Unos 160.000 pollos fueron sacrificadas en Cochabamba debido a que eran susceptibles a contraer la influenza aviar por la cercanía a los puntos donde se detectó el virus y se activaron rastrillajes para evitar su propagación.
En Sacaba y Quillacollo fueron los lugares donde se detectaron los casos, aunque tras una investigación se descartó que existan otros municipios afectados, informó el director del Servicio Nacional de Sanidad e Inocuidad Alimentaria (Senasag), Javier Suárez.
A la par se realizó un rastrillaje a 10 kilómetros de la redonda de las granjas para poder verificar la existencia de algún otro predio o alguna otra localidad pudiera tener alguna sospecha de enfermedad compatible con la influenza aviar, sin embargo, fue descartado.
Las aves sacrificadas serán enterradas y posteriormente se realizará la limpieza y desinfección de los ambiente bajo sospecha y luego serán declaradas en cuarentena. Luego se dejará en estas granjas a animales como centinelas para descartar la presencia del virus.
Respecto a la procedencia de la enfermedad, Suárez explicó que unas las hipótesis que maneja es que la enfermedad llegó al país por aves que migraron hasta Cochabamba.
“Es una enfermedad que se disemina a través de aves silvestres que pueden provenir desde el hemisferio norte, realizan esta migración natural, su hospedero son las aves acuáticas y en el norte están entrando a invierno y estas aves viajan al sur”, explicó.
Sobre posibles contagios a humanos, Suárez recordó que desde 2020 solo se reportaron hay dos casos con sintomatología leve, aunque no fue por consumo, sino por la falta de bioseguridad a la hora del sacrificio de estas aves.
“El riesgo de contagio por este tipo de virus es mínimo, no es riesgoso como el COVID-19 u otro tipo de influenza”, aseguró.
Añadió que producto del trabajo de rastrillaje se descartó la presencia del virus en los municipios de Independencia y Tolata, en Cochabamba.