La reducción de exportaciones y de remesas del exterior provocaron una considerable caída del 18,4 por ciento de las Reservas Internacionales Netas (RIN) en 2020. En un contexto marcado por el rebrote de la Covid-19, la tendencia continuará a la baja en 2021, por lo que sugieren consolidar la industrialización del litio y la apertura de nuevos mercados del gas.
Según datos del Banco Central de Bolivia (BCB), las RIN, a diciembre de 2020, llegaron a 5.276 millones de dólares, 18,4 por ciento por debajo de los 6.468 millones alcanzados a diciembre de 2019.
En opinión del economista Germán Molina, las reservas internacionales son inferiores al nivel óptimo que debiera tener el país —6 mil millones de dólares—, debido a la disminución de dos fuentes principales como son las exportaciones y las remesas.
Los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) reflejan que, entre enero y noviembre de 2020, las exportaciones bolivianas llegaron a 6.177 millones de dólares, un 24 por ciento menos en relación a similar periodo de 2019.
En tanto, información difundida por el BCB muestra que las remesas del exterior, en noviembre de 2020, alcanzaron un valor de 106 millones de dólares, monto menor en 4,5 por ciento en relación a octubre.
Molina explica que el hecho de tener RIN por debajo del nivel óptimo significa que no habría la suficiente cantidad de dólares para atender una demanda simultánea en caso de que toda la población decida cambiar su moneda boliviana a dólar.
En este contexto, el analista señala que, por las características de la economía nacional, la única manera de subir las RIN es incrementando las exportaciones. Para ello, considera fundamental avanzar en el proyecto de industrialización del litio, que permitirá generar importantes divisas por la exportación de baterías.
También afirma que el país debe consolidar las exportaciones de gas a los mercados de Brasil y Argentina, los cuales tienen la intención de negociar entre sí la compra y venta del combustible en un escenario marcado por la reducción de la oferta boliviana.
Y es que la última adenda firmada entre Bolivia y Argentina, el 31 de diciembre de 2020, establece la exportación de 10 a 14 millones de metros cúbicos día (MMm3d), un 22 por ciento menos en relación a los envíos establecidos en la adenda anterior.
Observan medidas contradictorias
La creación del Impuesto a las Grandes Fortunas (IGF) y la fijación de cupos a las exportaciones de soya y derivados son medidas que, en opinión del economista Germán Molina, son contraproducentes para la recuperación de las Reservas Internacionales Netas (RIN).
Según el especialista, la inversión extranjera directa es una de las fuentes que permite el incremento de las RIN, pero observa que la creación de mencionado tributo hace que el país no sea atractivo para los inversionistas.
También señala que la medida gubernamental de fijar cupos para las exportaciones de soya y sus derivados, cuando el precio internacional de este producto se encuentra elevado, por encima de los 500 dólares por tonelada, es una medida contradictoria para la economía porque obstaculiza la recuperación de las reservas internacionales.