La Comisión Europea propuso nuevas normas para la Unión Europea (UE) sobre envases y empaques para abordar el problema del crecimiento de los residuos. Cada europeo genera anualmente casi 180 kg de residuos de este tipo, con un total estimado de 80 millones de toneladas. Continuar en el escenario de negocios habitual daría como resultado un aumento adicional del 19% de estos materiales para 2030 y un sorprendente aumento del 46% en los residuos de envases de plástico.
La propuesta apoya los objetivos del Plan de Acción de Economía Circular y el Pacto Verde Europeo para normalizar los productos sostenibles. La propuesta de la legislación para la UE sobre los residuos de envases y empaques tiene tres objetivos.
El primero es evitar el desperdicio de envases reduciendo su cantidad, restringiendo aquéllos que sean innecesarios y promoviendo soluciones de envoltorios reutilizables y rellenables.
El segundo es incrementar el reciclaje, logrando que todos los envases de la UE sean susceptibles de ser acopiados y reutilizados para 2030.
El tercero es reducir la demanda de recursos naturales primarios mediante la creación de un mercado secundario de materias primas y el aumento del reciclado de los envases plásticos a través de objetivos obligatorios.
Según la propuesta, los estados miembros de la UE deberán reducir los residuos de envases per cápita en un 5% para 2030 y un 15% para 2040 en comparación con los niveles de 2018. La legislación prevista también propone objetivos mínimos para la reutilización de los envoltorios y contenido reciclado en recipientes de plástico, como el 30% para botellas de bebidas para 2030 y el 65% para 2040. Ciertos contenedores de plástico, como las bolsitas de té y las cápsulas de café, deberán ser compostables. El compost es el material resultante de la descomposición aeróbica de la materia orgánica recogida separadamente mediante el proceso de compostaje. Es un material orgánico, higienizado y estable.
Si se adoptan, para 2030, las medidas propuestas reducirían las emisiones de gases de efecto invernadero de los envases en 23 millones de toneladas, el uso de agua en 1,1 millones de m3 y los costos del daño ambiental a la economía en 6.400 millones de euros.
Si bien estas propuestas aún no son obligatorias, las empresas de envasado y empaque ya están realizando cambios significativos y están haciendo la transición de sus modelos comerciales para alinearse con los principios de la economía circular. Por ejemplo, en noviembre de 2022, Nespresso anunció una nueva gama de cápsulas de café compostables a base de papel para satisfacer la creciente demanda de los consumidores de envases sostenibles. Mientras que, en enero de 2022, PepsiCo anunció que todos los paquetes de patatas fritas se fabricarían con plástico reciclado para 2030, lo que demuestra su compromiso con sus objetivos de sostenibilidad y economía circular.
Sin embargo, la acción voluntaria y las “lagunas” han llevado a un mercado saturado de afirmaciones falsas. La Changing Markets Foundation argumenta que las afirmaciones de las grandes marcas acerca de que los envases son “reciclables” y “reutilizables” son engañosas y una forma de lavado verde. El lavado verde consiste en hacer declaraciones falsas o engañosas sobre cuán ecológico es un producto o servicio. Aunque es poco probable que las empresas digan mentiras descaradas, en ocasiones sí hacen afirmaciones que son sutilmente engañosas.
Por ejemplo, Perfetti Van Melle, los fabricantes de mentas Mentos, no menciona que su nuevo empaque de caja de cartón ecológico es una composición no reciclable de cartón, aluminio y plástico. Mientras que, en España, tras la prohibición de la UE de los cubiertos de plástico de un solo uso, Mercadona, la cadena de supermercados más grande, renombró los cubiertos como “reutilizables” en lugar de ofrecer alternativas. Para que las empresas validen sus objetivos y se distancien de las acusaciones de lavado verde, deben establecer objetivos ratificados por la iniciativa Science Based Targets (Objetivos Basados en la Ciencia) y presionar por envases y empaques certificados.
En cuanto a la afectación de estas medidas entre las empresas de envasado y empaque, las mejor preparadas se verán favorecidas. Aquéllas con menos capacidad de adaptación verán mermadas sus posibilidades de prosperar. Para alimentar las cadenas productivas será necesario salir de las materias primas directas y pensar en trabajar con equipos de recolección y acopio de materiales para su reproceso.