El deterioro de los campos hidrocarburíferos de Bolivia no solamente se refleja en la baja producción de petróleo y gas, sino también la de Gas Licuado de Petróleo (GLP). Según datos oficiales, la producción de GLP en plantas de procesamiento de gas bajó en aproximadamente un 50 por ciento entre 2015 y 2020.
Y aunque la producción de GLP en plantas separadoras de líquidos Carlos Villegas, en Yacuiba, y Río Grande, en Santa Cruz, tiene un notable aumento entre 2016 y 2020, éstas sólo operan a un promedio cercano al 33 por ciento de su capacidad instalada.
Según información disponible en la página web del Viceministerio de Exploración y Explotación de Hidrocarburos, la producción fiscalizada nacional de GLP en 2015 tuvo un promedio de al menos 400 toneladas métricas por día (TMD), mientras que en 2020 (entre enero y octubre) el promedio se aproxima a las 200 TMD (ver infografía).
Las cifras hacen referencia a una disminución de aproximadamente un 50 por ciento de la producción de GLP.
El analista y exministro de Hidrocarburos, Álvaro Ríos, explica que mencionada información corresponde a la producción de GLP en las plantas de procesamiento de gas, las que se encuentran al lado de los pozos. Indica que también se produce GLP en las plantas separadoras de líquidos y en las refinerías.
En opinión del especialista, existe una notable caída en la producción de GLP en plantas de procesamiento debido a que los campos petrolíferos y gasíferos también tienen cada vez menor producción.
“Esta tendencia nos dice que no solamente la producción de petróleo está cayendo y la de gas natural, sino también la producción de GLP”, dice Ríos.
Menciona también que el sector hidrocarburos de Bolivia requiere de un cambio de timón que dé lugar a una masiva exploración, ya que, caso contrario, dentro de cuatro o cinco años el país tendrá que comenzar a importar GLP.
Sin embargo, datos proporcionados por la consultora especializada Gas Energy Latin America (GELA) muestran que la producción de GLP en las plantas separadoras de líquidos Carlos Villegas y Río Grande tienen un notable incremento. En 2016 el promedio fue de 590 TMD, mientras que en 2020 llegó a 1.000.
En ese periodo de cinco años, la producción promedio de GLP alcanzó a 860 TMD, pero este volumen no deja de ser reducido en comparación con la capacidad instalada -entre ambas plantas- que llega a 2.608 TMD. Las 860 TMD sólo equivalen al 33 por ciento de la capacidad instalada.
Al respecto, el geólogo y analista en hidrocarburos, Daniel Zenteno, señala que, al disminuir la producción de gas natural, también se disminuye el abastecimiento a las plantas separadoras de líquidos, de modo que éstas reducen la producción de GLP y se mantienen con capacidad ociosa.
Sin embargo, Zenteno señala que otro motivo para la caída de la producción es la baja demanda del mercado paraguayo, puesto que las exportaciones a ese país disminuyeron considerablemente en 2020.
Al respecto, datos de GELA señalan que las ventas de GLP a Paraguay alcanzaron un promedio de 197,6 TMD en 2019 y de 120,9 en 2020 (al mes de octubre). De ese modo, las exportaciones bajaron en 39 por ciento.
En 2019, Bolivia exportó un volumen promedio de 345,1 TMD de GLP a los mercados de Paraguay, Perú, Brasil y Argentina, mientras que en 2020 envió solamente un promedio de 254,9 TMD a dichos mercados, excepto el argentino. En base a esa información, las exportaciones bajaron en 26 por ciento entre 2019 y 2020.
“La planta, si cumpliera sus objetivos para los cuales fue construida, sería una gran cosa. La situación de nuestro país sería otra, sería favorable, estaríamos en mejor situación. Mercado para GLP hay”, aseguró el analista.
Adenda con Agentina. La quinta adenda al contrato de exportación de gas natural entre Bolivia y Argentina, que contempla la reducción de volúmenes enviados en el periodo de invierno de 18 millones de metros cúbicos día (MMm3d) a 14 MMm3d, incidirá en una menor producción de GLP.
Según Zenteno, al reducir los envíos a Argentina también se reduce el gas que pasa por la planta separadora de líquidos Carlos Villegas, donde se produce GLP.
Ante esta situación decadente en el sector hidrocarburos, el especialista considera fundamental que YPFB haga uso de la capacidad y conocimiento de sus profesionales para iniciar un plan de perforación de pozos exploratorios exitosos con la finalidad de descubrir nuevas reservas de gas y petróleo.
Explica que Bolivia tiene un potencial superior a los 1.000 trillones de pies cúbicos de gas (TCF) y que sus condiciones geológicas que son ideales para concretar nuevos descubrimientos.
En Bolivia se distribuyen 200 mil garrafas por día
El abastecimiento de GLP en el mercado interno está garantizado, puesto la demanda nacional, según datos de Gas Energy Latin America (GELA), es de al menos 1.200 TMD, volumen que se encuentra por debajo de la producción conjunta en las plantas de procesamiento, plantas separadoras de líquidos y refinerías.
Según el presidente de la Cámara Nacional de Distribuidores de GLP, Simón Ferrufino, la distribución del combustible en el país se lleva a cabo con normalidad y no existen desequilibrios entre oferta y demanda.
El dirigente menciona que, a nivel nacional, se distribuyen más de 200 mil garrafas por día, sobre todo en las ciudades del eje troncal que encabezan el consumo.
Ferrufino menciona que la distribución en La Paz llega a las 45 mil garrafas por día, en Santa Cruz a 40 mil y en Cochabamba a 25 mil. El resto de los departamentos demandan menores proporciones.
El pasado 7 de diciembre, la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) lanzó el Plan Amanecer el objetivo de garantizar el normal abastecimiento de GLP en Bolivia, para lo cual lleva a cabo labores de control de la calidad, peso y precio justo del producto hasta el consumidor final.
El director de la ANH, Germán Jiménez, informó que en Cochabamba se distribuyen entre 26 mil y 30 mil garrafas de GLP por día, para lo cual se realizó un estricto control a 80 camiones distribuidos.