La Agencia Internacional de Energía (AIE) lanza un mensaje contundente: la adopción masiva de vehículos eléctricos (VE) dependerá de su accesibilidad económica. Aunque las ventas globales de VE alcanzaron los 17 millones de unidades en 2024, la transición hacia un mercado dominado por la electromovilidad requiere modelos menos onerosos que permitan a más personas adquirirlos.
Si bien los VE ofrecen costos de propiedad más bajos debido a menores gastos de combustible y mantenimiento, el precio de compra inicial sigue siendo el mayor obstáculo para muchos consumidores. «Reducir los precios iniciales es clave para impulsar su aceptación», enfatiza el informe. Esto es especialmente cierto en mercados emergentes, donde los vehículos de combustión interna (ICE) dominan debido a liderazgo en precios.
En India, por ejemplo, Tata Motors lanzó modelos eléctricos por debajo de los $us 15.000 en 2023, pero estos todavía enfrentan la competencia de vehículos que usan combustibles fósiles y que cuestan aproximadamente $us 7.000. Mientras tanto, en Vietnam, la marca local VinFast introdujo un mini SUV eléctrico por menos de $us 13.000 en 2024, marcando un hito en asequibilidad para la región del sudeste asiático.
China y sus vehículos lideran el camino
China sigue siendo un referente mundial en la producción de VE asequibles. «Cerca del 95% de los autos pequeños vendidos en China en el primer semestre de 2024 fueron eléctricos», destaca el informe. Gracias a más de una década de apoyo político, intensa competencia y reducción de precios de baterías, los VE en China no solo son competitivos en costo, sino que superan en ventas a sus equivalentes de combustión interna.
Europa y Estados Unidos atrasados
En Europa, los VE siguen siendo significativamente más caros que los modelos tradicionales, con un precio promedio un 40% mayor. Según una encuesta de la Comisión Europea, los consumidores están dispuestos a pagar hasta 20.000 euros, una cifra muy por debajo del costo de la mayoría de los modelos disponibles. No obstante, se espera que nueve nuevos modelos eléctricos con precios inferiores a 25.000 euros sean lanzados en 2025, impulsados por estrictos objetivos de emisiones.
En Estados Unidos, las reducciones de precios lideradas por Tesla han cerrado la brecha, pero los modelos más baratos todavía rondan los $us 30.000, mucho más que los vehículos de combustión interna más vendidos. Esto subraya la necesidad de una mayor competencia para reducir los costos.
Políticas públicas a favor de los vehículos eléctricos
El informe también destaca el papel crucial de las políticas públicas y la competencia en la reducción de costos. En Francia, el plan de arrendamiento social introducido en 2023 ha permitido que miles de hogares accedan a VE por pagos mensuales entre 49 y 150 euros. Iniciativas como esta podrían incentivar a los fabricantes a desarrollar modelos más baratos.
Por otro lado, la competencia de fabricantes chinos como BYD está presionando a las marcas internacionales a recortar precios y lanzar modelos económicos. En 2023, los fabricantes chinos representaron más del 50% de las ventas globales de VE, frente al 30% en 2015.
SUVs y diversificación
A pesar de los avances en asequibilidad, la tendencia hacia vehículos suburbanos (SUVs) eléctricos, más grandes y costosos, contrarresta parte de los beneficios. En 2023, más del 60% de las ventas globales de VE correspondieron a SUVs. Sin embargo, marcas como Renault y BYD están desafiando esta tendencia con modelos compactos y económicos que buscan atraer a un mercado más amplio.
Electrificación masiva
La AIE proyecta que los VE representarán el 45% de las ventas mundiales para 2030, pero advierte que el ritmo de adopción dependerá de la capacidad de igualar los precios de los VE con los de los vehículos a combustión interna. «Si logramos cerrar esta brecha de costos, podríamos desbloquear una nueva vía de crecimiento para el mercado eléctrico», asegura la AIE.
En Sudamérica, donde la transición hacia la electromovilidad está ganando impulso, la introducción de modelos asequibles podría ser el catalizador para una adopción masiva. Iniciativas políticas y alianzas público-privadas serán esenciales para garantizar que esta región pueda beneficiarse de la revolución eléctrica global.
