Las autoridades de Gobierno y los gobiernos subnacionales acordaron reducir al máximo la circulación de las personas y restringir actividades pero, de ningún modo se prevé la declaratoria de una cuarenta rígida cuando Bolivia enfrenta la segunda ola de contagio por coronavirus.
“La semana anterior cuando nos reunimos con los alcaldes de las tres ciudades más afectadas, La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, se ha coincidido de forma prácticamente unánime de velar por la ciudadanía y la economía en nuestras ciudades (…) nuestro país tendría dificultades de poder enfrentar una cuarentena rígida”, dijo el portavoz del Gobierno, Jorge Richter.
La Alcaldesa de Santa Cruz, Angélica Sosa, también descartó la posibilidad de ir a un encierro total de las personas tal como sucedió entre marzo y junio del pasado año. Aunque los pedidos de una nueva cuarentena, crece en el país a medida que se presentan los casos diarios de infecciones de Covd-19.
Por las declaraciones de las autoridades del Legislativo y Ejecutivo, está claro que el Gobierno no pretende implementar un encierro total. Richer dijo que todos los esfuerzos que están haciendo como Gobierno es para evitar ese encierro total. Explicó que las pruebas que llegaron servirán para detectar a las personas que tienen Covid-19 y aislarlos, más aún a los asintomáticos que son los que representan un verdadero peligro.
“Tener salud y no tener economía es un conflicto, tener economía y no tener salud también es un problema, entonces vamos avanzando en esa lógica y lo hemos compartido con gobernaciones y con los municipios”, justificó el vocero del presidente.
La Paz se encuentra en puertas de una nueva festividad que provoca aglomeraciones por dos semanas aproximadamente, se trata de la fiesta de la Alasita a la que asisten incluso los mandatarios. El municipio, que también se pronunció por una cuarentena rígida es el que organiza este evento que concentra a miles de personas que asisten diariamente a esta feria.