La escasez de carburantes ha vuelto a afectar a distintas regiones de Bolivia, lo que ha provocado preocupación en sectores productivos y de transporte, así como la movilización de instituciones en el Gran Chaco. A pesar de los esfuerzos del Gobierno para aumentar la distribución de gasolina y diésel, la demanda sigue superando la oferta, generando caos en los surtidores y poniendo en riesgo la producción agrícola y ganadera.
Tractorazo en el Chaco
En el municipio de Yacuiba, en la región del Gran Chaco, diversas instituciones como la Asociación de Agricultores del Gran Chaco (Agrichaco), la Asociación de Productores de Granos del Chaco (Aprograch), la Central Campesina, la Federación Sindical Única de la Región del Chaco y ganaderos, han convocado a un tractorazo para el 8 de octubre. Esta medida busca exigir a la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) el abastecimiento adecuado de diésel y gasolina para que las actividades de la microindustria y la agricultura no se paralicen.
Mariano Vásquez, secretario ejecutivo de la Federación Sindical Única del Chaco, explicó que en una reunión realizada el 2 de octubre se decidió tomar medidas de presión debido a la insuficiente provisión de carburantes. Las instituciones demandan la instalación de un surtidor móvil en áreas rurales y la habilitación de tarjetas especiales de compra de carburantes para los sectores agrícola y ganadero.
Florentino Álvarez, ejecutivo de la Central Campesina de Yacuiba, advirtió que los cultivos de maíz, maní, soya y las granjas avícolas están en riesgo. «Solo podemos acceder a 50 litros de diésel, cuando necesitamos más de 5.000 litros por productor», lamentó.
Respuesta de la ANH
Por su parte, Franz Rodríguez, director de la ANH, afirmó que en el departamento de Tarija se distribuyen mensualmente 9 millones de litros de gasolina y 12 millones de litros de diésel. Según sus declaraciones, las 32 estaciones de servicio en la región tienen autonomía suficiente para abastecer a la población por más de 30 días.
Descartó una escasez generalizada de carburantes, afirmando que la demanda diaria en la región no excede los 170.000 litros, mientras se están distribuyendo hasta 240.000 litros diarios.
Ante la sobredemanda y las largas filas en las estaciones de servicio, el Gobierno ha anunciado que aumentará el cupo de abastecimiento de carburantes hasta un 30%. Este incremento busca garantizar el suministro necesario para las actividades agrícolas, ganaderas y la microindustria, sectores que han sido los más afectados por la escasez.
El Gobierno informó que, a nivel nacional, se comercializan alrededor de 7 millones de litros de gasolina y 7 millones de litros de diésel diariamente. Sin embargo, este volumen ha resultado insuficiente en algunas regiones, provocando la actual crisis.
Largas filas
En las ciudades capitales del eje troncal del país, como Santa Cruz, La Paz y Cochabamba, la situación no es mejor. Este sábado, en un recorrido por varios surtidores de Santa Cruz, se observaron largas filas de vehículos en espera de combustible. En algunos lugares, los surtidores colocaron conos para señalar que no había diésel disponible. Sin embargo, en la radial 17 ½, entre el quinto anillo y la doble vía a La Guardia, llegó combustible y los vehículos comenzaron a cargar.
En La Paz, la situación es similar. Dos surtidores en las avenidas Montes y Uruguay, y en la calle Indaburo, cerraron sus servicios al quedarse sin gasolina. En Cochabamba, si bien algunos surtidores recibieron combustible en la madrugada, las filas de vehículos continuaban hasta el mediodía.
Los transportistas, especialmente del sector pesado, manifestaron su malestar por tener que pasar la noche en los surtidores para poder acceder a gasolina o diésel. «No podemos seguir trabajando así, el tiempo que pasamos en las filas es tiempo perdido», reclamó uno de los choferes.
El sector productivo y transporte se ven afectados
La escasez de carburantes está afectando de manera crítica a los sectores productivos, especialmente en áreas rurales como el Chaco, donde la agricultura y la ganadería dependen de un suministro constante de diésel para el funcionamiento de maquinaria y transporte. Asimismo, el transporte pesado, vital para la distribución de productos en todo el país, se ha visto seriamente afectado.
Con la crisis de los combustibles nuevamente en el centro de la agenda, las autoridades se enfrentan a la urgente necesidad de resolver esta situación para evitar mayores daños a la economía y al bienestar de la población boliviana.