Cada día el expresidente Evo Morales deja en claro su distanciamiento con el Gobierno del actual presidente, Luis Arce Catacora. Mediante su cuenta de X (antes Twitter) Morales volvió a cuestionar la gestión y criticó el problema de abastecimiento de combustibles que se observa en el país desde hace una semana, problema que el Poder Ejecutivo ha minimizado.
“Lamento mucho, nos hemos convertido en un país que vive de créditos, endeudando a las futuras generaciones, pero no paga las deudas de YPFB para el suministro de combustible”, señaló Morales en su post.
Luego arremetió contra el actual presidente de YPFB, a quien acusó no estar en el país cuando se presenta un problema importante. Además, hizo notar las diferentes versiones que han dado desde el Gobierno para explicar el problema en el suministro de carburantes.
“Mientras el presidente de YPFB está paseando en EEUU, los transportistas se perjudican por la falta de distribución de diésel. Luego llega a Bolivia y contradice a la ANH, le echa culpa al BCB y a los ministerios de Economía y de Hidrocarburos”, dijo el líder del MAS.
Luego asegura que el actual gobierno está usando todas las herramientas a su mano para perseguir a los dirigentes del MAS. “No hay Estado para resolver los problemas urgentes del pueblo, solo para perseguir a los dirigentes del MAS-IPSP y tratar de proscribirnos e inhabilitarnos”, aseguró.
ANH culpa a los medios
Mientras tanto, desde la Agencia Nacional de Hidrocarburos, volvieron a culpar a los medios de comunicación de los problemas de abastecimiento. “Ha habido especulaciones de que no se está cumpliendo, eso es falso. Se ha cumplido”, señaló este domingo el director ejecutivo de la ANH, Germán Jiménez.
Jiménez explicó que el país consume a diario entre 7 y 7,5 millones de litros de diésel y otros 7 millones de litros de gasolina; sin embargo, se aumentó esos volúmenes en los despachos durante los últimos días a causa de las especulaciones.
Bolivia produce el 25% del diésel que consume y el 65% de la gasolina que demanda, a través de las refinerías Gualberto Villarroel, Guillermo Elder Bell y Oro Negro, además de las plantas separadoras de líquidos.
Anteriormente, el presidente de Yacimientos y el Ministro de Hidrocarburos, usaron el mismo argumento, pero después admitieron que había deudas con algunos de sus proveedores.