El dióxido de carbono (CO2) es un componente natural del aire, crucial para evitar que la tierra se enfríe.
Sin embargo, en los últimos 50 años, según señaló la Organización Mundial de la Salud (OMS), el obrar humano y, particularmente, la ignición de combustibles fósiles, liberaron inmensas cantidades de dióxido de carbono y gases de invernadero suficientes para alterar el clima mundial.
El aumento de la concentración de CO2 en la atmósfera resulta extremadamente dañino, pues las aportaciones de este gas por la quema de combustibles, la destrucción de pasajes ambientales y las emisiones de gases de efecto invernadero derivadas del accionar humano, han hecho del cambio climático la mayor amenaza medioambiental a la que se enfrenta la humanidad.
De acuerdo con datos de la oenegé Greenpeace, los niveles de concentración del dióxido de carbono crecen a una tasa sin precedentes a nivel global, “porque las emisiones derivadas de la quema de carbón, petróleo y gas natural también se encuentran en niveles récord”.
De hecho, de acuerdo con la organización, las concentraciones de dióxido de carbono, metano (CH4) y óxido de nitrógeno (N2O) se encuentran en “sus máximos registros desde hace al menos 800.000 años”.
Según explica National Geographic, la crisis climática detonada por las emisiones de CO2 es la causa de las sequías, inundaciones y otros problemas a los que se ve enfrentada la humanidad. Por esto, explica la revista, abastecer a la población mundial requiere “combinar la necesaria reducción del dispendio energético con el aumento decidido de energías renovables y limpias”.
La transición energética, de acuerdo con el consenso de ambientalistas y algunos científicos, es la que lleva a un sistema sostenible y eficiente en el que toda la energía utilizada sea completamente renovable.
Como lo demostró Greenpeace en el informe denominado «La recuperación económica con renovables», “la energía renovable es clave para enfrentar el cambio climático, y también activa la economía, genera empleos y produce ahorro en los hogares».
En ese sentido, y siendo conscientes de su huella de carbono, diferentes instituciones y empresas han tratado de dar pasos que los lleven a esta transformación energética.
En el país, ya son varias las empresas de los diferentes sectores económicos que han decidido unirse con el objetivo de darle al planeta un respiro y de aportar un poco a la recuperación del mismo, a través de la generación de energías limpias.
Un ejemplo de estas empresas es el Banco de Bogotá, entidad financiera que hace unos días dio a conocer que adelanta un programa de ecoeficiencia con el fin de reducir los niveles de carbono que resultan de su operación con el uso de energías limpias y sostenibles.
Esta iniciativa incluye, entre otras cosas, el autoabastecimiento energético en las diferentes sedes administrativas y oficinas del país. De acuerdo con la entidad, con la instalación de más de 300 paneles solares, el banco dejará de emitir unas 50 toneladas de CO2 al año. “Esta cifra es equivalente a sembrar un bosque de 2.480 árboles”, dice la entidad.
La entidad financiera dio a conocer que adelanta un programa de ecoeficiencia con el fin de reducir los niveles de carbono que resultan de su operación con el uso de energías limpias y sostenibles. Foto: cortesía Banco de Bogotá.
“Estamos comprometidos con la mitigación del cambio climático a través de acciones innovadoras para la disminución y compensación de nuestros impactos directos e indirectos en el medioambiente, que nos permitan alcanzar la excelencia operativa de forma sostenible”, dijo al respecto Isabel Cristina Martínez Coral, vicepresidente de Sostenibilidad y Servicios Corporativos de la compañía.
De igual forma, de acuerdo con la funcionaria del banco, el sistema de energía fotovoltáica, “es una fuente limpia e inagotable” que les permitirá contribuir a la disminución del consumo de energía eléctrica tradicional.
Según la revista National geographic, “cada hora el sol lanza a la Tierra más energía de la necesaria para satisfacer las necesidades de la población mundial durante un año”, por lo que el aprovechamiento de esta energía resulta crucial y ha venido en aumento en los últimos años.