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Investigación: Bolivia y Ecuador albergan los principales puntos de mayor tráfico de madera de la Amazonía

Bolivia y Ecuador albergan los principales puntos de mayor tráfico de madera en la cuenca amazónica, revela la investigación: «Amazonía saqueada: Las raíces de los delitos ambientales en cinco países”, realizada bajo la coordinación de InSight Crime.

La tala ilegal en la cuenca amazónica suele ser consecuencia de otros delitos ambientales, como la extracción ilegal de oro, el tráfico de tierras y el desarrollo agrícola, señala el estudio que abarcó Bolivia, Venezuela, Ecuador, Guyana y Surinam.

Los árboles también se talan ilegalmente para ser traficados explícitamente. Luego de ser talada, transportada y transformada en el Amazonas, la madera se vende en los mercados internacionales, como China y Estados Unidos.

En toda la región, la investigación señala que las redes criminales corporativas buscan especies de alto valor, a menudo en peligro de extinción. Entre ellas se encuentran el palisandro del Amazonas (Dalbergia Spruceana), la caoba (Swietenia macrophylla) y el cedro (Cedrus), que se utilizan para fabricar muebles e instrumentos musicales.

Las redes criminales también se abastecen de maderas más baratas y ligeras, como la balsa (Ochroma Pyramidale), que se utiliza en la construcción de turbinas eólicas y tablas de surf. El tráfico de madera se desarrolla en tres etapas: la tala, el transporte y la “transformación”.

En primer lugar, los “corteros” talan los árboles ilegalmente. A menudo, estos bosques se encuentran fuera de los límites de las concesiones y en zonas protegidas. A continuación, las redes criminales corporativas coordinan el transporte y el blanqueo, o “transformación”, de la madera.

En toda la cuenca amazónica se utilizan técnicas similares para encubrir el origen de la madera de origen ilegal. “Las empresas fachadas y la documentación fraudulenta disfrazan el origen de la madera cortada en zonas prohibidas o en volúmenes superiores a los autorizados”, señala el estudio presentado recientemente en la región.

Una vez lavada la madera, se vende en los mercados internacionales.“Bolivia y Ecuador albergan algunos de los principales puntos de mayor tráfico de madera en la cuenca amazónica”, señala el estudio.

La extracción ilegal de la madera

En la Amazonía boliviana, la madera se extrae ilegalmente en los departamentos de La Paz, Santa Cruz, Beni y Pando, sobre todo en las áreas protegidas, advierte el estudio que abarca del 2001 al 2021.

“El Parque Nacional Madidi, en el noreste de Bolivia a lo largo de la cuenca alta del río Amazonas, y el Parque Nacional Amboró, en el centro del país, han sido objeto de saqueos. Allí se extraen maderas duras de gran calidad y resistencia, como la caoba, conocida localmente como “madera de mara” y el palo de rosa (“tipa”), por cuenta de redes criminales corporativas”, señala informe.

Pero también el estudio advierte que el tráfico de madera en la Amazonía boliviana es promovido por las comunidades en las zonas donde el bosque se convierte en tierras agrícolas, que se debe en parte a la Ley 741 que autoriza el desmonte para pequeñas propiedades para actividades agrícolas y pecuarias del año 2015.

La investigación que es resultado de un año de investigación de campo y de fuentes abiertas —incluyendo investigación de escritorio y entrevistas telefónicas y personales con expertos en delitos ambientales, funcionarios gubernamentales, fuerzas de seguridad, académicos y otras fuentes.

“A través de pequeños Planes de Desmontes Pequeños (PDM-20) o formularios de planes de desmonte, la ley les permite a las comunidades desmontar hasta 20 hectáreas de árboles para dar paso a actividades agrícolas”, advierte el estudio basado en el análisis de Fundación Tierra.

El otro dato que sale a la luz es que la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierra (ABT) permite la venta de la madera talada durante este proceso de desmonte.

“Sin embargo, un experiodista del medio boliviano El Deber dice que las comunidades a menudo no respetan el límite de 20 hectáreas. Por el contrario, algunas se involucran en el tráfico de madera y les venden formularios de planes de desmonte (PDM 20) a las mafias madereras, que utilizan la documentación para lavar la madera”, menciona el documento.

Una vez talada, la madera se “lava” utilizando documentación fraudulenta –advierte el estudio- en la que se afirma que se ha cosechado en zonas y cantidades legalmente autorizadas, es cuando los Certificados de Origen Forestal (CFO) se rellenan con frecuencia con datos falsos. “Esta documentación también puede utilizarse para hacer pasar especies protegidas y en peligro de extinción por madera que puede ser talada legalmente”, dice el informe.

La madera se traslada después a ciudades de la región amazónica o a centros de comercio libres de impuestos. Allí se procesa en aserraderos pertenecientes a comunidades interculturales y ciudadanos chinos, según Alex Villca Limaco, líder indígena de San José de Uchupiamonas.

Deforestación localizada en la Amazonía

La mayor parte de la deforestación en Bolivia se ha concentrado en su Amazonía, sobre todo en la región de la Chiquitania, situada en el departamento de Santa Cruz, al suroriente del país, advierte el estudio.

“La pérdida de bosques también ha sido un problema en zonas del norte de los departamentos de La Paz y Beni; el Parque Nacional Madidi, situado al noroeste de La Paz; y en la frontera noroeste que Bolivia comparte con Perú”, cita el documento.

Se identificaron que los principales factores de deforestación en la cuenca amazónica están impulsados por una serie de delitos ambientales que incluyen: a) la ganadería y la expansión de la agroindustria, b) el tráfico de madera, c) el cultivo de coca, y d) la minería de oro legal e ilegal.

En Bolivia, se identificó a los incendios forestales provocados para despejar tierras para la agricultura como los principales causantes de la deforestación.

En tanto que la mayor parte de la pérdida de bosques en la Amazonía ecuatoriana se debe a la tala para el cultivo de palma de aceite. Por su parte, los bosques de Venezuela, Surinam y Guyana son los más afectados por la minería del oro.

Las actividades ganaderas y agrícolas en Bolivia y Acuerdo, son los principales motores de deforestación en ambos países amazónicos. Aunque la minería también contribuye a la deforestación en Bolivia y Ecuador.

La cría de ganado y otras actividades agrícolas representaron alrededor del 84% de la deforestación total en la cuenca amazónica en 2020, según un informe de la Red de Información Socioambiental Georreferenciada del Amazonas (RAISG), un consorcio de organizaciones de la sociedad civil que buscan promover la sostenibilidad en toda la Amazonía.

En el año 2000, la ganadería y la agricultura ocupaban 800.000 kilómetros cuadrados de la región. En las dos décadas siguientes, esta superficie aumentó un 81,5%. La expansión se explica por el aumento de la demanda internacional de soja, carne de vacuno y aceite de palma. Gran parte de esta demanda procede de Europa y Asia.

La agricultura a pequeña escala —que se refiere a la agricultura que cubre menos de dos hectáreas. —, la agricultura industrial y la ganadería a gran escala están impulsando la deforestación en toda la Amazonía.

Los árboles se cortan y queman para los cultivos y el pastoreo de ganado en áreas que se extienden más allá de los límites legales, o dentro de las reservas protegidas.

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