«Bolivia mantuvo un crecimiento económico sostenido y estabilidad de precios», aseguró el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Marcelo Montenegro, quien para 2023 prevé que el país «continuará en la senda de crecimiento, con énfasis en los proyectos de industrialización con sustitución de importaciones».
Después de realizar una evaluación, Montenegro recordó que en el contexto internacional uno de los principales efectos que dejó la guerra entre Rusia y Ucrania ha sido el incremento de los precios de las materias primas, de los alimentos, de los energéticos, los que se ha traducido en un aumento sostenido del nivel de precios a nivel internacional.
Para frenar las tasas de inflación las potencias mundiales incrementaron las tasas de interés, encareciendo el acceso a créditos financieros, con lo cual se desaceleró la expansión económica, según explicó el ministro.
“La economía boliviana ha tenido un buen desempeño; en un entorno enrarecido de alta volatilidad, incertidumbre a nivel mundial. En contraste, la economía boliviana ha mantenido estabilidad de precios y crecimiento económico”, resaltó el ministro.
Montenegro destacó que como reflejo de la recuperación económica, la facturación de los restaurantes se incrementó en 22% hasta octubre de 2022, en comparación con 2021, de igual forma se registró un aumento en la facturación de los hoteles en 37% y del transporte aéreo en 68% durante el período señalado.
Además, el empleo ha ido en aumento y, para octubre de 2022, son más de cuatro millones las personas que cuentan con un puesto de trabajo. A noviembre de 2022, Bolivia registra una inflación de 3% y se consolida como el índice de inflación más baja de Sudamérica, producto de las medidas aplicadas por el Gobierno para estabilizar los precios de la canasta familiar.
De igual forma, el sistema financiero se mantiene solvente con un incremento en los ahorros y los créditos al sector productivo, con una mora de 2,2% a octubre de 2022.
Para el próximo año, el Gobierno perfila mantener la estabilidad económica, una inflación controlada con énfasis en los proyectos de industrialización con sustitución de importaciones.
“El 2023 es un año para seguir reconstruyendo la economía con una tasa de crecimiento positivo, estabilidad de precios y un modelo que irá sustituyendo las importaciones gradualmente para generar un sector productivo con industrialización en química básica, industria farmacéutica” y muchos proyectos productivos”, remarcó Montenegro.