El déficit fiscal, el elevado gasto en la subvención de los carburantes, la deuda pública, el descenso de Reservas Internacionales Netas (RIN), mayor deuda y la posible reducción de remesas por la caída de monedas internacionales como el euro, encienden alarmas sobre la economía boliviana, según analistas, expertos y empresarios consultados por este medio.
En contraste, la inflación se mantiene baja y las exportaciones han repuntado, con un saldo comercial en superávit. La buena noticia es que, según las proyecciones del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), este año se batirá un récord en ventas al exterior.
El analista financiero Jaime Dunn considera que si bien existe estabilidad macroeconómica con baja inflación, este indicador tiene un costo muy alto que se refleja en el déficit fiscal elevado y en la reducción de las Reservas Internacionales Netas (RIN). “Para mantener la inflación el país debe subvencionar e importar carburantes y alimentos más caros”, puntualizó.
Y, para financiar el déficit fiscal se necesitan recursos, generando mayor endeudamiento interno, lo que se refleja en el crecimiento de este indicador.
La deuda interna que en diciembre de 2021 cerró con un saldo de 95.253,2 millones de bolivianos, hasta mayo de este año se elevó a 98.859 millones de bolivianos, según datos del Viceministerio del Tesoro.
Entre tanto, la deuda externa en 2021 cerró con un saldo de 12.697,7 millones de dólares de acuerdo con el Banco Central de Bolivia (BCB).
En contraste, el ministro de Economía, Marcelo Montenegro, señaló la semana pasada que el Gobierno tomó las previsiones necesarias para hacer frente a los embates producto de la guerra y la reciente caída de algunas monedas internacionales.
“Se tomaron previsiones presupuestarias para que todos estos embates y temas que se reflejan en la economía sean mitigados y que haya un menor impacto. Estamos preparados para resistir. No es que no vamos a sentir (efectos), somos una economía interconectada, sino que el efecto será de menor impacto”, dijo Montenegro al periódico El Deber.
Reservas Internacionales
Dunn añadió que las exportaciones han subido, pero no así las RIN, registrándose un movimiento de divisas hacia abajo. “Este segundo semestre va a ser clave porque ahí se va a empezar a ver indicadores en mayor estrés: el déficit puede ahondarse, mayor inflación. Lamentablemente a nivel mundial todas las señales indican que la situación se pone peor”, dijo.
Las Reservas que en diciembre de 2021 estaban en 4.752 millones de dólares, al 5 de julio bajaron a 4.418 millones de dólares. El stock de divisas se redujo de 1.648 millones de dólares a 1.351 millones de dólares (BCB).
Subvención
Lo que sigue subiendo es la subvención a los carburantes. El Gobierno ha admitido que el monto este año para ese rubro podría llegar a 1.000 millones de dólares. En el Presupuesto General del Estado (PGE) se había calculado 4.794,6 millones de bolivianos, es decir, 688,8 millones de dólares.
Las importaciones de combustibles a mayo ya llegaron a 1.304,4 millones de dólares, mientras que las exportaciones de hidrocarburos 1.170,3 millones, es decir que Bolivia en décadas está erogando más dinero en la compra de hidrocarburos que lo que recibe por exportar gas.
Déficit fiscal
Otro de los indicadores que preocupa es el del déficit fiscal programado, que es de 8,5%, pero expertos creen que puede subir más por el costo de subsidios a carburantes y alimentos.
El gerente de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), Gustavo Jáuregui, si bien ve una dinamización de la economía tras la crisis de la pandemia, ratifica que “la economía continúa en etapa de recuperación y no así de crecimiento”.
Advierte, además, que existen indicadores que deben recibir la atención necesaria como el déficit fiscal, que está llegando al noveno año consecutivo de balance negativo y el constante crecimiento de la deuda pública, que actualmente bordea el 75% del PIB.
“El empleo continúa precarizándose, al primer trimestre se registra una tasa de desocupación aproximada del 6%, lo cual representa cerca de 300 mil personas desocupadas y de la proporción restante de ocupación cerca del 70% no tiene un empleo formal”, sostuvo.
Agregó que la caída del euro repercutirá en menores remesas, especialmente España de donde llegan 470 millones de dólares anuales, un 34,2%.
El economista Rolando Morales opinó que los posibles impactos para Bolivia tienen que ver con una caída de precios de materias primas de acá a un año o dos. “Este año habrá crecimiento, las recaudaciones suben, hya dinero y la inflación es baja, no hay signos de crisis en lo inmediato”, remarcó.
Hidrocarburos en crisis y sin esperanza, según Jubileo
El analista de la Fundación Jubileo, Raúl Velasquez, advirtió que el sector hidrocarburos no sale de su crisis, hoy se produce 30% menos gas natural que en 2015.
La extracción de gas a junio alcanzó 42 millones de metros cúbicos día (MMmcd), cuando en 2015 se producía 60,3 MMmcd. La producción de líquidos bajó en 40% y obliga a importar gasolina y diésel a alto precio y subvencionar.
“Es decir que hemos dejado de producir 18 MMmcd y volver a niveles de antes implica tener éxito en varios proyectos de exploración. La política hidrocarburífera no sirvió para atraer inversión en exploración, solo se invirtió en la expolotación”, precisó.
Añadió que 15 años después los resultados son esta caída en la producción y que obliga a renegociar contratos con volúmenes a la baja y no permite aprovechar altos precios.
Según Velásquez menor producción y exportación de gas hace caer los ingresos y tiene impacto en las Reservas Internacionales Netas (RIN). Esto se traduce en menores regalías e Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) en favor de departamentos, municipios, universidades y otros.