El principal ejecutivo de ARPEL en entrevista exclusiva con Energy Press, realizó un análisis general del sector energético en la región. Bolivia está entre los países más vulnerables por ser altamente dependiente de los hidrocarburos.
¿Cuál fue el impacto en el sector del petróleo y gas, y cuáles son los nuevos horizontes para 2021?
La reducción de la demanda de hidrocarburos simultáneamente a la de los precios del petróleo y gas, golpeó fuertemente a América Latina y el Caribe (de aquí en más, la Región). Las fuertes caídas en la producción -que en algunos países llegaron a ser de hasta un 35%- han afectado y afectarán a los países de nuestra Región de diversas maneras.
Los países más vulnerables no son necesariamente los mayores productores, sino los altamente dependientes de los hidrocarburos, como Venezuela, Ecuador, Colombia y Bolivia. Por otra parte, tenemos países como Venezuela, México y Argentina, cuya perspectiva fiscal y capacidad de ahorro y endeudamiento pueden limitar su capacidad de inversión en la recuperación del sector.
Además, no debemos perder de vista que -ante perspectivas de precios por debajo de $us 50 el barril- aquellos países con campos de alto costo operativo podrían no ser rentables, y aunque en el corto plazo puedan llegar a sobrevivir a estos precios, las consecuencias a largo plazo en la inversión y la producción podrían ser significativas.
Sin embargo, todos los estudios pronostican un crecimiento en la demanda de hidrocarburos para el 2021, y una recuperación a mediano y largo plazo que -aunque menor a las predicciones previas a la pandemia- demuestran el importante rol que tendrán los hidrocarburos para seguir abasteciendo la creciente demanda energética.
¿Cuáles son las oportunidades de la Región con respecto a estos mercados?
En general, el atractivo de la Región para invertir en exploración y producción de petróleo y gas es grande y diverso.
Por ejemplo, Colombia planea reanudar las rondas de licencias petroleras y convertir los contratos de evaluación técnica para áreas marinas en permisos de exploración que han atraído a actores locales e internacionales.
Por otro lado, Brasil espera una reactivación de la industria petrolera a partir del próximo año, luego de la asignación de nuevas inversiones en campañas de perforación y adquisición sísmica, para áreas adjudicadas en las rondas de licencias celebradas en los últimos 3 años. Junto con Petrobras, hay varias empresas internacionales que están enfocando su trabajo en las vastas reservas del presal, las que, por cierto, tienen costos de extracción bastante bajos. Asimismo, Brasil continúa con sus planes de abrir el mercado de gas natural a empresas privadas, y con el programa de desinversión de Petrobras en midstream y downstream, que también está abriendo el camino a empresas privadas y nuevas inversiones.
En el caso de México, los ambiciosos planes del gobierno para revertir la caída de la producción se basan exclusivamente en Pemex, y el gobierno está haciendo esfuerzos para ayudar a la empresa estatal a fortalecer sus finanzas. Algunas firmas consultoras internacionales argumentan que la cancelación por parte del gobierno actual de las rondas de petróleo y gas y farmouts, junto con las subastas de energía renovable, limitarán el alcance de nuevas inversiones y harán que el objetivo de 2 millones de BBD sea aún más difícil de lograr.
En los últimos meses hemos visto que la actividad del upstream en Argentina se ha ido recuperando lentamente. Los costos de producción han ido disminuyendo en Vaca Muerta y algunos analistas indican que, mientras el Brent esté por encima de los 30 dólares el barril, las partes más desarrolladas de Vaca Muerta volverían a tener sentido económico. El gobierno argentino acaba de implementar su plan de estimulación del gas natural y, una vez superada la crisis, es muy probable que los planes para desarrollar todo el potencial de Vaca Muerta sean realizados por todas las empresas que operan en una de las mayores reservas de gas de esquisto del mundo, y varias de estas empresas son importantes actores internacionales.
A pesar del incremento de la producción de gas natural en Brasil y Argentina, el gas natural de Bolivia, que está muy integrado a la dinámica del mercado de estos países, es también una buena opción para atender las potenciales demandas insatisfechas de sus vecinos.
