La Defensoría del Pueblo exhortó nuevamente a las personas con “liderazgo social, político y a los servidores públicos” a moderar sus discursos, especialmente, en contextos de conflictividad y también a frenar la incitación al odio.
La entidad recordó que el informe “Cohesión social: el desafío para la consolidación de la Democracia en Bolivia” presentado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en marzo de este año refiere que los “discursos de personas con liderazgo social, funcionarios públicos y con liderazgos políticos, contribuyeron a generar un entorno general adverso a la participación ciudadana y al ambiente de diálogo”.
“Exigimos a todos los actores involucrados en la conflictividad que cesen inmediatamente con las acciones y declaraciones que agravan la situación. La adjetivación despectiva y la estigmatización no tienen cabida en una sociedad democrática. Es hora de priorizar la búsqueda de soluciones pacíficas y el respeto a los derechos humanos”.
La institución demandó la búsqueda de soluciones pacíficas y el respeto a los derechos humanos de todos los bolivianos. Señaló que la “incitación al odio y los discursos que promueven la violencia son contrarios a los principios democráticos y los derechos humanos”.
Indicó además que “urge un diálogo inclusivo y respetuoso para superar la actual situación de conflictividad”.
Recordó también que la CIDH y la Corte IDH señalaron que los líderes políticos, sociales y servidores públicos tienen un papel crucial en el debate público, aunque sus acciones pueden tanto fomentar como deteriorar este diálogo.
“En situaciones de conflicto, desorden o polarización, estos líderes deben ser especialmente cautelosos con sus declaraciones, ya que sus palabras pueden tener un impacto significativo en la sociedad y generar riesgos para ciertos grupos o individuos”, indicó.
Ante la actual situación de conflictividad, la Defensoría indicó que es necesario remarcar la observación de la CIDH respecto a que “las personas con liderazgo político deben tomar distancia de cualquier discurso que envíe mensajes permisivos a la violencia, incluyendo los que activen, fomenten, acentúen o exacerben situaciones de discriminación, hostilidad, intolerancia o animadversión” y que, “dichas personas también están llamadas a contrarrestar la intolerancia y discriminación, así como a promover el entendimiento cultural y el respeto a la diversidad,(…)”.