2023: temor e incertidumbre: La amenaza de la desaceleración llega con el nuevo año

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Comienza un nuevo año y más allá de los tradicionales y buenos deseos, el 2023 llega con la sombra de una desaceleración de la economía global, que tocará a América Latina y en la que Bolivia no estará al margen.

Todos los organismos internacionales, en sus proyecciones para este 2023 que arranca hoy, bajan los niveles de crecimiento para la economía de los países de América Latina, incluso de Bolivia.

Por ejemplo, en su informe anual Balance Preliminar de las Economías de América Latina y el Caribe, la CEPAL proyecta que el crecimiento regional máximo de 1,3%, que representa la tercera de 2022, cuando la meta fue de 3,7%, que ya es una meta baja.

“En un contexto de incertidumbres externas y restricciones internas, los países de América Latina y el Caribe crecerán un 3,7% en 2022, poco más de la mitad de la tasa del 6,7% registrada en 2021. Se estima que en 2023 se profundice la desaceleración del crecimiento económico y se alcance una tasa del 1,3%”, señala el reporte de CEPAL. (Ver info)

Según el documento, luego del dinamismo mostrado en el primer semestre de 2022, la actividad económica de la región se ha desacelerado, reflejando, por una parte, el agotamiento del efecto rebote en la recuperación de 2021 y, por otra, los efectos de las políticas monetarias restrictivas, limitaciones del gasto fiscal, bajos niveles de consumo e inversión y el deterioro del contexto externo.

Pese a que en 2022 la región tuvo mejores resultados de los previstos, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) por su parte, augura que este 2023 el crecimiento de las principales economías latinoamericanas será mucho menor.

“El alza en la demanda de materias primas ricas de los países latinos y, por ende, un incremento en sus exportaciones sería la razón principal para los números positivos; sin embargo, la organización cree que en 2023 este buen panorama ya no respaldará a Latinoamérica”, señala la OCDE.

También el BID (Banco Interamericano de Desarrollo) prevé que este 2023 será un año complicado para las economías de la región y que, pese a todos los esfuerzos realizados, la desaceleración es inevitable. “El 2023 indica una consolidación de la desaceleración que se viene realizando desde el segundo semestre del año (2022)”, señala un análisis presentado por BID.

Esta entidad atribuye la desaceleración “al debilitamiento del crecimiento económico mundial, el endurecimiento de la política monetaria en diferentes regiones del mundo y el racionamiento energético en Europa”.

Entre los países más afectados figuran las principales potencias económicas de la región, por ejemplo, los cálculos de la CEPAL señalan que Brasil tendrá un crecimiento de 0,9% en 2023, frente a los 2,9% del año pasado.

Argentina, por su parte, en 2023 podría llegar al 1%, frente a los 4,9% que registrara en 2022.