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Subsidio a combustibles ayuda a bajar inflación, pero desgasta la economía

El pasado martes, el Gobierno argentino anunció que reduciría sus subsidios a la electricidad, gas y agua según una escala que favorezca a los más pobres. Lo hizo por la crisis económica que atraviesa y su alto déficit fiscal. Bolivia, en cambio, reiteró que mantendrá el subsidio a los combustibles, lo cual presenta un riesgo a futuro y no es sostenible, según dos analistas.

En 2021, Bolivia importó combustibles por 2.250 millones de dólares y se proyecta que este año la cifra supere los 3 mil millones de dólares debido al aumento del precio del petróleo producto de la guerra entre Rusia y Ucrania.

Buena parte de estas importaciones no las paga el consumidor final, sino el Estado con recursos públicos, así se evita una inflación que afectaría a toda la población, resaltó el Ministerio de Hidrocarburos y Energías.

Sin embargo, congelar los precios a costa de subsidios totales para toda la población es poco sostenible en el largo plazo, equivale a «quemar los dólares», y fomenta el contrabando, advirtió el analista en Hidrocarburos y Energía Franceso Zaratti.

Citando al economista Jaime Dunn, Zaratti añadió que el subsidio a los combustibles es como una «coima a la inflación» para que ésta no aparezca en el país.

Con él coincidió el consultor en hidrocarburos Álvaro Ríos, quien afirma que la subvención mantiene baja la inflación y cuida «en cierta manera al ciudadano». El problema es que un país que no produce petróleo, como Bolivia, e importa gran parte del combustible que utiliza, se «dé el lujo de aplicar una subvención tan alta», lo cual no es factible a largo plazo, argumentó.

Por otro lado, Zaratti consideró que el dinero que se gasta en la subvención de combustibles podría destinarse a otras áreas como salud, educación, infraestructura, etc.

«Más se gasta en subsidio y menos se benefician la sociedad y más se benefician personas que no necesitan el subsidio», dijo.

Propuesta escalonada

Argentina tuvo que entrar a una fuerte crisis económica y seguir un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para aplicar sus subsidios de forma diferenciada según la necesidad de la población y ahorrar millones, según las proyecciones.

Por ello, Zaratti opinó que, en vez de mantener los precios completamente congelados o levantar el subsidio en su totalidad, Bolivia debería aplicar un subsidio dependiendo las circunstancias de la población objetivo.

Ríos añadió que una empresa estatal como YPFB no debería pagar el subsidio, pues esto genera riesgo de pérdidas e insostenibilidad.

En 2021, Bolivia gastó $us 2.250 millones en importar combustibles. Este año se superaría los $us 3 mil millones.

COMBUSTIBLES

Bolivia tiene el precio más bajo

A diferencia de otros países en la región, el precio de los combustibles en Bolivia se ha mantenido estable desde hace 15 años. La gasolina especial cuesta 3,74 bolivianos por litro, y el diésel, 3,72 bolivianos por litro.

De acuerdo a datos del Ministerio de Hidrocarburos y Energías, a julio de este año el precio del diésel en otros países de la región era considerablemente más elevado que en el país. En Perú equivaldría el litro a 8,38 bolivianos; en Chile, a 7,56 bolivianos; en Brasil, a 9,80 bolivianos, y en Argentina, a 7,05 bolivianos.

En el caso de la gasolina especial, las variaciones en los precios con otros países son similares.

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