Manuel Filomeno / La Paz
Bolivia cerrará el año de la pandemia con exportaciones que se sitúan en los niveles de 2010 debido a la caída mundial de los precios y los efectos de la Covid-19 en las economías, señaló el gerente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez.
“Para fin de año esperamos un nivel de exportaciones que esté por encima de los 6.500 millones de dólares, que va a significar un retroceso muy fuerte producto de los procesos de cuarentena por el coronavirus, de tal manera que este resultado de 2020 va a ser similar al de hace 10 años”, dijo Rodríguez a Página Siete.
A noviembre de 2010, las exportaciones llegaron a 6.441 millones de dólares y cerraron esa gestión con un volumen de 7.051 millones de dólares que dejó un superávit comercial de 1.447 millones de dólares al cierre anual.
Cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE), a noviembre (el dato disponible más reciente), muestran que las exportaciones del país llegaron a 6.177 millones de dólares, mientras que las importaciones sumaron 6.241 millones, para un déficit comercial de 64 millones de dólares (revisar infografía).
Estas cifras, según el gerente del IBCE, representan una disminución del 24% en cuanto a las exportaciones y del 29% respecto a las importaciones, en comparación con las cifras de un periodo similar del año anterior.
“Los datos del INE al mes de noviembre dan cuenta de una caída de las exportaciones de un 24% y de las exportaciones en casi un 29%. Con estos resultados, el déficit comercial en los 11 primeros meses del año es de 64 millones de dólares, esto por una mayor caída de las importaciones en relación a la disminución del valor exportado, y en ambos casos por la situación internacional que se está viviendo en cuanto a los precios y que han impactado negativamente sobre el comercio exterior”, apuntó.
De acuerdo con el reporte del INE, las exportaciones que registraron las peores caídas en términos de valor con relación a lo exportado en 2019 fueron los cueros (-30%) y las confecciones textiles (-48%), además de los hidrocarburos (-29%) y la venta externa de minerales (-33%).
Con relación al déficit comercial, Rodríguez indicó que se espera que se reduzca más para el cierre del año, siempre y cuando las exportaciones se hayan recuperado y las importaciones hayan mantenido la tendencia de disminución que mostraron a lo largo de los 11 meses anteriores.
“En el tiempo, el déficit comercial se ha ido disminuyendo debido a una mayor caída de las compras del exterior con relación a la disminución del valor exportado hasta fin de año. Es posible que ese déficit pueda ser aun menor, en la medida en que las exportaciones se recuperen en algo y las importaciones continúen cayendo”, expresó.
Dos propuestas
Con el objeto de mejorar la situación del comercio exterior boliviano, el IBCE plantea la implementación de dos políticas que permitan al país captar un mayor volumen de divisas y así se frene el déficit comercial que se registra desde 2015.
“El IBCE sugiere que para volver a tener superávit en la balanza comercial y para que ese superávit alimente a las reservas internacionales netas (RIN) y éstas no sigan cayendo, se combinen dos políticas públicas”.
Estas son la promoción selectiva de exportaciones centrada en los sectores agropecuario, agroindustrial y forestal, y una política de sustitución selectiva sobre las importaciones.
La política de promoción selectiva de exportaciones , con carácter de urgencia, se tiene que focalizar en sectores de rápida reacción en términos de inversión, de producción, de generación de excedentes y de creación de empleo, además de divisas.
“Estamos hablando del sector agropecuario, agroindustrial y el sector forestal, sin desmerecer a todos los otros que requieren de un mayor esfuerzo”, apuntó.
En el caso de la política de sustitución competitiva de importaciones, Rodríguez señaló que ésta no debe significar una mayor protección del mercado interno, sino más bien dar condiciones a la producción nacional, de alimentos, de textiles, de marroquinería o de producción de biocombustibles para enfrentar el comercio exterior con mejores posibilidades de éxito, tanto respecto a las importaciones formales como el contrabando.