El Banco Mundial ratifica su proyección en relación a que Bolivia logrará un «débil crecimiento económico», que alcanzará un 1,4% para este año, y sólo 1,5% en 2025 y 2026, en un contexto en el que América Latina y el Caribe registra avances en el manejo de la inflación y ha logrado una estabilización macroeconómica. América Latina y el Caribe crecerá 1,9% en 2024, superando ligeramente anteriores estimaciones, según el informe del organismo internacional: «Impuestos a la riqueza para la equidad y el crecimiento», publicado hoy. En 2025 se prevé que la región crecerá un 2,6%. Estas son las tasas más bajas entre todas las regiones del mundo, lo que pone de relieve los persistentes obstáculos estructurales.
El Gobierno boliviano proyectó una tasa de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en torno a 3,71%, una inflación de 3,60% y una inversión pública de 4.274 millones de dólares. Sobre la meta de crecimiento de este año que se proyectó en 3,71%, el ministro de Economía, Marcelo Montenegro en el programa No Mentirás, señaló que se espera que hasta fin de gestión alcance una tasa de 2,5%. Desafíos Según el Banco Mundial, para acelerar el crecimiento, la región debe aprovechar la actual dinámica económica. Se espera que la decisión de la Reserva Federal de Estados Unidos de reducir las tasas de interés proporcione cierto alivio.
El control de la inflación es otro avance positivo, gracias a la eficaz gestión macroeconómica de los países de la región. Brasil y Perú están bien encaminados para cumplir sus objetivos de inflación en 2024 y se espera que otras economías importantes los sigan poco después. «La región ha logrado avances en el manejo de la inflación y la estabilización macroeconómica.
Este es un momento clave para aprovechar estos logros y atraer las inversiones necesarias para el desarrollo sostenible, fomentar la innovación, construir capital humano, crear más y mejores empleos, y empoderar a la región para liberarnos de este ciclo de bajo crecimiento”, dijo Carlos Felipe Jaramillo, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.
El informe destaca que las inversiones pública y privada en la región siguen siendo bajas, y que los países no están aprovechando plenamente las oportunidades del nearshoring (trasladar servicios o procesos a ubicaciones cercanas geográficamente). En términos reales, la inversión extranjera directa (IED) está en niveles inferiores a los de hace 13 años, y los anuncios de nuevas inversiones favorecen a otras regiones. Pese a tener salarios competitivos en comparación con China y otros destinos, los altos costos del capital, los débiles sistemas educativos, la energía e infraestructura deficientes y la inestabilidad social reducen el atractivo de la región como destino de nearshoring, asegura el Banco Mundial.