La compra de un coche hoy continúa siendo el segundo mayor desembolso que hace una persona o familia tras la adquisición de una vivienda en propiedad. A pesar de que la fórmula del rénting crece, los particulares todavía apuestan por la adquisición aunque en su mayoría, más del 70%, financian la operación.
Sea cual sea la fórmula, un vehículo nuevo, como bien o servicio que es o presta, está sujeto a gravamen impositivo. En el caso de los automóviles deben tributar por el IVA (Impuesto sobre el Valor Añadido), el Impuesto de Matriculación, (técnicamente es el IEDMT o Impuesto Especial de Determinados Medios de Transporte) y el Impuesto de Circulación (cuyo nombre técnico es Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica).
Mientras los dos primeros se pagan sólo en el momento de la compra, el tercero se abona de forma anual durante la vida del vehículo. El IVA es un impuesto estatal, el de Matriculación está transferido a las Comunidades Autónomas y el de Circulación a los ayuntamientos.
IVA
Cualquier vehículo nuevo que se compre está sujeto al tributo del 21% de IVA. Se reducirá al 4% si el vehículo lo adquieren o se va a destinar al transporte de personas con movilidad reducida, siempre que el Ministerio de Hacienda apruebe la solicitud de exención.
El IVA es una tasa que viene impuesta por Europa pero sí que la Unión Europea permite a los Estados horquillas en los tramos, al igual que excepciones en la coyuntura actual de pandemia como ha ocurrido con las mascarillas, ahora gravadas al 4%.
El sector del automóvil y las asociaciones que fomentan el uso del vehículo eléctrico (Aedive) abogan por una reducción del IVA de los eléctricos puros, incluso al 0% hasta que se convierta en una opción de masas.
Desde las patronales de fabricantes (Anfac), concesionarios (Faconauto), vendedores (Ganvam) y de componentes de automoción (Sernauto) se aboga por una reducción al 10% del IVA de los vehículos 100% eléctricos para incentivar su compra. Hoy, un coche a batería tiene un precio entre un 15% y un 30% superior a su equivalente de combustión. Con esta exención del 11% en el IVA, se reduciría esa distancia.
La vicepresidenta cuarta y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, dijo en el VI Foro Nissan de Movilidad que la posibilidad de reducir el IVA a los vehículos eléctricos «es un tema en el que estamos abiertos». Y, más recientemente, la ministra de Hacienda y ministra portavoz del Gobierno, María Jesús Montero, dijo en la rueda de prensa tras la celebración del Consejo de Ministros insistió en que el Ejecutivo estaría valorando esta posibilidad.
La propuesta del sector del automóvil sería que «los vehículos diésel y gasolina pagasen un 21%, los híbridos enchufables un 15% y los eléctricos puros un 10%», como refrendó el presidente de Mercedes-Benz España en una reciente entrevista con EL MUNDO.
IMPUESTO DE MATRICULACIÓN
España es uno de los países de la Unión Europea (existe en Francia, Portugal o Italia) que grava a los vehículos nuevos con el Impuesto de Matriculación. Los automóviles tributan en función de los gramos por kilómetro de CO2 que expulsan por el tubo de escape.
Así existen varios tramos de tributación: 0%: emisiones iguales o inferiores a 120 g/km;.4,75%: emisiones entre 120 g/km y 160 g/km; 9,75%: emisiones entre 160 g/km y 200 g/km; 14,75%: emisiones mayores o iguales a 200 g/km.
Esta tasa está de moda puesto que la entrada en vigor del WLTP, el nuevo test de homologación de emisiones para vehículos vigente en la Unión Europea y que sustituye al anterior NEDC, ha hecho que los vehículos de combustión eleven en un 20% de media sus emisiones de CO2 dado que el WLTP es un test más realista. De tal modo que la mayoría de vehículos que emitían 120 gr/km de CO2 para evitar el pago del impuesto; ahora superan la barrera de los 120 gramos y deben tributar al 4,75% o incluso al 9,75% si superan los 140 gramos.
El enfado del sector con el Gobierno es morrocotudo. Su argumento es que no ha hecho nada para diluir la subida del impuesto al que se ven afectados ahora prácticamente todos los vehículos nuevos de gasolina y diésel que antes estaban exentos del pago por emitir menos de 120 gramos. Entre los turismos de gasolina y diésel sumaron en enero el 71% de las ventas totales.
En un momento de crisis económica, el sector no entiende por qué el Gobierno no ha apoyado las ventas mitigando el efecto del WLTP sobre el impuesto. En Francia, Portugal o Italia han elevado los tramos impositivos ese 20% para evitar la automática subida de tramo y, por tanto, el pago del impuesto de Matriculación.
