Los factores que ocasionan la escasez de combustibles en el país son tres, según escribió ayer en sus redes sociales el analista económico y presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero.
Según Romero la primera causa es la subvención a los carburantes, no por el gasto en el que se incurre, que representa aproximadamente el 3% del PGE, sino por sus daños colaterales.
“Entre estas afectaciones están: contrabando masivo hacia países vecinos como el Perú, debido a su bajo costo, consumo elevado de carburantes en más de 600 mil vehículos indocumentados, dentro y fuera del país, uso indiscriminado de la gasolina y diésel subvencionado en actividades ilícitas como el narcotráfico y la minería ilegal”, dijo.
La segunda razón es el problema de solvencia y liquidez financiera, principalmente en divisas tanto de YPFB como del Gobierno, debido a la caída de las exportaciones de gas natural y por lo tanto de los ingresos en dólares y el crecimiento desmedido y sostenido del gasto estatal, que ha dado lugar a 11 años consecutivos de déficit fiscal, con consecuencias tales como el agotamiento de nuestras RIN, crisis cambiaria, comercial, energética, entre otras.
Una tercera causa, de acuerdo al análisis de Romero, es la política hidrocarburífera y energética ineficiente, la cual no ha generado la sustitución de importaciones ni la industrialización de los hidrocarburos en el país, que, con la actual ley de hidrocarburos, solo se ha dedicado a cosechar los frutos de décadas pasadas. Por ello, el actual desabastecimiento crónico de carburantes, no solo es por la falta de divisas, sino porque jamás se tuvo la voluntad y capacidad de producir lo que consume nuestra economía.
“Aunque la estatal petrolera y el mismo Gobierno busque responsabilizar de la actual crisis de carburantes en el país al contexto externo, oposición, rivales políticos y a una ALP, que según ellos, no aprueban $us. 1.667 millones de dólares para compra de gasolina y diésel, siendo que estos créditos tienen otra finalidad, no se puede tapar el sol con un dedo, esta crisis estructural de más de una década es consecuencia de los factores explicados, la cual ha comenzado a mostrar su rostro más feo”, puntualizó.
Finalmente, recordó, que el lunes pasado el Gobierno aprobó el Decreto Supremo N° 5348, el cual faculta a YPFB a buscar divisas a través del Banco Unión, como también tomar acciones para obtener los recursos para importar diésel e insumos para la elaboración de gasolina, en cumplimiento de lo que indica la CPE.
“Inclusive se habla del uso de criptomonedas para pagar a los proveedores de carburantes, sin embargo, esto depende de la aceptación de los mismos, y que, estos activos virtuales se compran con dólares, los cuales están cotizados por encima de los Bs. 11, lo cual significaría mayor gasto público y endeudamiento interno”.
“Pienso que aunque el litro de diésel o gasolina se venda a Bs 50, sin subvención, no resuelve el problema de falta de liquidez de YPFB, ya que se necesita dólares para importar carburantes, y con un dólar caro, el problema queda irresuelto, es decir no se resuelve de fondo. Si YPFB quiere hacer de intermediario, tampoco resuelve esta crisis, solo la desinflaría un poco, debido a que hay muy pocas empresas que tienen dólares suficientes para importar carburantes bajo esta coyuntura, ya sea para uso propio o comercio, además, bajo las actuales condiciones, no es atractivo”, puntualizó.
Finalizó indicando que solo quedan dos caminos a YPFB y al Gobierno para salir temporalmente de esta situación: “prestarse o endeudarse más, sobre todo internamente, a través de políticas no convencionales como este decreto o el uso de recursos administrados públicamente pero de carácter privado, y el otro camino, es liberar plenamente las importaciones de carburantes, eliminando su participación y las trabas administrativas, donde temporalmente los importadores no paguen impuestos ni aranceles. Puede sonar muy anti socialistas estas recomendaciones, pero no le queda muchas opciones, lo peor sería actuar demagógicamente como hasta la fecha”.