Tras la conclusión de la denominada Cumbre por la Democracia y la Estabilidad a la que convocó el Gobierno, el expresidente Evo Morales calificó al encuentro como un “insulto” y “distracción” diseñado para ocultar el “sufrimiento del pueblo”.
Morales afirmó que el acuerdo alcanzado no resuelve de forma estructural la crisis económica, ya que las largas filas para adquirir combustible, la falta de dólares y la escasez de alimentos seguirán siendo la realidad diaria para los bolivianos. Asimismo, enfatizó que la inflación y el alza de precios continuarán erosionando el poder adquisitivo de la población.
El expresidente subrayó que Bolivia necesita un cambio radical en la gestión económica, orientado al bienestar del pueblo y la patria, y rechazó la dependencia del endeudamiento y la limosna internacional como soluciones paliativas.
Morales
“El presidente (Luis Arce), sus ministros y otras autoridades deben compartir el dolor del pueblo que sufre hambre, desempleo y recesión”, expresó Morales, denunciando además que las pugnas políticas y los intereses particulares han dejado al país sin una respuesta efectiva ante la crisis.
En el encuentro convocado por el Gobierno en la Casa Grande del Pueblo, representantes de distintos órganos del Estado y fuerzas políticas se reunieron con el objetivo de buscar la estabilidad en medio de la crisis de abastecimiento.
Durante dicho encuentro se rechazó el intento de acortar el mandato del presidente Arce y se reafirmó la realización de las elecciones generales para el 17 de agosto.
Los participantes destacaron que “el diálogo y la democracia son el mejor camino para la convivencia y el desarrollo económico y social”, un mensaje que, según Morales, resulta una maniobra para desviar la atención de los problemas estructurales.
Para Morales, esta situación demuestra el fracaso del actual modelo de gestión económica, que ha llevado al país a enfrentar una severa crisis que afecta a todos los sectores. E
Por ello, el exmandatario hizo un llamado a implementar una política de austeridad real, que ponga fin al “derroche y a la corrupción” y que garantice un cambio profundo en favor de los trabajadores y las familias bolivianas.