medida a precios establecidos en contratos a largo plazo.

Por ahora, hay un mosaico de referencias de precios al contado (y mercados de futuros incipientes), pero poca coherencia sobre cómo valorar cada unidad de litio a medida que fluye a lo largo de una cadena de suministro desde los centros de producción hasta los vehículos eléctricos.

“La subasta de litio hace dos cosas”, dijo Przemek Koralewski, jefe global de desarrollo de mercado de la agencia de informes de precios Fastmarkets. “Permite a los productores obtener el precio del día y significa que los contratos en los que se vende la mayor parte del material reflejan verdaderamente la dinámica del mercado”.

SourceLa Razón

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