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“El sistema de cupos y precios regulados del gobierno fomenta el contrabando y la escasez de aceite”

La reciente decisión del gobierno de prohibir las exportaciones de aceite comestible en Bolivia ha generado un intenso debate sobre sus consecuencias para la economía nacional. En esta entrevista, Oswaldo Barriga, presidente de la Cámara de Exportadores, señala que esta medida podría tener efectos devastadores, no solo para el mercado interno, sino también para la estabilidad económica del país. Según Barriga, más de 120 mil empleos directos están en riesgo, y las restricciones podrían afectar gravemente los acuerdos comerciales con los principales socios internacionales.

Barriga también destaca que los principales factores que están detrás de la escasez de aceite no son solo el contrabando y las bandas de precios, sino un sistema de regulación ineficaz que fomenta distorsiones en el mercado. En su análisis, el presidente de la Cámara de Exportadores subraya la necesidad de reformar las políticas actuales para evitar una mayor crisis y garantizar tanto el abastecimiento interno como el crecimiento económico sostenible del país.

¿Cuáles son los principales factores que están detrás de la escasez de aceite comestible en Bolivia?

El modelo de cupos y bandas de precios no funciona, mientras se tengan precios regulados que se encuentres por debajo de los precios de los países fuera de Bolivia, habrá contrabando y esto a su vez genera escasez en el mercado interno

¿Existe especulación, ¿quiénes son los responsables y qué impacto tiene en el precio del aceite en el mercado interno?

La industria oleaginosa no especula con ningún producto. La misma viene cumpliendo con los compromisos de entrega de producto y reporta todas sus ventas, al precio regulado, de manera quincenal a los Ministerios de Desarrollo Productivo y Economía Plural, y al Ministerio de Desarrollo Rural.

Las empresas no están facultadas y no pueden hacer seguimiento del producto hasta el consumidor final, no saben si el producto es desviado al contrabando o es escondido para generar un falso desabastecimiento. En todo caso, el problema no está en la provisión ni en el precio al cual las industrias venden el aceite.

¿Cómo se puede mitigar este problema sin recurrir a prohibiciones de exportación?

Para mitigar el problema se debe eliminar el sistema de cupos y precios regulados que fomentan el contrabando.

Se debe incentivar una mayor producción de materia prima (grano de soya) para incrementar la oferta.

¿Cuál es la situación del contrabando de aceite hacia países vecinos y cómo afecta la oferta interna de aceite en Bolivia?

Como ya mencionamos, el diferencial de precio del aceite en los países vecinos fomenta el contrabando, no solo de aceite, sino que también otros productos que salen de manera ilegal, afectando a la disponibilidad de estos productos en el mercado interno.

¿Cómo podrían los productores de oleaginosas y otros actores del sector agrícola reaccionar ante la suspensión de las exportaciones, y cuáles serían sus principales preocupaciones?

El sector rechaza a la medida, las empresas tienen contratos que cumplir y además las mismas están en el proceso de negociación de los contratos para la siguiente gestión, esta situación perjudica al proceso de negociación, podría derivar en pérdida de mercado y en la generación de divisas (dólares) que necesita el país.

¿Qué lecciones pueden aprender otros países en situación similar a Bolivia respecto a la gestión de crisis en el sector alimentario y las políticas de exportación?

Cuando se tienen precios regulados que difieren de los precios en los mercados internacionales, los productos son desviados al contrabando. Ya lo vimos hace unos pocos años con la Argentina. También la política cambiaria es un factor que afecta al diferencial de precios,

¿Qué impacto tiene la prohibición de exportaciones sobre los acuerdos comerciales y las relaciones diplomáticas de Bolivia con sus principales socios comerciales?

Este tipo de medidas genera incertidumbre entre los clientes internacionales, los cuales no se sienten seguros al establecer contratos a largo plazo con las industrias bolivianas. Esta situación hace que los importadores internacionales busquen otros proveedores que no estén sujetos a cupos y restricciones, lo cual implica pérdida de mercados y menos divisas.

¿Cómo pueden influir las fluctuaciones en la producción de oleaginosas, como la soya, en la crisis del aceite comestible en Bolivia? ¿Qué otros sectores y actividades podrían perjudicarse?

Toda la cadena oleaginosa se podría ver afectada desde el productor agrícola, hasta los productores pecuarios, pasando por las industrias, además de los proveedores de servicios de transporte e insumos agrícolas. Esta cadena productiva es tan extensa que cualquier situación va a llegar a afectar a gran parte de la población boliviana.

La ecuación es menos producción de soya, menos producción de productos derivados de soya, menos exportaciones y menos dólares para la economía nacional.

¿De qué manera la crisis del aceite podría afectar la seguridad alimentaria en Bolivia a largo plazo y qué medidas de prevención se podrían implementar?

Es importante incentivar la producción y las inversiones productivas de manera que se pueda disponer de más producto, tanto para el mercado interno, así como para las exportaciones. Algunas de las medidas a tomar pasan por la seguridad jurídica, la mejora de la productividad (biotecnología), así como la mejora de la infraestructura logística y la simplificación de trámites.

SourceEl Día

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