La pelea entre Evo Morales y el presidente Luis Arce Catacora por la hegemonía del partido gobernante Movimiento Al Socialismo (MAS), agudizada por las constantes amenazas de bloqueo desde el evismo, invisibiliza a los demás políticos en una coyuntura preelectoral rumbo a los comicios nacionales de 2025, coincidieron analistas.
Para el analista Rafael Archondo, la política boliviana está centrada en el conflicto del MAS. “Es como si no hubiera nada fuera de ese partido político y como si no hubiera otros líderes”, subrayó.
Sólo el MAS
Se genera un imaginario colectivo en el que la política boliviana se centra en dos actores, Morales y Arce. “Sólo se hace política dentro del MAS y fuera del MAS no hay nada, ningún actor, ninguna posición, ningún criterio”, sostuvo.
El político opositor Jorge Komadina señaló que la lucha por el liderazgo entre Arce y Morales ocupa un primer plano en la agenda política boliviana, de tal manera que opaca a otras organizaciones políticas y más aún a las nuevas fuerzas emergentes. Incluso se deja de lado la agenda urgente, “como los incendios forestales que requieren esfuerzos coordinados y eficaces; el tema económico y el tema de los hidrocarburos, por ejemplo”.
Komadina cuestionó que las luchas internas propias de una organización política estén en el centro de la agenda política cuando hay problemas mucho más graves. “Más bien ha involucrado a los bolivianos en una cuestión interna del MAS y ellos deberían trabajar sus soluciones en su propia casa”, señaló.
A juicio de Komadina, el MAS electoralizó muy tempranamente el escenario político por sus intereses partidarios; situación que deja descolocados a otras iniciativas políticas. “Si bien no debemos dejarnos imponer un calendario electoralizado, sí se debe trabajar en un programa de unidad de la oposición”, sostuvo.
Incertidumbre
La politóloga María Teresa Zegada coincidió con Archondo y Komadina en sentido de que el conflicto entre Arce y Morales centró la atención ciudadana y mediática. Sin embargo, la mirada no es de aprobación porque la ciudadanía rechaza tanto las medidas de presión como los bloqueos por el perjuicio que significan y porque generan incertidumbre.
Las mismas organizaciones sociales evistas sintieron confusión con el cambio de discurso de Morales que aleccionó a la gente a marchar bajo la consigna de lograr la renuncia de Arce y luego se limitó a pedir la “cabeza” de los ministros. Los marchistas se quedaron desmovilizados.
Para Zegada, existe un apuro de Morales de consolidar su candidatura a las elecciones generales y acude a las estrategias de presión en las calles porque no logró su cometido por la vía judicial y constitucional.
Interés general
Por su parte, el analista político Marcelo Arequipa señaló que el conflicto entre Arce y Morales concitó el interés y la atención de la mayor parte de la opinión pública y de la clase política, también porque refleja el descontento de la mayoría de los ciudadanos. “No es un conflicto que solamente influye o afecta al MAS, sino también al país entero”, dijo.
El analista subrayó que el MAS es el partido más importante en este momento en el país, pues la oposición está desarticulada y no muestra fortaleza.
Visibilidad política
Las principales demandas de la última marcha convocada por Evo Morales y sus afines era para resolver la escasez del combustible, la falta de dólares y nivelar la canasta familiar; sin embargo, quedó claro para Archondo que se convocó la marcha con el fin de resolver la división interna del MAS.
“Morales quería colocarse en el centro del escenario político y quería mostrar su capacidad de convocatoria y su fuerza para intentar que su grupo se impusiera sobre el de Luis Arce y el de David Choquehuanca y usó de manera oportunista la crisis económica para tratar de que más personas se movilizaran con él porque el tema no interesa a todos, pero las dificultades económicas sí afectan a la mayoría de la población”, aseguró.
“Por las características del conflicto de una situación económica complicada y la división del MAS, por este hecho confuso, los otros partidos políticos no intervinieron”, sostuvo Archondo.
Zegada habló también de la crítica de la ciudadanía, que ve problemas álgidos que no son atendidos porque los gobernantes están atendiendo problemas intrapartidarios.
Oposición ausente
A juicio de Archondo, la oposición tradicional, no la de Morales, está ausente del escenario porque parece que no le gusta hacer política. Ése es el principal problema de Comunidad Ciudadana (CC), de Creemos y de las nuevas fuerzas políticas.
“No hacen política, no participan del debate nacional, sólo opinan y dan posturas muy radicales y confrontadoras al discurso del MAS para tratar de atraer a la gente que no está bajo las banderas masistas”, indicó.
2 facciones
El MAS está dividido en dos grupos antagónicos: los arcistas, que están en el Gobierno, y los evistas, opositores.