Las compañías brasileñas Âmbar Energia y Cigás, unidas en sus esfuerzos para que se mantenga una disposición del proyecto de ley de energía eólica marina que ordena la contratación de centrales a gas, se enfrentan ahora por el proceso de transferencia del control de Amazonas Energia.
En octubre de 2024, Âmbar Energia, parte del poderoso grupo J&F, propiedad de los hermanos Joesley y Wesley Batista, firmó un acuerdo para hacerse cargo de la distribuidora de energía eléctrica, que enfrenta dificultades financieras.
La medida tenía como objetivo evitar la intervención federal y sirvió como alternativa a la terminación de la concesión que antes estaba en manos de Oliveira Energia.
Sin embargo, la transferencia del control ha provocado la resistencia de Cigás, controlada por el gobierno del estado de Amazonas y Termogás. Carlos Suarez, uno de los empresarios más influyentes en la política de Brasil y conocido como el «rey del gas», es accionista de Termogás.
Cigás provee gas a una serie de termoeléctricas que Eletrobras vendió a Âmbar. Suarez había competido por esos activos, pero perdió ante Âmbar durante el proceso de licitación. Ahora Cigás afirma que Âmbar no puede ofrecer las mismas garantías financieras establecidas por Eletrobras en los contratos de suministro de gas.
En respuesta, Cigás obtuvo medidas cautelares para impedir que los contratos de las plantas con Amazonas Energia pasen de ser contratos de compraventa de energía a contratos de reserva de energía (CER).
La disputa sobre los CER
Los CER están diseñados para mejorar la confiabilidad del sistema nacional de suministro de electricidad. Estos contratos permiten que las centrales funcionen solo cuando lo ordena el operador de la red nacional ONS, generalmente durante sequías o en niveles bajos de los embalses hidroeléctricos.
Los costos de los CER se distribuyen entre todos los consumidores de la red nacional, lo que alivia la presión financiera sobre Amazonas Energia, que ha lidiado con altas tasas de incumplimiento.
Cigás sostiene que la conversión de los contratos podría alterar los volúmenes de generación eléctrica y ello podría desajustar la producción de electricidad con los volúmenes de suministro de gas.
Dictamen judicial reciente
La disputa llegó a un punto crítico el 10 de enero, cuando João Batista Moreira, presidente de un tribunal regional federal, revocó la medida cautelar de Cigás.
En su decisión, Moreira afirmó que Cigás actuaba ante todo en defensa de sus intereses financieros y no del interés público.
«Es claro que la empresa, en esta suspensión de la medida cautelar, está actuando principalmente en defensa de sus intereses financieros, es decir, temiendo el riesgo de que los cambios en la propiedad y composición de Amazonas Energia puedan perjudicar la ejecución de los contratos de suministro de gas que han celebrado», señaló el juez.
Una fuente del sector conocedora del tema cree que es improbable que la decisión se revierta a favor de Cigás, dada la necesidad del Gobierno Federal de estabilizar Amazonas Energia.
«No he sabido de otros interesados en la distribuidora bajo las condiciones pactadas en un principio, lo que nos lleva a creer que el acuerdo con Âmbar debe mantenerse», dijo la fuente a BNamericas bajo condición de anonimato.
«Nadie tiene toda la razón, pero hoy Âmbar tiene más respaldo legal», agregó.
A través de su oficina de prensa, Âmbar enfatizó su compromiso de resistir lo que calificó como presiones indebidas por parte de Carlos Suarez.
“Âmbar no cederá a las reiteradas presiones del empresario Carlos Suarez, quien pretende crear dificultades para obtener ventajas tras perder un proceso privado competitivo e intenso”, indicó la compañía.
Asimismo, Âmbar aclaró que la adquisición de las plantas de Eletrobras implicó solo los activos, sin caja ni deuda, como ya se había revelado.
“La operación no afecta a ningún presunto derecho de Cigás ni altera las condiciones ni los riesgos de su negocio. Este nuevo intento de Suarez de sacar provecho de una operación que no le concierne corrió la misma suerte que sus anteriores ataques contra los intereses de Ámbar: el fracaso”, añadió.
Cigás no respondió a la solicitud de comentarios de BNamericas.