Pobladores de Viacha abandonaron varias de sus comunidades debido a la cadena de consecuencias económicas que genera la contaminación de los ríos con cianuro vertido por varias empresas mineras que se han instalado en el sector en los últimos años.
«En mi comunidad ahora somos pocos, hay casas abandonadas, otras donde viven dos o tres personas. Ya no se puede vivir con esta contaminación, ya no se puede más y tienen que migrar por la contaminación», contó a EFE Édgar Gutiérrez, un poblador de la comunidad Mamani.
Migración forzada debido a la contaminación
Su casa está a unos cinco minutos del sector donde están las empresas que reciclan mineral, en todo el camino se observa el campo con alfalfa y cebada completamente secas, un olor a basura también es parte del recorrido.
Gutiérrez lamentó que haya migración de familiares o amigos, pero reconoce que quedarse en Viacha sería para enfermarse o «morirse envenenados».
Efectos en la salud y la agricultura
El dirigente de la comunidad Pallina, Juan Pablo Yujra, también tiene familiares que dejaron su comunidad para poder generar dinero.
«Mi hermano se ha tenido que ir, él vendía leche pero como ya no hay mucho no le iba bien en el negocio, así que se fue trabajar a otra ciudad», explicó a EFE.
Las personas que salieron de Viacha se fueron a El Alto, a La Paz y a Santa Cruz para buscar trabajo de albañil u otros oficios.
Son 10 las comunidades de Viacha que están afectadas por la contaminación de los ríos.
«En las personas este problema trae infecciones urinarias, estomacales porque nosotros tomamos agua de este sector», afirmó Yujra.
«Las verduras, las hortalizas también están contaminadas y parece que el cáncer entra por nuestras bocas. Esa es nuestra preocupación», agregó.
Contaminación del ganado y su impacto económico
Respecto a los animales, el ganado vacuno es el más afectado, pues su alimentación con el agua contaminada deriva en afecciones como cojera, desnutrición, problemas estomacales e incluso la muerte.
Gutiérrez, coincidió con Yujra y afirmó que «cuando éramos niños nos íbamos a bañar al río, pero ahora en gran manera nos afecta».
«Nuestros ganados son flacos, la leche ya no da. Antes la leche que daba era mucha, ahora tampoco se puede mantener en buenas condiciones a nuestras vacas», lamentó Gutiérrez.
Denuncias y preocupaciones sobre el Lago Titicaca
Afuera de su casa, el poblador tiene un pozo de donde saca agua a diario, cuando baja la manivela y la sube repetidas veces el agua comienza a salir cristalina, pero después de unos minutos se enturbia.
La madre del dirigente a vive a unos seis minutos de la casa de Gutiérrez, es una persona adulta mayor que vive sola y se encarga de alimentar a sus vacas con lo poco que tiene.
«Mis vaquitas están flacas, ya no se puede hacer nada», confiesa la mujer a EFE. Su vivienda está a unos 15 pasos del río donde antes sus hijos se bañaban y donde también había peces y patos.
La alcaldía de Viacha también ha denunciado al Gobierno la contaminación de sus cuerpos de agua por el cianuro de al menos 23 empresas mineras que usan el químico en sus operaciones.
La contaminación amenaza al lago Titicaca
Según las investigaciones de Yujra y otras autoridades indígenas, los dos ríos que atraviesan Viacha (Pallina y Katari Alto) confluyen en el río Katari Bajo y éste desemboca en el Lago Titicaca.
No hay estudios que muestren que hay contaminación en las aguas del Titicaca, pero Yujra sostiene que con el tiempo las comunidades de esa región de La Paz también estarán en emergencia por el cianuro.
Finalmente, Yujra se detiene en el lugar que, según él es el más contaminado porque se reúnen dos riachuelos, uno que llega de El Alto y el otro de las denominadas «colas de las minas».
En el río que sigue su curso tiene tonalidades azules, en las orillas ese tono se impregna en las piedras y en la poca hierba que hay, el agua se estanca y fluye lentamente. En el medio del agua, debajo de un puente peatonal hecho de madera, yace un cerdo muerto.
«El mal olor que sentimos es constante, todo el día respiramos eso», concluyó el dirigente indígena.
Ultimátum a mineras
El viernes, en un cabildo, comunarios exigieron la expulsión inmediata de las empresas mineras y la realización de una auditoría que permita identificar a los responsables de la contaminación.
“Le dieron al alcalde una semana para que se haga la auditoría y que se expulse a todos los mineros. Eso es lo que determinaron: todas las mineras deben clausurarse o expulsarse”, declaró Yujra.
El Decreto Supremo 24782, que regula el Reglamento Ambiental para Actividades Mineras, establece que las alcaldías deben tomar medidas de control sobre las mineras que operan dentro de su jurisdicción.