Esgrimen que para rejuvenecer el parque móvil español que en turismos con trece años es uno de los más viejos de la UE y en comerciales con más de 15 años de antigüedad es el más vetusto de la zona euro, los vehículos nuevos de gasolina y diésel son clave dado su precio competitivo y que un automóvil nuevo de gasolina o diésel emite un 85% menos que uno de hace 10 años.
Desde el Gobierno se pretende reducir las emisiones del transporte privado incentivando la electromovilidad. Porque los vehículos nuevos 100% eléctricos al emitir cero gr/km de C02 están exentos del pago del impuesto de Matriculación. Lo mismo ocurre con los híbridos enchufables que se sitúan por debajo de 50 gr/km de CO2 y la mayoría de los híbridos convencionales que se colocan en la horquilla entre 70 y 119 gr/km de CO2.
De hecho, hay una parte del Ejecutivo que es partidaria incluso no sólo de no diluir el impuesto de Matriculación y dejarlo como está sino incluso introducir nuevos tramos más bajos para que sólo estén exentos del pago de la tasa los vehículos 100% eléctricos que son los únicos que no emiten.
Porque los híbridos enchufables aunque tengan la etiqueta Cero Emisiones al incorporar un motor de combustión expulsan CO2. De imponerse esta postura, los híbridos enchufables saldrán de la etiqueta Cero Emisiones y pasarán a tener la ECO con lo que perderán privilegios como, por ejemplo, en Madrid la gratuidad del estacionamiento en la zona SER puesto que los vehículos con etiqueta ECO tienen una bonificación del 50%, no del 100% como los Cero emisiones.
Según Faconauto en enero se han dejado de recaudar 105 millones de euros en impuestos por la caída de las ventas de turismos, caída acentuada más por el impacto del cierre que supuso la tormenta Filomena de la zona centro de España y las posteriores heladas que por la afectación en la subida del Impuesto de Matriculación. Habrá que esperar a febrero para ver el impacto real de la subida de la tasa.
IMPUESTO DE CIRCULACIÓN
Además de IVA y Matriculación, cualquier vehículo pagará todos los años hasta que sea dado de baja el Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica, el famoso numerito o Impuesto de Circulación. Es un tributo que grava la titularidad del vehículo y se paga en el ayuntamiento de la ciudad donde se domicilie el vehículo.
¿Qué pasa si te compras el coche en febrero? Se paga lo que resta de año en función de los trimestres naturales. Esta tasa se pasa a quien sea titular del vehículo el 1 de enero de cada año. Si se vende el coche de segunda mano un mes de abril, el vendedor es quien recibe el aviso de pago del impuesto. Puede llegar a un acuerdo con el comprador para pagar él hasta abril y el segundo de mayo a diciembre. Pero legalmente, es el primero el que está obligado a pagarlo.
Este impuesto es local y varía mucho de unos municipios a otros. Los turismos se miden en función de los caballos fiscales. Así, por ejemplo en 2019, quien sea propietario de un turismo de 11 CV fiscales en Melilla paga 17,04 , frente a los 85,78 que paga en San Sebastián, 64,06 en Barcelona o 59 en Madrid.
El sector del automóvil clama desde hace año que se revise este tributo del siglo pasado. Gobierno y patronales coinciden en un punto: el impuesto debe de penalizar a los coches más contaminantes. Es decir, gravar en función de su uso y no de sus caballos fiscales. De este modo, se perjudicaría a los vehículos más viejos que son los más contaminantes. Hoy, un coche nuevo paga lo mismo que uno de 15 años de antigüedad si tiene los mismos caballos fiscales.
A priori, el cambio de la tributación del automóvil en función de sus emisiones se contempla en la nueva Ley de Cambio Climático y Transición Energética en la llamada fiscalidad verde. Está previsto que dicha Ley se apruebe este año.
Si no se paga el impuesto de Circulación, el Ayuntamiento podría proceder al embargo del coche si la deuda supera los 500 euros. Para vender un vehículo de segunda mano debe estar al corriente de pagos.
ITP PARA LOS COCHES DE SEGUNDA MANO
Los coches de segunda mano también están sujetos a impuestos. Además de pagar la transferencia en la Jefatura Provincial de Tráfico, la operación está sujeta al Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP) que debe abonar el comprador. Esta tasa está transferida a las Comunidades Autónomas y se paga siempre que el vehículo adquirido no esté sujeto al pago del IVA.
No existe un tipo fijo en este tributo pues puede variar el gravamen entre el 4% y el 8% en función de cada comunidad autónoma. La base imponible será el mayor entre el precio de venta o el precio medio de venta de las tablas que publica el Ministerio de Hacienda y que actualiza cada año. Esta tabla se puede encontrar también en las secciones tributarias de cada comunidad autónoma.