El precio internacional del gas natural ha alcanzado su nivel máximo desde el año 2010. El millón de BTU cotizó a 6,56 dólares en abril de 2022. En enero de 2010 estuvo a 5,81; en febrero de 2014 a 5,97, el resto del tiempo apenas pasó de los 3,50. El precio más bajo se registró en junio de 2020 con 1,61 dólares.
La cotización no es la misma que se utiliza en Bolivia para calcular los ingresos percibidos por el gas natural exportado tanto a Brasil como a Argentina, ya que los contratos incluyen fórmulas para amortiguar las subidas bruscas y trasladarlos al semestre siguiente, pero sirve de referencia. Se prevé que los ingresos obtenidos por venta de gas en este 2022 sean superiores a los de 2021, que ya de por sí fue mucho mayor que las derivadas de 2020, en plena pandemia.
El efecto de las sanciones impuestas por occidente a Rusia por la invasión de Ucrania ha tirado de los precios de la energía hacia arriba, que ya venían tensionados en la última parte de 2021. La apuesta por la pervivencia del gas frente a los otros combustibles fósiles como el carbón y el petróleo por los efectos climáticos también ha adulterado el mercado.
Las ventas en Bolivia
De acuerdo a los datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), 2020 fue el año de peores ventas en Bolivia, pues se facturaros apenas 1.989 millones de dólares en el país. El segundo peor año fue 2016, con 2.049 millones de dólares, provocado por el derrumbe de precios de hidrocarburos, que dejó el barril por debajo de los 30 dólares.
El año 2021 se ha percibido un ligero incremento facturando un total de 2.249 millones de dólares mientras que en el primer trimestre de 2022, que es el de verano y por ende, el de menores ventas, ya se han facturado 649 millones de dólares. Los expertos señalan que con el incremento de precios y su impacto en los meses de invierno, cuando las nominaciones en Argentina son mayores y más caras, hará que los ingresos ronden los 3.000 millones de dólares.
Aunque Tarija ha ido perdiendo peso en la producción para exportación del gas natural, los pozos de Tarija siguen aportando el 53 por ciento de la producción nacional para la venta en el extranjero, principalmente a la Argentina, que es el mercado que paga más aunque compra menos. El segundo lugar lo ocupa ahora Santa Cruz con un 43 por ciento debido al peso que ha tomado Incahuasi, operado por Total, asociado de Gazprom. Mientras, la producción para exportación en Cochabamba y Chuquisaca es marginal y ronda el 4 por ciento.
Tomando en cuenta los datos ofrecidos por el IBCE, 344 millones de dólares en el primer trimestre hubieran salido de los campos tarijeños. De ellos, 37,8 millones de dólares deberían haberse liquidado en regalías, si bien las fórmulas de liquidación restan recursos por el costo del transporte y otros, por lo que la cifra aproximadamente ronda los 30 millones de dólares, de los que el 45 por ciento se liquidan al Chaco.
Cabe señalar que en el primer trimestre de 2022 el peso en las compras de Brasil ha sido muy superior al de Argentina. Mientras que en 2021 Brasil había comprado el 52% del gas, en 2022 ha comprado el 67 y Argentina, que había comprado el 48 por ciento ahora ha comprado el 33 por ciento. En términos económicos supone que Argentina pagó en el primer trimestre de 2021 unos 258 millones de dólares y en 2022, 214. Aún así, el presidente Luis Arce señaló que se venderán 100 millones de dólares adicionales a la Argentina en el periodo de invierno.
Tarija, en retroceso productivo de gas
Si en 2010 Tarija producía cerca del 80 por ciento del gas natural del país, su peso actual ha bajado hasta poco más del 50 por ciento. Es la consecuencia de la caída de la producción en San Antonio y San Alberto, los dos campos emblema del boom del gas que no han sido sustituidos en el departamento. De marcar récords de producción por encima de los 10 millones de metros cúbicos diarios, San Alberto ahora apenas supera los dos. Por otro lado, Margarita, repartida con Chuquisaca, ha llegado a su estabilización.