En Bolivia el 46% de los emprendimientos, que incluye el sector informal, son liderados por mujeres. Este fue uno de los puntos que se tocaron durante el conversatorio “El poder transformador de las finanzas con propósito”, realizado hace unos días.
Ante el crecimiento de los emprendimientos liderados por mujeres, es necesario potenciar las finanzas inclusivas que no solamente vienen a ser el acceso a los servicios financieros sino también a seguros y ahorros, que vienen a ser las brechas de financiamiento que tienen que ser cerradas.
El evento, organizado por BancoSol, tuvo la participación de tres panelistas: Frida Ruiz, líder de proyecto en Innovación Financiera de IFC (Corporación Financiera Internacional por sus siglas en inglés) del Banco Mundial; Nidya Pesántez, representante en Bolivia de ONU Mujeres; y Verónica Gavilanes, gerente general adjunta de BancoSol.
Ruiz destacó el porcentaje de emprendimientos liderados por mujeres, agregando que según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) la participación femenina en Bolivia es una de las más altas en América Latina, sobre todo en el sector informal.
“Cuando conectamos esto con el acceso al financiamiento vemos, en uno de los últimos reportes de IFC, que la brecha de financiamiento o demanda insatisfecha de crédito asciende al 5% del PIB, solamente con negocios del sector formal, pero si se incluye a los informales se está llegando al 21% del PIB”, explicó.
Por ello, Pesántez dijo que el gran reto de la sociedad boliviana es romper el imaginario social que dice que las mujeres son dependientes de los hombres y que no tienen la capacidad de desarrollarse por sí mismas. Agregó que este reto tiene cinco evidencias.
Los dos primeros son normas financieras que garanticen las necesidades específicas de las mujeres y reducir la brecha de ingreso donde puso como ejemplo que en Bolivia la misma es del 26%.
Un tercer reto es que existe una brecha en el acceso a los servicios productos financieros, explicando que en Bolivia según un estudio de ONU Mujeres la brecha para el acceso al microcrédito es del 5% entre mujeres y hombres, para el mediano crédito en 23% y para créditos de la gran empresa 71%.
Un cuarto elemento es el trabajo de cuidado, que está a cargo de las mujeres, que limita el acceso a educación e incluso a productos financieros porque las mujeres no se acercan a las instituciones financieras ya sea por falta de tiempo o acceso a tecnología.
Finalmente, un quinto elemento es la violencia de género que se da en las calles, instituciones y la familia es difícil que las mujeres puedan salir adelante, por eso el acompañamiento a las mujeres que buscan un producto financiero que les permita potenciarse económicamente, requiere de un acompañamiento para garantizar que está bien utilizado y no ha sido arrebatado por medio de la violencia a la mujer.
A su vez, Gavilanes dijo que en Bolivia de las tres millones de mujeres que conforman la población económicamente activa, el 70% son emprendedoras, y por ello deben ser atendidas por las entidades bancarias de la mejor manera.
Además, continuó, las finanzas con propósito tienen que ver con esto, que es acompañar el desarrollo de la independencia económica y la autonomía económica de la mujer, entendida con la capacidad que tienen las mujeres de generar ingresos económicos y tomar decisiones libres que promueven el desarrollo suyo y de su entorno.
“Ahí juegan elementos clave como el acceso al financiamiento, la oferta de servicios y productos financieros pertinentes”, expresó la ejecutiva bancaria.