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Santa Cruz será un centro clave de la batalla para definir al candidato del MAS en 2025

La aparición de Evo Morales y Luis Arce en una misma testera después de casi siete meses y la pugna posterior de las bases que protagonizaron un bochornoso IX Congreso realizado en Yapacaní con la elección de un jefe departamental ‘arcista’ no reconocido por los ‘evistas’, muestra que Santa Cruz será un centro clave de la batalla por la candidatura del MAS para las elecciones de 2025.

El 25 de agosto de 2022 fue la última vez que se vio juntos a Arce y Morales, durante una masiva concentración que se realizó en la plaza San Francisco, de La Paz.

La última vez que ambos se reunieron fue el 24 de octubre de 2022. Esta vez fue un encuentro a puerta cerrada que se realizó en Cochabamba, pero para analizar la situación del país y el paro indefinido que se desarrollaba en ese momento precisamente en Santa Cruz que exigía que el censo de población se realice en 2023 y no en 2024.

El analista político Daniel Valverde aseguró que en Santa Cruz es donde mayor división existe entre los dos bloques del MAS, unos que apoyan al presidente y otros al jefe del partido.

“Es una pelea dura y Santa Cruz será un centro clave para definir al candidato del MAS en 2025. Pienso que esa pelea se repetirá en mayor o menor medida en otros puntos del país”, aseguró.

El analista Gregorio Lanza coincidió que es fundamental por la masa de población que tiene. Aseveró que el MAS debe ganar adeptos. “Hoy, como ciudad y en el área rural, tiene un 25% de apoyo, según datos de las elecciones subnacionales”, dijo.

El politólogo Marcelo Silva dio un dato nacional. “Hay un 45% de la población boliviana que no votará por el MAS, sea quien sea el candidato. Por eso, no hay posibilidad de que Arce y Morales vayan separados a la elección de 2025”.

Analizando a Santa Cruz, dijo que más allá de que será el departamento más grande y el que mayor cantidad de votos representará para las elecciones de 2025, “hay una tremenda deuda del MAS por lo sucedido en los últimos meses: el paro, el censo, la detención del gobernador Luis Fernando Camacho. Por eso, la campaña debe dirigirse a cambiar ese peso en contra que le pasará factura en las elecciones”.

Valverde coincidió al señalar que Santa Cruz representa el caudal electoral más importante del país, y el MAS ha quedado muy afectado por lo ocurrido el 2019 y la movilización por el censo.

La pugna está abierta, y pinta que será una guerra sin cuartel. El analista Lanza consideró que Evo Morales tiene abierta una ventana de oportunidad, porque consideró que el gobierno de Luis Arce “maltrató a Santa Cruz que fue protagonizada por algunos ministros, y acciones como los excesos policiales durante el paro indefinido en contra de la población y posteriormente el secuestro y encarcelamiento del gobernador Luis Fernando Camacho. Creo que hoy, ese rostro de repudio al centralismo tiene la cara del presidente Arce”.

Luego, volvió a lo ocurrido el sábado y analizó que la presencia de Morales y Arce en el mismo escenario refleja que Santa Cruz “está dividido en partes iguales entre uno y otro. Los dos tienen el mismo interés por capturar la militancia masista en el lugar y se han visto obligados por estrategia política, a disputar ese espacio y a compartir”, según Lanza.

Por ello, cuando los dos líderes antagónicos del MAS se encontraron en la testera, la apuesta en los discursos fue clara y pareció que cada uno puso a consideración sus plataformas, vendieron sus logros. Evo Morales se jactó del proceso de nacionalización, mientras que Arce, de la “recuperación de la democracia”.

Lanza analizó que “se ha visto a un presidente más seguro, planteó el tema de la unidad. Mientras que Evo Morales metió un cuchillo al corazón de lo que es el ‘prestigio’ de su adversario, cuando le dijo que la economía no anda bien”.

En ese momento, Morales no miró a los ojos al Presidente. Y Arce, primero levantó las cejas y luego esbozó una sonrisa mientras miraba a los asistentes.

Silva opinó que ambos en la tastera “quisieron mostrar que la confrontación, que es real y muy profunda, tiene dos elementos centrales en disputa, el control del partido y quién será el candidato elegido para el 2025”.

Más allá de aquello, consideró que por el momento no tiene elementos altamente destructivos. “La gestión de Arce es la cara del MAS. Si tropieza es probable que éste se lleve al partido y a los intereses de reproducción política en las elecciones”.

Por ello, aún hay una especie de guerra fría. “Y seguramente no será la última vez que se sienten juntos, para mostrar el hecho de que se debe continuar el proyecto político y mantener la estabilidad dela gestión”, manifestó.

Pero, advirtió que “esto puede entrar en una lógica destructiva en la medida en que se acerque la hora de las elecciones. El presidente lo tiene todo en la figura política. Los demás son solamente decorativos. No hay espacio para dos mandatarios, por lo tanto si Morales o Arce quieren mantenerse vivos, deben ser presidentes. No hay posibilidad de compartir nada”.

El domingo, el dirigente Marcos Fernández, del ala ‘arcista’ fue reelegido por aclamación como jefe del MAS en Santa Cruz, pero la dirección nacional del partido, que pertenece a la facción ‘evista’ no lo reconoció y declaró nulas las elecciones.

Lanza reseñó que “después de 24 horas, la batalla volvió al coliseo, y yo creo que fueron derrotados los ‘evistas’, obligados a salir, sacaron a sillazos a un dirigente afín a Evo Morales, y proclamaron a Marcos Fernández. Ahora tenemos un jefe regional del MAS no reconocido por la dirección nacional que maneja Gerardo García, funcionario de Evo”. Y complementó: “Esto demuestra que la pelea no quedará ahí, irá a las calles, a las cortes y tiene diagnóstico reservado”.

Valverde manifestó que ambos (Arce y Morales) tienen una misma línea ideológica. “Aquí hay una pugna dura por el poder. Quién será el próximo candidato, quién manejará el partido. Eso se va a repetir y en Santa Cruz hay actores como el diputado Rolando Cuéllar, en el lado ‘Arcista’, como el dirigente Reynaldo Ezequiel, en el lado ‘Evista’, que atizan el fuego”.

Dijo también que hay actores que operan detrás de bambalinas para Morales, como el excandidato a la gobernación Mario Cronembold, el exministro Carlos Romero. Pero, apunta que también hay un conglomerado de organizaciones que se han aglutinado en torno a Arce.

“No es en vano que no se acepte que un afín al Gobierno, como Marcos Fernández, sea el jefe regional. Es irónico, pero acudirán incluso ante el TSE para que se anule el Congreso”, dijo.

SourceEl Deber

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