Guyana es otro game changer junto con Vaca Muerta. Con el inicio de la producción de petróleo costa afuera, las grandes empresas de petróleo y gas están atentas al avance del pujante segmento de exploración en la cuenca Guyana-Surinam. Hoy Guyana produce 100 mil barriles, pero se espera que en los próximos años supere el millón, y esto va a generar un impacto positivo en el país. Y su vecino, Surinam, ha estado promocionando con éxito el offshore y su empresa estatal ha anunciado recientemente nuevos descubrimientos. Estos hallazgos pueden convertir a Surinam y Guyana en socios sinérgicos desde el punto de vista logístico, en aspectos tales como barcos de sísmica, perforadoras y transporte, entre otros.
Estos son sólo algunos ejemplos del gran atractivo para invertir y operar en América Latina y el Caribe. Hay casi 200 operadores en la Región con diferentes estrategias, carteras y conocimiento técnico. Los recursos disponibles pueden incluir cuencas costa afuera, campos maduros, no convencionales y petróleos pesados, entre otros, y cada empresa encontrará un país de nicho para usar sus habilidades como ventaja competitiva.
¿Cómo deben encarar sus operaciones las empresas este 2021 cuando existe incertidumbre y precios bajos en la industria?
Los impulsores clave para las compañías petroleras al prepararse para el 2021 muy seguramente apuntarán a asegurar su resiliencia, y eso significa abordar simultáneamente la rentabilidad a corto plazo y la sostenibilidad a largo plazo.
ARPEL tiene una membresía diversa, compuesta por 24 empresas estatales, privadas y proveedores de servicios, que operan en 30 países y, según las entrevistas que hemos tenido con ellos en los últimos meses, se están enfocando en varias áreas clave.
Por ejemplo, en el corto plazo, algunas empresas están rediseñando sus modelos operativos al identificar el potencial total de los activos críticos. Algunas otras están ampliando sus capacidades de innovación y digitalización, incluyendo las operaciones remotas, para mejorar su rentabilidad. También están trabajando para garantizar la resistencia de la cadena de suministro a través de asociaciones, compartiendo, por ejemplo, infraestructura o servicios. Asimismo, por supuesto, todos ellos se centran en la priorización del CAPEX y la gestión estricta del efectivo.
Si miramos los enfoques de mediano a largo plazo, algunas empresas están considerando rediseñar sus estrategias de cartera, ya sea pasando del petróleo al gas, o explorando oportunidades de energía renovable. Y casi todas están pensando en sentar las bases de la estructura y el talento humano del futuro. Esto incluye comprimir jerarquías y volverse más ágiles, así como adquirir, desarrollar y retener el capital humano que se requerirá en el futuro.
Es muy probable que la inversión en exploración a mediano plazo experimente una reducción moderada, representando un riesgo para las áreas inexploradas de América Latina. Por otra parte, es probable que las empresas operadoras reaccionen de manera distinta a las señales de precios, realizando recortes rápidos al bajar los precios, y siendo cautelosas en épocas de precios más altos, aun cuando los costos del sector de servicios les sean favorables.
¿Qué nuevas políticas se deberían aplicar desde los gobiernos para apoyar el desarrollo del sector petrolero y gasífero en la región, en estos tiempos de crisis?
Desde una perspectiva regional, vale la pena recordar que las economías de América Latina y el Caribe dependen en gran medida de los ingresos de sus recursos de petróleo y gas . Esto significa que los Estados deben prepararse para identificar estrategias que simultáneamente fomenten la exploración de nuevas áreas, y mantengan activa toda la cadena de valor de la industria.
Hasta ahora, y con el control de la pandemia y las medidas sanitarias para la sociedad como máxima prioridad, los gobiernos y reguladores de la Región han estado tomando una serie de medidas diseñadas para mitigar el impacto de una dura recesión del precio del petróleo en los operadores.
Cuando hablamos del sector petróleo y gas, cada país es una realidad distinta en nuestra Región y por ende, es difícil decir cuáles son las mejores estrategias individuales. Sin embargo, hay dos aspectos importantes que seguramente sentarán las bases de las políticas y estrategias de los gobiernos de la Región para mantener el atractivo y asegurar la recuperación del sector.
Por un lado, es importante que los gobiernos mantengan la estabilidad jurídica con la que el país logró atraer a los inversionistas (ahora operadores), desarrollando normativas temporales y siendo flexibles en aquellas cláusulas contractuales que, permitiendo operaciones seguras antes que todo, mantengan el concepto de ganar-ganar durante y posterior a la coyuntura.
Además, los gobiernos se deben preparar para asegurar que se mantenga activa la cadena de valor.