Las entidades financieras tientan a los ahorristas con atractivas tasas de interés que incluso llegan a superar el 7% en un momento de ralentización económica en el que el Gobierno compite por los recursos del financiamiento interno, en el que el sistema no cuenta con ingresos regulares por el diferimiento obligatorio del pago de crédito y en el que hay una menor cantidad de depósitos.
“Haz crecer tus ahorros”. “Te ayudamos a que tus ahorros por fin vuelvan a casa, con ganancias”. “Nuestros intereses suman tus ahorros”. “Te ayudamos a convertir lo que tienes en lo que tanto quieres” son algunas de las frases “Para los que saben ganar más” con las que las entidades del sector invitan a la población a colocar su dinero en el sistema.
El Banco Central de Bolivia (BCB) reportó que hasta el 22 de abril pasado el máximo interés para cajas de ahorro que se ofrecía era del 2,73% en las entidades financieras de vivienda (EFV), del 3,81% en las cooperativas y del 3,86% en la banca.
Las mayores tasas para los depósitos a plazo fijo (DPF) a 360 días en moneda nacional llegaron en esa fecha al 3,10% en las EFV, al 6,21% en las cooperativas del sector y al 7,21% en la banca.
Los DPF a 720 días se pagan con un interés máximo del 5,02% en las EFV, del 7,49% en las cooperativas y del 7,51% en la banca.
Para analistas financieros, el incremento de las tasas pasivas (para ahorro y DPF) responde a cuatro causas: la contracción de la economía, la disminución de los depósitos de la población en la banca, las dos ocasiones en las que se difirió el pago de capital e intereses de los créditos por la pandemia y la competencia en la que se encuentra el Gobierno con el sistema financiero por absorber el financiamiento interno.
Este medio solicitó a varias entidades financieras información sobre el aumento de tasas pasivas, pero no recibió respuesta hasta el cierre de esta edición.
Para el BCB, el aumento de los intereses se da “en los primeros meses del año” y tiene el objetivo de captar más recursos que les permitan a las entidades dar más créditos, en especial en este año de reactivación económica.
“Ya no hay la cantidad de depósitos de años atrás y la única forma que tiene la banca” para incentivarlos “es elevar sus tasas de interés pasivas”, sostuvo el economista Germán Molina.
Datos de la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (Asfi) dan cuenta de que luego de crecer a ritmos desde 13,9% hasta 23,2% entre 2006 y 2015, los depósitos aumentaron en 2,7% en 2016, en 10,9% en 2017, en 5,5% en 2018, en 0,01% en 2019, en 10,1% en 2020, en 6,9% en 2021 y en 7,8% hasta marzo de esta gestión.
Otra razón de la elevación de tasas pasivas es el diferimiento, reprogramación y reestructuración obligatoria que se dieron para el pago de capital e intereses de créditos en los Gobiernos de Jeanine Áñez y Luis Arce, lo cual “ha significado una disminución de liquidez en la banca”, dijo Molina.
El Informe de Política Monetaria del ente emisor da cuenta de que a 2021 solo la cartera reprogramada suma Bs 45.527 millones.
“Después del periodo de prórroga que se dio por la pandemia para el pago de crédito y porque no generó muchas utilidades en 2020, la banca necesitaba más dinero, más liquidez, y apostaron (por subir) las tasas pasivas, porque la demanda de crédito sigue siendo importante”, consideró Juan Pablo Cuba, presidente del Colegio Departamental de Economistas de Cochabamba.
Con respecto al dinero en efectivo que circula en el mercado, el presidente del BCB, Edwin Rojas, remarcó el 13 de abril que al momento los niveles de liquidez que hay en el país son suficientes.
Otra causa, continuó Molina, es que el Gobierno se ha puesto en los últimos años a competir con el sistema financiero por el ahorro interno, al ofrecer bonos con intereses atractivos para la población y títulos con tasas también altas para inversores como las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) Futuro y Previsión.
El último bono para el público (el Navideño); por ejemplo, ofrecía un interés anual del 4,5% a un plazo de 119 días y desde el 19 de noviembre de 2021 hasta el 31 de marzo de este año logró captar Bs 396 millones, el monto más alto en las emisiones de esos títulos.
“Son formas en las que el Gobierno le quita liquidez al sistema financiero” y con las que cubre su “presupuesto de inversión y su gasto corriente”, sostuvo Molina.
“Lo que está sucediendo desde finales de 2020 es que la liquidez en el mercado se ha empezado a contraer fuertemente, lo que tiene que ver con una reducción de la actividad económica, con una recuperación muy lenta a comparación de los países vecinos, y con una política muy agresiva por parte del Gobierno central para financiarse en el mercado interno, en el que hay muy pocas fuentes” para tal efecto, afirmó José Gabriel Espinoza, ex directivo del BCB.
“Cuando el TGN empieza a competir con el resto de los actores para captar fondos, obliga al sistema financiero a subir sus tasas pasivas para captar más recursos de los ahorristas”, aseveró.
“Por eso hemos visto que las tasas pasivas, sobre todo en DPF mayores a un año, han empezado a subir fuertemente, lo que indudablemente va a repercutir en la tasa de referencia (TRE) y en un incremento de las tasas activas”.
La TRE es una tasa promedio sacada de las tasas de interés que se otorgan por los depósitos del público. Su elevación significa que bancos, mutuales y cooperativas están pagando más por los ahorros y DPF que reciben. Tiene como efecto el aumento del interés de todos los créditos, con excepción de los productivos y de vivienda de interés social, que están en un régimen de tasas fijas y que representan más del 60% de los préstamos del sistema.
Actualmente, se encuentra en el 3,03%, un porcentaje que sigue una línea ascendente desde el segundo semestre de 2018. En abril, “hay una leve elevación (del interés que pagan los prestatarios)”, confirmó Nelson Villalobos, secretario ejecutivo de la Asociación de Bancos Privados de Bolivia (Asoban).
Muchas de las tasas para DPF a 360 días que ofrecen hoy los bancos están por encima de la tasa de referencia y son promocionales. Prodem ofrece un 7%, Ecofuturo y Fortaleza un 6,5% y BancoSol un 5,5%, entre otros. Las entidades, además, incentivan el ahorro con premios en efectivo de hasta Bs 2 millones que se sortean de forma semanal, mensual y anual.
“Si no vemos una política clara de reactivación de sectores que permiten la acumulación de ahorro en el sector financiero y si el financiamiento del Gobierno continúa centrándose en el mercado interno, subirán las tasas pasivas y activas (no reguladas), la rentabilidad del sistema financiero empezará a caer y vamos a ver a fines de año una menor disponibilidad del crédito”, advirtió Espinoza.