Con la misión intacta de ayudar a salvar vidas, el Hospital del Niño Ovidio Aliaga Uría de La Paz cumplió 50 años, desde aquel 10 de agosto de 1972 cuando abrió sus puertas a la población, con la meta de consolidar una nueva infraestructura.
“Estamos buscando (nuevo espacio) porque nuestro hospital ha quedado viejito, ha quedado corto, estamos buscando financiamiento junto con nuestras autoridades para un nuevo hospital y ahí sí necesitamos ayuda de nuestra población, porque un nuevo hospital es necesario, porque ha crecido nuestra población de niños y adolescentes y necesitamos buscar financiamiento sobre todo”, explicó el director del Hospital del Niño, Miguel Quispe.
El nosocomio ha logrado ayudar a salvar la vida de cientos de niños y adolescentes tanto de todo el departamento de La Paz como de otras regiones y también, en estas cinco décadas de servicio, fue pilar para la formación de especialistas en Pediatría.
“En los últimos años también estamos generando médicos subespecialistas, estamos aportando a nuestra nación con subespecialidades como Terapia Intensiva, Oncología, Infectología, Traumatología, que eran necesarias y agradecer a mis colegas que han hecho un esfuerzo personal y se están quedando con nosotros trabajando para los niños de nuestros departamentos”, indicó.
Al ser un hospital de tercer nivel, el Hospital del Niño presta servicio a más de 10.000 niños anualmente, que llegan de diferentes regiones del país en busca de atención especializada, que va desde una consulta con una pediatra, hasta cirugía o procedimientos más delicados.
A sus salas han llegado niños y adolescentes con diversas patologías para ser tratados e incluso víctimas de accidentes y abusos.
“Anualmente, superan los 10.000 niños y adolescentes, la atención de los niños tiene que ver mucho con la calidad que necesitan, cada paciente necesita mucha intensidad de trabajo es la diferencia, es un hospital de tercer nivel y aquí trabajamos 450 personas en total”, afirmó Quispe.
HISTORIA.
El nosocomio lleva el nombre del médico pediatra Ovidio Aliaga Uría, debido a que fue en su gestión como director, este establecimiento de salud alcanzó el nombramiento de mejor hospital de Bolivia en 1988.
En 1993 el especialista falleció a causa de un problema cerebro vascular, contó su esposa Yolanda Valenzuela viuda de Aliaga, quien recordó con cariño que su pareja entregó su máxima dedicación a impulsar el nosocomio.
“El Hospital del Niño para él era más que nosotros, era su amor realmente, vivía aquí, dejó la medicina privada para dedicarse tiempo completo al hospital; me siento agradecida que hubieran tenido ese detalle de reconocimiento a una persona que ha amado tanto a este hospital que (…) ahora ya no es pequeño el hospital es grande”, dijo Valenzuela.
La dedicación de Aliaga para salvar a los niños fue inspiración para sus hijos, uno de ellos decidió seguir sus pasos en la carrera de Medicina y en la actualidad trabaja en la ciudad de Santa Cruz, en la especialidad de Ortopedia y Traumatología Infantil.
Cada uno de los funcionarios del nosocomio se han convertido en un pilar en los 50 años de historia del Hospital del Niño.
Uno de estos pilares fue la médico Mary Tejerina, quien estuvo casi desde el inicio de operaciones del hospital, quien actualmente colabora en la Jefatura de Pediatría Ambulatoria. Recordó que esa infraestructura formaba parte del Hospital de Clínicas, pero que ante la demanda se fue consolidando como un centro independiente.
El Hospital del Niño abrió sus puertas el 10 de agosto de 1972, entonces, tenía la capacidad de atender a 50 pacientes, en la actualidad anualmente 10.000 niños de entre 0 a 14 años reciben atención ambulatoria y de hospitalización, curación y rehabilitación. Uno de sus avances importantes está relacionado al trasplante de medula ósea, gestionado por el Gobierno para que sea gratuito.