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Tarija ingresó a una recesión desde el 2015, mientras Beni y Pando crecieron

Los datos oficiales sobre el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran que Tarija ingresó en una recesión desde el 2015 a comparación de los otros departamentos del país, pues algunos en el 2022 registraron un incremento en su crecimiento, como Pando y Beni. La caída de la producción del gas en los megacampos sería una de las explicaciones de las cifras negativas de la región tarijeña.
Los ingresos por la venta de recursos naturales están sujetos a las cotizaciones internacionales, que pueden generar buenos ingresos, pero también reducir los recursos para el desarrollo de las regiones.

Bolivia aterrizó en una dura realidad, pues nuevamente es evidente de que la economía es muy dependiente del mercado de materias primas, principalmente enfocado a los hidrocarburos, de acuerdo al Presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero.

En reiteradas oportunidades el economista Gonzalo Chávez, en sus redes sociales, dijo que el modelo económico del Movimiento al Socialismo (MAS) caducó y es una muerte que se olvidó de caer, pues su base era la venta de materia prima como el gas, y ahora la producción cayó, así como los ingresos.

Romero dijo que la mayoría de los departamentos decrecieron con respecto al 2021, con excepción de Beni, Pando y Cochabamba, con porcentajes de 6%, 9% y 7,6%, mientras que Chuquisaca, Oruro y Potosí, bajaron su crecimiento a 2,41%, 4,87% y -2,4%. Sin embargo, en 2020 todos crecieron, incluso Tarija.

El empresario y economista Samuel Doria Medina escribió en su cuenta X, @SDoriaMedina: En 2022, cuando Bolivia creció 3,5%, Tarija decreció 6,2%. Mientras más depende de la extracción, más vulnerable es una sociedad. La situación de Tarija será el destino de todo el país si no bajamos el interruptor del extractivismo y prendemos el del emprendimiento.

En su momento, cuando se pone en debate el aumento salarial cada año antes del primero de mayo, empresarios, así como economistas, sugirieron que esta medida pueda ser aplicada por regiones y por productividad, y no fijar una cifra para todos los departamentos y empresas.

Por ejemplo, se aprueba un aumento salarial para todas las empresas de Bolivia, pero el Gobierno no incluye en la misma bolsa a las públicas, que también deberían pagar el aumento.

Regiones

Romero explica que algunas regiones por su apertura a los emprendimientos y la aplicación de la libertad económica, crecen debido a las inversiones privadas y a la seguridad jurídica que ofrecen a las empresas, como es el caso de Santa Cruz, que genera más de 2.000 millones de dólares en la venta de productos con valor agregado.
Potosí y Oruro son los departamento mineros. Los precios altos de los minerales en el mercado internacional ayudaron a subir las exportaciones bolivianas en el 2022, ante la caída de los hidrocarburos y representaron más del 50%.

Datos oficiales

El Gobierno asegura que Bolivia estará entre los países que más crecerán, así como la nación con la menor tasa de inflación y una desocupación menor, de 3,75%, sin embargo, no menciona la caída de las Reservas Internacionales Netas, la escasez del dólar, que continúa, así como la mayor informalidad, el gasto que hacen los bolivianos para mantener a raya a los precios de más de 2.000 millones de dólares y gente que está ocupada con precarias condiciones sociales y sin seguro social.

Romero sostiene que la economía se ha enfriado y las perspectivas de los organismos internacionales proyectan un proceso recesivo. “La economía tocó fondo en 2020, en 2021 hubo un repunte, un rebote estadístico y el 2022 nuevamente cayó a 3,48%”.
Para la presente gestión, se señala que la economía nacional crecerá 2,2%, de acuerdo a la Comisión Económica para América Latina (Cepal), la más optimista, mientras el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) sostienen que será menos de 2%, lejos de lo estimado por el Gobierno, de 4,86%.

Bolivia se encuentra dentro las naciones vulnerables a los shocks externos, sumada a la incertidumbre financiera de capitales, de los precios de las materias primas, en especial del petróleo en el mercado internacional.

Romero expresó preocupación por el incremento de los gastos y la deuda pública, así como por los conflictos bélicos, y lo que sucederá con China y Argentina en materia económica.
“Si no se reoriente las políticas públicas la situación agravará”, advierte y apunta a un aumento del déficit fiscal, así como a una mayor tasa de desocupación, que puede amenazar la estabilidad del peso boliviano.

Las autonomías podrían ser una posibilidad para que las regiones puedan tomar sus decisiones en materia de crecimiento y desarrollo, y dejar de depender del gobierno central, que evita la generación de políticas públicas departamentales.

SourceEl Diario

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