El Gobierno anunció el reinicio de las operaciones de la Empresa Siderúrgica del Mutún (ESM), con una inversión de 466 millones de dólares, de los cuales el 85% es financiado por el banco chino Eximbank y el 15% por el Tesoro General de la Nación (TGN).
Según el ministro de Minería, Ramiro Villavicencio, a partir de enero de 2020 el anterior Gobierno instruyó la paralización de las obras del Mutún.
Sin embargo, por instrucciones del presidente Luis Arce Catacora, por los beneficios que traerá a Bolivia, el Ministerio de Minería negoció por más de 60 días y logró un entendimiento con la empresa contratista Sinosteel y la empresa supervisora Cisdi, para retomar el proyecto.
En ese marco, dijo que se firmó un contrato el 1 de febrero de la presente gestión, en el que se estima la conclusión del proyecto para el último semestre de 2023, y la empresa Sinosteel bajo la supervisión de Cisdi elaborará un cronograma de avance que comenzará el 1 de marzo 2021.
En julio de 2020, el entonces presidente de la Empresa Siderúrgica del Mutún (ESM), Milko Moreno, informó que se tenía un informe técnico-legal en el que detalla que ex ejecutivos de la ESM desembolsaron 104 millones de dólares a favor de la china Sinosteel por el avance de obras que supuestamente era del 37% del proyecto siderúrgico, cuando la ejecución real apenas llegaba al 3%.
Dijo que esas irregularidades son investigadas por la Contraloría General del Estado, que inicialmente emitió un informe en el que tiene observaciones.
El anhelo de desarrollar el Mutún quedó en suspenso luego de romperse la relación con la firma india Jindal en 2012.