Un total de siete empresas extranjeras lidian para ejecutar el proyecto de industrialización del litio en Bolivia a través de la tecnología de Extracción Directa de Litio (EDL), que, entre sus principales características, permite acelerar los plazos.
Según datos expuestos en la audiencia de rendición pública de cuentas final 2021 de la estatal Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB), Citic-Grig, Catl, Fusión Enerich, Tbea, Uranium 1 Group, Lilac y Tecpetrol son las siete compañías que pugnan para llevar a efecto el proyecto.
El presidente de YLB, Carlos Ramos Mamani, dijo que esta empresa socializó una estrategia para la industrialización del litio en los salares de Uyuni, Coipasa y Pastos Grandes, y en ciudades capitales de Potosí y Oruro.
En ese contexto, explicó que durante el proceso de comercialización de productos derivados de las salmueras de los salares se realizó una gestión de mercadeo y, al mismo tiempo, se hizo una convocatoria internacional para implementar la tecnología EDL en el país, con el propósito de avanzar con más rapidez en la extracción del litio.
Asimismo, se suscribieron memorandos de entendimiento y acuerdos de confidencialidad con las compañías preseleccionadas. También se realizaron tomas de muestras en los tres salares mencionados.
“YLB alcanzó un récord histórico en ventas, con 51.399 toneladas de cloruro de potasio, 989 toneladas de carbonato de litio, 55 packs de baterías y 1.664 toneladas de otras sales. Sin embargo, se requiere trabajar de manera unida para que nuestra empresa estatal pueda seguir cosechando logros en beneficio del país y de todos los bolivianos”, señaló.
Según estudios, las reservas de litio en Bolivia alcanzan los 21 millones de toneladas, erigiéndose como una de las mayores del planeta y posesionando al salar de Uyuni como uno de los principales yacimientos de ese producto.
Redefinir el proyecto
El analista en minería Héctor Córdova afirmó que es muy importante que el Gobierno aclare a todo el país si la intención es exportar materia prima o sólo utilizar la muestra para fabricar productos como las baterías u otros. Es más, consideró “clave” ese aspecto para materializar el proyecto.
“Si la planta de carbonato de litio que está construyéndose, con todo lo que se alimente, es insuficiente para la dimensión de las fábricas posteriores, entonces hay que ver cómo se incrementa la cantidad de litio recuperado, y ahí interviene la estrategia de EDL. Ese punto para mí es suficiente, para qué vamos a meter otra tecnología, si con la evaporación de piscinas da suficiente para las fábricas; aunque no recuperemos todo el litio del salar, sacaremos lo suficiente para abastecer a nuestras fábricas”, puntualizó.
Subrayó que la EDL lo único que hará, respecto a la tecnología de evaporación que se tiene actualmente, es aumentar la cantidad de litio de alta calidad que se recupere del salar.
“Eso es materia prima, no tiene nada que ver todavía con la industrialización; eso viene después”, explicó.
No obstante, Córdova aseguró que la extracción directa de litio optimizará la tecnología con la que arrancó el proyecto: la de “evaporación en piscinas”, considerada barata porque la mayor parte del trabajo lo realiza el sol, haciendo volatilizar el líquido de la salmuera y dejando sólidos en el fondo.
“Sin embargo, este método recupera muy poco el litio que sale del salar. Bien dimensionado, el proyecto alcanza para alimentar la planta de cloruro de potasio y el resto. Me parece que eso ha sido calculado, bien estudiado; no obstante, aparentemente hay algunas dificultades, porque la alimentación a la planta de cloruro de potasio que debería servir para producir 350 mil toneladas al año, en 2021 sólo ha producido 50 mil, es decir siete veces menos, por lo que no se está utilizando la capacidad plena de esa planta”, añadió.
Córdova agregó que hay que ver la capacidad de producción de baterías que tendrá la fábrica, o si se producirán otras cosas, por ejemplo, vidrios, aislantes y medicamentos, entre otros.
ANALISTA SUGIERE NORMAS CLARAS
Para el abogado Iván von Borries, socio de Wayar & Von Borries, la explotación del litio (y el valor agregado que se le añada) requiere de normas claras para los actores privados interesados en venir a Bolivia, porque considera que no basta con un enunciado constitucional y escuetas normas que pretendan regularla.
“Se requiere de una ley especial que delimite las competencias y participación de Yacimientos de Litio Bolivianos, así como del Gobierno departamental productor y de las empresas interesadas en invertir”, dijo Von Borries en un artículo publicado en la revista Energía Bolivia.
En ese contexto, plantea las alianzas público-privadas como instrumento jurídico idóneo en virtud al cual todos los actores obtengan réditos y se trabaje en asociaciones a largo plazo, en las que además del retorno inmediato por la venta de la producción, se logre la importación de equipamiento con tecnología de punta, amén de la formación técnica de la mano de obra boliviana.
“Hoy el tren del litio aguarda en la estación, sólo resta desear que a partir de este 2022 se active de una vez por todas una política energética eficiente, destinada a la explotación sistemática del litio a cargo de profesionales con un alto grado de formación profesional y de esta manera, finalmente logremos “subirnos a un vagón”, agregó.
Es más, Von Borries advirtió que no hacerlo conllevará “quedarnos viendo pasar de largo el tren”, más aún si se toma en cuenta que la Agencia Internacional de Energía informó que la demanda de litio aumentará 42 veces para 2040.
Para el analista, esta proyección no debería extrañar a nadie si se toma en cuenta que muchas de las grandes empresas automotrices planean dejar de producir vehículos con motores de combustión en el mediano plazo, para concentrarse en lo inevitable: que la matriz de la movilidad global sea eminentemente eléctrica.