En las últimas semanas, autoridades y plataformas ambientales de la Región Autónoma del Chaco han alzado la voz contra el desmonte desmedido. Advirtieron que este fenómeno, impulsado por la expansión de la frontera agrícola y la industria del carbón, está causando estragos en los preciados bosques de la región. Sin embargo, desde la Autoridad de Bosques y Tierras (ABT) explican que las autorizaciones otorgadas son solo para expandir terrenos para la producción agropecuaria y no así para la producción del carbón.
Reynaldo Cruz, director de la ABT en Yacuiba, brindó un detallado informe sobre los desmontes en curso, destacando varios puntos preocupantes. Se reveló que la problemática de la deforestación es de alcance nacional, afectando especialmente a Yacuiba y Villa Montes. Pese a que la industria del carbón se expande, mencionó que no existen solicitudes para la producción de carbón en estas zonas.
Cruz señaló que, aunque se aprueban instrumentos forestales para el aprovechamiento de madera y planes de desmonte con fines agrícolas y pecuarios, hubo un cambio significativo en las prácticas. Anteriormente, la gente quemaba los residuos de desmonte, pero hoy en día, para cubrir gastos de producción, optan por convertir estos residuos en carbón.
Las carboneras, según Cruz, deben solicitar autorización para obtener la leña, pagando una patente según el volumen. Esta leña proviene de los desmontes, no de autorizaciones específicas para este fin, aseguró. Aunque la ABT reconoce solicitudes previas de exportación de carbón, afirma haber suspendido estas autorizaciones, especificando que en el Chaco no hay empresas exportadoras, solo empresas carboneras que suministran su producto a exportadoras.
La ABT señala que en Yacuiba existen seis empresas, incluyendo una menonita, que tienen autorización para operar. Según la Ley 1700, los recursos generados por la actividad carbonera se depositan en una cuenta única de la ABT, pero en el Chaco no se administra directamente; solo se realiza una preliquidación para que los interesados depositen en las arcas de la entidad nacional.
A pesar de la generación mensual de entre 450.000 a 500.000 bolivianos, con un total de 8 millones en 2021 y 6 millones en 2022, la ABT confirma que un 25% se destina a municipios y la Gobernación.
Una revelación alarmante es que la ABT no trabaja en ningún plan de reforestación. Argumenta que su presupuesto se destina a actividades de mitigación y resarcimiento a través del Fondo Nacional de Desarrollo Forestal (Fonabosque). Desconoce si hay proyectos de reforestación en el Chaco financiados por Fonabosque.
El aumento de la frontera agrícola, argumenta, responde a la demanda del mercado, presionando a los productores a expandir sus parcelas.
Ante la urgencia de una pausa ambiental, la ABT sugiere consultar las condiciones con productores agrícolas y ver la posibilidad de mantener las áreas destinadas a la producción de maíz, maní y soya.