El Gobierno reencauzará la construcción del proyecto siderúrgico en el yacimiento de hierro Mutún. Así lo reveló el ministro de Minería y Metalurgia, Ramiro Villavicencio Niño de Guzmán, tras hacer oficial que esta cartera de Estado, tras 60 días de negociación, llegó a un entendimiento con Sinosteel Equipment (contratista) y Cisdi (supervisora) para reanudar las obras de la planta de fundición de acero. Destapó que, debido a la paralización del proyecto en enero de 2020, medida asumida en el Gobierno de transición, Bolivia estuvo a vísperas de un proceso de arbitraje internacional en noviembre.
La anterior administración de la Empresa Siderúrgica del Mutún (ESM) acusó al contratista de incumplir el contrato al modificar el proyecto referente a la tecnología y pretender una asignación de $us 45 millones para entregar el diseño final de ingeniería del proyecto. Además, denunció un avance mínimo en su ejecución, que motivó la notificación de intención de disolución del contrato.
Con el acuerdo para retomar el proyecto, Villavicencio dejó entrever que se supera la controversia. Detalló que tras 60 días de negociación, el 1 de este mes, se firmó un contrato donde se perfila la culminación del proyecto el último trimestre de 2023. La empresa Sinosteel, bajo la supervisión de Cisdi, elaborará un cronograma de avance que comenzará el 1 de marzo de la gestión en curso.
El ministro de Minería acusó a la administración del Gobierno transitorio de tratar de inviabilizar el proyecto siderúrgico Mutún, cuya inversión estimada alcanza los $us 466 millones, de la que el 85% es financiado por el banco chino Eximbank y el 15% por el Tesoro General de la Nación (TGN).
El ministro Villavicencio indicó que en los próximos meses se realizará una auditoría financiera y otra al desempeño de la ESM.
La otra cara de la moneda
El exministro de Economía y Finanzas Públicas en el régimen del gobierno transitorio, Branko Marinkovic, dijo que celebra la decisión por el desarrollo de Santa Cruz y que mientras se respeten los contratos y el Estado no acuda a juicios le irá bien al país porque en el ámbito legal el Gobierno siempre perdió los arbitrajes.
“En mi gestión les dejé en el Fondo para la Revolución Industrial Productiva (Finpro) $us 80 millones para la compra de equipos y maquinaria, espero que eso lo utilicen para esto, para que Mutún avance”, manifestó Marinkovic.
El presidente de la ESM en el periodo de transición, Milko Moreno, insinuó que a luces se ve que el poder político está por encima de criterios técnicos. “A las pruebas me remito, porque en mi gestión hubo manejo de preceptos técnicos, no hubo corrupción ni beneficio en razón del cargo y, sobretodo, fue transparente”, dijo.
Para el exdirector de la ESM Ignacio Barbery, el anuncio del ministro de Minería deja en evidencia que este proyecto no tiene rumbo, ‘anda de cabeza’ y dirigido con arbitrariedad por parte de Sinosteel.
A su juicio, el avance de obra del proyecto es una vergüenza. Refuta la rebeldía del contratista de rendir cuenta de los $us 104 millones entregados e insinúa un chantaje al pedir a la anterior administración $us 45 millones a cambio de la presentación del diseño final de ingeniería de planta.
Barbery aclaró que la paralización de las obras se dio porque la empresa contratista no cumplió con sus obligaciones de acuerdo a las leyes que rigen en el país y porque modificó el proyecto referente a la tecnología, a través de hornos de inducción cuando su uso está prohibido a escala global para elaborar acero. “El Mutún, dirigido desde La Paz, solo sirve para promover la corrupción”, dijo.