Los comerciantes de carne de res, cerdo y pollo de La Paz anunciaron un paro de 24 horas para el lunes 21 de octubre, en protesta por el continuo aumento de los precios. María Mendoza, dirigente de la asociación de comerciantes de la calle Munaypata, confirmó la medida, que incluye el cierre de mercados, puestos de venta y friales.
«Estamos obligados a tomar esta medida ante la constante subida de precios», explicó Mendoza. «La carne aumenta a razón de un boliviano por semana, lo que nos afecta gravemente, ya que nosotros vendemos al detalle. Estamos tocando el bolsillo de la población y la situación ya es insostenible», añadió.
La decisión fue tomada en una asamblea de emergencia convocada por la Federación Departamental de Carniceros (Fedecar), donde se discutió la crisis generada por el alza de los precios del kilo gancho impuesto por los ganaderos y las empresas proveedoras. Mendoza explicó que el paro incluye el bloqueo de vías, buscando así llamar la atención del Gobierno.
«Queremos que el Gobierno nos escuche y atienda nuestras demandas. No puede ser que los precios sigan subiendo cada semana sin control», subrayó Mendoza. Los comerciantes piden una intervención estatal que controle el mercado y frene la subida de los precios.
Por su parte, Gonzalo Serrudo, ejecutivo de la Federación Departamental de Carniceros y Ramas Anexas de Santa Cruz (Fedecarcruz R.A.), señaló que, tras tres días de paro, su sector decidió extender la medida de manera indefinida a nivel nacional. «Nosotros ahora estamos en un paro indefinido hasta que el Gobierno responda a nuestra demanda», declaró.
El sector también denunció el «contrabando a la inversa», un fenómeno que, según ellos, está desabasteciendo el mercado interno al permitir la salida de carne hacia países como Perú, Argentina y Brasil. «Pedimos al Gobierno que controle esta situación a través del Viceministerio de Lucha Contra el Contrabando», añadió Serrudo.
En respuesta, el presidente Luis Arce ha ordenado la militarización de las fronteras para evitar el contrabando de alimentos, en un intento de frenar el impacto en la canasta familiar. Sin embargo, los carniceros sostienen que esto no es suficiente. (Brújula Digital)