Noruega se convirtió en 2020 en el primer país del mundo en el que los coches eléctricos representaron más de la mitad de las nuevas matriculaciones, un hito que la coloca en buen camino hacia su objetivo de descarbonizar todos sus vehículos nuevos a partir de 2025. Según el Consejo de Información del Tráfico Vial (OFV), a pesar de la pandemia, los vehículos eléctricos tuvieron una cuota de mercado del 54,3 por ciento el año pasado, en comparación con el 42,4 por ciento del año anterior.
Sin precedentes en el mundo, las ventas se aceleraron a fin de año, y en diciembre la cuota del mercado de los coches eléctricos alcanzó un nuevo récord mensual de 66,7 por ciento. Los cuatro nuevos modelos más vendidos en el país (Audi e-tron, Tesla Model 3, Volkswagen ID.3 y Nissan Leaf) son todos alimentados con electricidad.
«Es una tendencia muy positiva», declaró Christina Bu, secretaria general de la Asociación noruega de vehículos eléctricos, que promueve la premisa «cero emisiones». «Estamos bien encaminados para alcanzar los objetivos de 2025», añadió. Noruega, que es paradójicamente el mayor productor de hidrocarburos de Europa occidental, tiene la ambición de que todos sus coches nuevos sean «cero emisiones» a partir de ese año.
A diferencia de los automóviles diésel o de gasolina, que están sujetos a gravámenes muy elevados, los coches recargables están exentos de prácticamente todo tipo de impuestos, lo que los hace más competitivos en el momento de la compra.
A pesar de este rendimiento sin parangón, la asociación noruega de vehículos eléctricos afirma que el año pasado esperaba que la electricidad acaparara casi 60 por ciento del mercado. «Lo habríamos logrado si no hubiera sido por el coronavirus», señaló Christina Bu, «pero el virus retrasó varios lanzamientos».